Lograr el trabajo decente y el pleno empleo sin dañar el medio ambiente
Las metas de este objetivo lo convierten en uno de los más ambiciosos. Lo es, además, porque propone un cambio radical en la forma de crecer: sin afectar al planeta
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 8 de la ONU es uno de los más complicados de conseguir. Por la enorme envergadura de sus metas –pleno empleo, trabajo decente e inclusivo, eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres y el trabajo infantil y el forzoso–, pero, sobre todo, por el cambio radical que propone para lograr el crecimiento económico sostenido. Ya no vale la forma tradicional de crecer sin límites que exprime los recursos del planeta. Ahora hay que hacerlo de manera sostenible.
Hay que cambiar mentalidades y reformular la tradición capitalista del beneficio y crecimiento continuos. El empujón inicial es para los países más avanzados: mejorar la producción y el consumo sin degradar la naturaleza. Los países en vías de desarrollo deben mantener un incremento de, al menos, el 7% en su PIB.
Las herramientas propuestas son subir la productividad (2,1% en 2018, la más alta desde 2010) con innovación y modernización tecnológica, favorecer la creación de microempresas y pymes y facilitar el acceso a la financiación.
Las cifras contra las que hay que luchar son de vértigo y esconden diversas realidades. La primera es la tasa de desempleo mundial: un 5% en 2018, 172 millones de personas. La segunda es que, aunque tengan trabajo, más de 700 millones viven en la pobreza extrema o moderada (menos de 3,20 dólares al día). Y la tercera, que 2.000 millones de personas (el 61% de la fuerza laboral mundial) tuvieron en 2016 un empleo informal, es decir, ilegal, recoge la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Cifras
23% es la brecha salarial que separa a hombres y mujeres en todo el mundo.
172 millones de niños son víctimas del trabajo infantil. Al menos la mitad de ellos realizan también labores consideradas peligrosas.
Pero hay más realidades que abordar. La brecha salarial es del 23%. Las mujeres representan el 63% de la población activa, frente al 94% de los hombres. Uno de cada cinco jóvenes no estudian ni trabajan (datos de la ONU). 172 millones de niños son víctimas del trabajo infantil y, al menos la mitad, hacen labores peligrosas (cifras de la OIT de 2018). Casi 25 millones de personas están sometidas a trabajos forzosos.
Una palabra, “déficit”, y una idea, “la reorientación en el crecimiento está por hacerse”, resumen la opinión de Joaquín Nieto, director de la oficina de la OIT en España. Nieto llama la atención sobre el acceso al trabajo de tres colectivos: los jóvenes (70 millones doblan la tasa general de paro), las mujeres (el 70% desearía tener un trabajo) y los mayores de 45 años (más tiempo desempleados).
El director de la OIT asegura que hay que resolver la transición hacia la formalidad en los países que están creciendo y actuar contra los “nuevos nichos de informalidad” que han surgido en los países desarrollados, como “la economía de plataformas”. También en “las grandes cadenas de suministro”, exigiendo a las multinacionales contratar o subcontratar a empresas que paguen “un salario que permita al trabajador vivir decentemente”.
Asimismo, hay que reducir la precariedad (contratos a tiempo parcial involuntario y temporal no causal), aumentar la salud y seguridad en el trabajo (2,7 millones de muertes), subir la protección social (55% de países que no la tienen) y eliminar el trabajo forzoso.
En España hay también problemas. La experta en los ODS del equipo de incidencia política de Cáritas, Cristina Linaje, cree que nuestro país “está aún lejos de lograr este objetivo”. “La alta precariedad, las bajas remuneraciones y horas trabajadas” agravan el problema de los trabajadores pobres (un 14%, según el último informe de Foessa).
Las pymes también contribuyen con muchas ideas
Diferentes iniciativas. Las de Grupo Gesor y José Miguel Poveda, con sendos programas de trabajo flexible para sus empleados; Protón Electrónica, para convertirse en una empresa saludable; Sodexo Iberia promociona el desarrollo de las mujeres y fomenta la igualdad; GRI Renewable Industries ha lanzando un plan de formación y de subsidio a los trabajadores de su planta en Sudáfrica; Elawan Energy y su protocolo Safety Alerts, para mejorar las condiciones de seguridad de sus profesionales; Muns Agroindustrial creó un nuevo espacio para el bienestar físico de sus empleados llamado El Bosque; Grupo Entusiasmo cuenta con un plan de igualdad e inclusión laboral; Cartonajes Salinas, con Boxes of dreams, una plataforma online donde comunicar todas las iniciativas en materia de responsabilidad social corporativa y de integración de los ODS; Europastry, con un programa de inserción laboral de personas con problemas de exclusión social, y Europa Mundo Vacaciones, con dos proyectos, salario emocional y turismo rural en Perú.
Organismos públicos. Barcelona Activa, que depende del Ayuntamiento de Barcelona, impulsa la política económica y el desarrollo local. Tiene dos programas para hacerlo, la instalación de puntos de información de los derechos laborales y un servicio de asesoramiento en economía social y solidaria. El objetivo del primero es combatir la precariedad en el trabajo e identificar casos de vulneración para conseguir un mercado laboral de calidad. El segundo se centra en un acompañamiento personalizado en la creación, formación y mantenimiento de empresas de este tipo. En 2018 se han atendido 323 iniciativas. La Fundación de Alto Rendimiento Empresarial y Social (Cares) trabaja el ODS 8 con el proyecto Vincles, que conecta a empresas con personas antes vulnerables. Y la Compañía Española de Financiación del Desarrollo (Cofides), incorporando la valoración de los derechos humanos en los proyectos financiados.
Linaje señala también la “inestabilidad laboral grave” que atraviesa el 15% de los hogares españoles. Esto afecta, sobre todo, a mujeres y jóvenes. La “desigualdad del mercado de trabajo” y la “baja calidad del empleo” son otros aspectos que denuncian desde Cáritas.
Para abordar el problema del trabajo infantil hay que adoptar la mirada de la infancia. Es lo que proponen desde la ONG Save the Children. Su director de cooperación internacional en España, David del Campo, opina que “hay que coger los ODS y aplicarles ese filtro previo.”
Ese filtro es la Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989). La ONG diferencia entre la explotación laboral infantil (85 millones) y el trabajo infantil. Este último no es explotación, porque es la única forma de una familia para sobrevivir en algunos lugares. Solo piden que no pierda su escolarización.
Por eso, Del Campo explica que “apoyan el movimiento de niños trabajadores” que ha surgido. “Tienen derechos, como los adultos, no deben ser obra barata y obediente”, y llama la atención sobre su explotación en la nueva economía de componentes electrónicos, móviles o tabletas.
Microcréditos, agua o innovación centran el esfuerzo empresarial
Grandes empresas españolas contribuyen con sus planes a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Destacamos once compañías que tienen iniciativas para cumplir el número 8.
Mapfre ha lanzado dos proyectos. El primero es una plataforma de innovación para dar el protagonismo a las personas y a su creatividad. El año pasado creó el Mapfre Open Innovation para convertir al grupo en referente en innovación en el uso de la tecnología para mejorar su modelo de negocio. El segundo pone el foco en los derechos humanos con un programa innovador cuyo objetivo es evaluar a las diferentes filiales con las que cuenta en distintos países.
La multinacional Ferrovial lanzó en 2011 un programa de infraestructuras sociales con el que ha transformado la vida de personas vulnerables y con el que ha dado empleo en África y América Latina. Se ha centrado en mejorar el acceso al agua y el saneamiento. En 2019 hay en marcha tres proyectos, en Zimbabue, Colombia y Perú. En total, ha invertido 5,5 millones de euros en 25 proyectos, con los que ha suministrado más de 1,3 millones de metros cúbicos de agua potable.
En el área bancaria destacan Bankinter, Bankia y CaixaBank. La primera ha liderado un proyecto piloto en España para elaborar una guía específica para el sector financiero que tenga en cuenta los impactos en el capital natural.
Bankia ayuda con el impulso del Plan de Gestión Responsable y el lanzamiento de un nuevo fondo de inversión, llamado Bankia Futuro Sostenible. Es un fondo de renta variable global que utiliza una inversión de impacto que es socialmente responsable. MicroBank promueve la creación de empleo, la actividad productiva y el desarrollo personal y familiar con microcréditos. En diez años ha ayudado a la creación 181.000 empleos.
En el ámbito comercial, MediaMarkt España impulsa desde hace diez años la incorporación de los jóvenes al mundo laboral con la FP dual, con la combinación de formación teórica con la práctica en centros MediaMarkt.
Mercadona sigue el principio de a igual responsabilidad, igual sueldo. Y aplica una política de retribución variable entre sus empleados, del 25% de los beneficios de la compañía, desde hace 15 años. El Corte Inglés ha establecido una política integral para controlar el fraude y la corrupción en toda su actividad.
EDP España ha lanzado un proyecto para generar empleo y evitar la despoblación en municipios asturianos donde tiene plantas de regeneración. Se llama Entama y está dotado con 85.000 euros en un periodo de dos años.
Ilunion ha puesto en marcha en su centro corporativo el proyecto DiscWork, para prestar una particular atención a aquellos trabajadores que tienen necesidades especiales. La finalidad es crear entornos de trabajo inclusivos y la igualdad de condiciones.
Por último, la Fundación Accenture ha creado Juntos por el empleo de los más vulnerables, para mejorar sus oportunidades y ayudarles a superar la brecha tecnológica.