Oleada de alzas de comisiones: La banca ajusta sus cuentas con el cliente
Endurece de forma generalizada las condiciones para acceder a cuentas gratuitas y penaliza al cliente no rentable
La banca está reorganizando su negocio para resolver sus problemas de rentabilidad, que parten, entre otras razones, del escenario de tipos de interés cero que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene desde hace varios años y que no parece que vaya a cambiar a medio plazo, dadas las alertas de ralentización económica mundial lanzadas en los últimos meses.
Mientras que hasta ahora el sector había apostado por una política de comisiones cero, en los últimos meses, y sobre todo a partir del nuevo año, las cuentas bancarias dejarán de ser gratuitas para aquellos clientes menos rentables. Aunque no todas las entidades se han pronunciado y algunas como Kutxabank afirman que anunciarán los cambios a lo largo de 2020, Santander, Bankia, BBVA y Sabadell ya han comunicado los cambios en sus productos.
Todos ellos van encaminados a intentar acabar con las cuentas más antiguas (y que exigían menos vinculación) y a dirigir a los clientes hacia las más nuevas, que imponen más condiciones y, por tanto, garantizan una mayor rentabilidad a los bancos.
Este es el último de los pasos dados por el sector, que lo primero que hizo al ver que los bajos tipos jugaban en su contra fue reducir y eliminar la remuneración de las cuentas bancarias. Lejos queda el 3% TAE ofrecido por la Cuenta 1,2,3 de Banco Santander en 2015, un producto que ya ha dejado de comercializarse y que desde 2020 perderá las pocas bonificaciones que aún mantenía.
Otro ejemplo de cómo ha cambiado el panorama en este último lustro es el de ING. Su Cuenta Naranja llegó a ofrecer un 5% TAE y ahora da una bonificación del 0,01%. Hace dos años ya desapareció su Depósito Naranja, que llegó a remunerar un 4,5% y que complementaba la rentabilidad de la cuenta durante los primeros meses. En la actualidad, tan solo cinco entidades ofrecen más de un 1% TAE (Bankinter, Sabadell, Openbank, CaixaBank, Banco Mediolanum y MyInvestor).
Los cambios llegarán en las próximas semanas y es la respuesta al entorno de tipos cero que mina el negocio bancario
El endurecimiento generalizado de las condiciones para acceder a la gratuidad de la cuenta bancaria es de hecho uno de los pocos salvavidas que le quedan al sector financiero para paliar el impacto de los tipos cero. Solo queda ya, quizá, “invertir en high yield o en deuda de países periféricos”, advierten los consultores de Analistas Financieros Internacionales (AFI) Fernando Rojas y Federica Troiano.
Un claro ejemplo del actual proceso de selección de los clientes más rentables es Santander. Dos meses antes de eliminar los beneficios de la Cuenta 1,2,3, el banco ya anunció que comenzaría a cobrar a una parte de su clientela. Desde el 17 de septiembre, los usuarios de la Cuenta Estándar Particulares deben abonar una tarifa semestral de mantenimiento de 29 euros y una comisión de administración de 0,65 euros por apunte. Es decir, un mínimo de 116 euros al año, el mismo coste que ha pasado a tener la Cuenta Clásica después de subirle la comisión 5 euros al trimestre.
Por último, la Cuenta Día a Día pasa a tener un cargo de 9 euros mensuales (108 euros al año) si el cliente no cumple las condiciones: domiciliación de una nómina de al menos 600 euros –o pensión de 300 euros– y domiciliar tres recibos o realizar seis operaciones al trimestre con las tarjetas. Es decir, los mismos requisitos de la Cuenta Zero 1,2,3, que ha pasado a sustituir al producto estrella de la entidad. No obstante, esta también modificará sus condiciones a partir de enero: la comisión, en el caso de no cumplir los requisitos que permiten la gratuidad, pasará de 8 a 12 euros al mes, es decir, 144 euros anuales.
Openbank también va a introducir modificaciones, aunque solo se aplicarán a las personas jurídicas. Desde febrero, deberán abonar una cuota de 5 euros al mes en concepto de mantenimiento de sus cuentas corrientes. No obstante, desde la entidad aseguran que esta medida va a afectar a un número muy limitado de clientes, porque la mayoría son personas físicas.
BBVA también ha dado un paso en este sentido y desde el 16 de diciembre eleva sus comisiones de mantenimiento de 60 a 100 euros al año. No obstante, estas cuotas no se aplicarán a los titulares del programa Adiós Comisiones o de las cuentas Va Contigo, Online, Blue o que posean dos cuentas en la entidad. También se librarán de estos cargos los menores de 21 años o quienes domicilien una nómina de al menos 600 euros –o una pensión de 300 euros– y cinco recibos. A este cambio, se suma la comisión de 10 euros que se aplicará a los titulares de cuenta con libreta, aunque quedarán exentos los menores de 30 años y los mayores de 65.
Bankia añade requisitos para la gratuidad de las cuentas y Santander y BBVA suben las tarifas
Por su parte, Banco Sabadell busca que los clientes de la Cuenta Expansión se incorporen a la Expansión Premium, totalmente gratuita siempre que domicilien unos ingresos de al menos 700 euros al mes y cumplan una de las siguientes condiciones: disponer de un seguro, un plan de pensiones, un fondo de inversión o una cuenta de valores con un saldo superior a 10.000 euros o un contrato de autorrenting con el banco. Hay otras dos opciones que por sí solas garantizan la gratuidad de la cuenta: tener un patrimonio global en Sabadell superior a 75.000 euros o ser titular de 10.000 acciones del banco. Quienes no cumplan los requisitos mencionados mantendrán la Cuenta Expansión, que a partir de enero costará 5 euros al mes, excepto para menores de 30 años o pensionistas.
Por último, Bankia ha elevado la nómina mínima que exigía para que sus cuentas carecieran de comisiones hasta los 700 euros (400 euros en caso de pensiones). Si el cliente no cumple esta condición, el cargo asciende a 60 euros al año, una comisión de 0,5 euros por apunte y una cuota anual de 28 euros por la tarjeta de débito y de 43 euros por la de débito. No obstante, a este cambio, ya vigente, se añadirá otro en febrero: además de domiciliar la nómina o pensión, el cliente deberá tener contratado una póliza de seguro de riesgo de 135 euros al año o una posición de 30.000 euros en fondos de inversión, planes de pensiones o seguros de ahorro, o realizar dos pagos al mes con tarjeta de crédito. Cumpliendo una de estas condiciones, no tendrá comisiones de mantenimiento de la cuenta ni de la tarjeta de débito y de crédito. Si solo cumple el requisito de domiciliación, se le aplicará una tarifa de 72 euros al año, se reducirá el coste de la tarjeta de débito y la de crédito será gratuita.
No obstante, fuera de estas condiciones quedan las cuentas de los menores de 26 años, a los que solo se les exige que la correspondencia sea digital, y las cuentas On, donde todas las operaciones deben ser realizadas de forma online.
Primeros cobros por los depósitos
Desterrada la remuneración del ahorro y ahora que los bancos están endureciendo también el acceso a la gratuidad de las cuentas, el siguiente paso en la lucha contra los tipos cero es el cobro por los depósitos, que ya se da en las empresas. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri envió en octubre una carta a algunos clientes de banca privada en la que se les informaba de que se les cobrará hasta un 0,5% sobre los depósitos a partir de 2020. No obstante, la entidad aclara que la comisión solo se aplicará a las personas jurídicas que únicamente tienen un depósito en la entidad.
El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola, fue de los primeros en afirmar que será “inevitable” cobrar por los depósitos. No obstante, desde Santander han subrayado que aunque dejan la puerta abierta a esta posibilidad, no será necesario aplicar estas medidas a los clientes de retail mientras que el BCE no realice una nueva bajada del tipo de facilidad de depósito (actualmente en el -0,5%). En BBVA también mantienen esta posición, aunque su consejero delegado, Onur Genç, afirmó que también podrían poner en marcha estas políticas si otras entidades lo hacen.
Rojas y Troiano son tajantes en este sentido y consideran que el sector no llegará a cobrar por los depósitos a las familias, salvo que se trate de patrimonios muy elevados, que superen, por ejemplo, el millón de euros. Y entre las razones, Rojas cita que sería “contraintuitivo” que las entidades cobraran a los particulares por los depósitos, pero no les pagaran por las hipotecas que están en tipos negativos debido a los niveles actuales del euríbor.
Distinta es la situación, no obstante para las empresas, pues al igual que Bankia, Santander e Ibercaja ya han empezado a cobrarles, como hacen otros bancos en Europa. “La única forma de que la banca pueda recuperar sus márgenes es endurecer las condiciones para depositar dinero”, subraya Troiano. La entidad de Ana Botín está aplicando una comisión a los depósitos no operativos de las empresas de tamaño medio (de 2 a 50 millones de facturación) y una comisión de 3 euros por transferencia. Por su parte, Ibercaja ha anunciado que cargará una tasa del 0,4% por los depósitos a partir de los 200.000 euros.
La desconocida cuenta básica
Cuentas para todos los clientes. Aunque la banca está endureciendo las condiciones para disponer de una cuenta bancaria libre de gastos, el Gobierno aprobó en marzo una norma que obliga a los bancos a garantizar que todos los ciudadanos pueden tener una cuenta de pago a un coste máximo de tres euros al mes o gratis si sus ingresos son inferiores a los 13.000 euros anuales. La norma data de una directiva europea de 2014 que busca acabar con la exclusión financiera y debía haber sido traspuesta en 2016.
Beneficio limitado. Dado que las condiciones exigidas por las cuentas nómina en materia de ingresos para ser gratuitas son cumplidas por la mayoría de los clientes –exigen una cifra inferior al salario mínimo interprofesional–, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) criticó la utilidad de esta norma. Y es que los usuarios ya pueden acceder a cuentas gratuitas, sobre todo con el lanzamiento de los productos online, la mayoría libre de comisiones.
Pérdidas para el sector. Tras la aprobación de la norma, la Asociación Española de la Banca (AEB) alertó de que el precio establecido no cubría los costes del servicio y subrayó que los españoles accedían a los servicios financieros a unos precios en general un 60% inferiores a los de la media europea. Asimismo, resaltó que la directiva no pretendía que “las entidades ofrezcan este producto a pérdida”.