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La herencia de Draghi: lo deja casi todo atado en un BCE dividido

El último paquete de medidas dibuja un escenario de tipos bajos por duración indefinida y marca los límites de la actuación de la institución

Nuria Salobral

Era su penúltima reunión en la presidencia del BCE pero Mario Draghi ha dejado listo su legado de política monetaria sin esperar a la cita de octubre. Cuando Christine Lagarde le suceda el próximo 1 de noviembre al frente de la que ha sido la institución más influyente para la zona euro durante los momentos más duros de la crisis, se encontrará con la política monetaria de la región ya puesta en piloto automático.

Desde ese mismo día, que además podría coincidir de forma fatídica con el inicio de un Brexit salvaje, se reanudarán las compras netas de deuda por 20.000 millones de euros al mes. Además, el horizonte de bajos tipos de interés en la zona euro habrá quedado fijado por tiempo indefinido: en su reunión del jueves, el BCE renunció a establecer una referencia temporal para una futura subida de tipos de interés, que queda simplemente ligada a la evolución de la inflación, y también decidió extender sine die las compras de deuda, ya que se prolongarán hasta poco antes de que llegue la subida de tipos.

Pero en su legado de medidas extraordinarias –que además han incluido un recorte en 10 puntos básicos de la facilidad de depósito, al -0,5%: un sistema con el que despenalizar en parte el exceso de liquidez de los bancos y unas mejores condiciones para las siguientes subastas de liquidez TLTRO–, Draghi ha llegado también al límite de capacidad de la institución.

El banquero italiano abandonará el BCE con una oleada de críticas internas que no se recordaban desde hace años, después de que haya habido una importante y reciente renovación de cargos entre los gobernadores centrales. En las jornadas previas a la reunión del jueves, los gobernadores de Alemania, Holanda o Francia ya lanzaron sus mensajes de escepticismo sobre la utilidad de resucitar ahora las compras de deuda, finalizadas el pasado diciembre. Y este viernes, los gobernadores de Austria y Holanda mostraron sin tapujos sus discrepancias con el último paquete de estímulos de Draghi.

“El paquete de medidas, y en particular el programa de compras de deuda, es desproporcionado para las actuales condiciones económicas, y hay motivos de peso para dudar de su eficacia. La economía del euro está funcionando a plena capacidad y los salarios están subiendo. [...] Mientras tanto, hay señales de escasez de activos de bajo riesgo, de distorsiones de precio en los mercados financieros y de exceso de riesgos en el mercado inmobiliario”, señaló Klaas Knot, gobernador del Banco de Holanda a través de un comunicado. Y el nuevo gobernador del Banco de Austria sugirió en una entrevista con Bloomberg que las últimas medidas son posiblemente un error que podría cambiar cuando Lagarde llegue a la presidencia.

”No creemos que una nueva flexibilización cuantitativa estimule mucho más la economía en Europa. La política monetaria no es suficientemente efectiva cuando los tipos de interés están en terreno negativo. Es necesaria una política fiscal expansiva para elevar la inflación y reactivar la economía”, añade Ignacio Díez, gestor de renta fija de Credit Suisse Gestión. La urgencia de activar los estímulos fiscales, sobre la que Draghi insistió el jueves, es de hecho el aspecto en el que coincide de forma unánime el consejo del BCE.

Para Citi, las medidas adoptadas por Draghi reducen posibles incertidumbres sobre el relevo en la presidencia y dejan vía libre a Lagarde para centrarse en obtener una rápida respuesta de los gobiernos europeos para impulsar la inversión. Por lo demás, ya queda diseñada una política monetaria por la que “es improbable salir de los tipos negativos antes de 2023”, según advierte Standard & Poor’s, que espera otro recorte de la facilidad de depósito en 10 puntos básicos en la reunión de diciembre y que también advierte que las medidas del BCE están llegando al límite de su efectividad.

Los bancos más beneficiados

Pese a que las críticas al BCE se concentran en países como Alemania y Holanda, sus bancos van a ser los más beneficiados por la decisión de liberar al sector de parte de la penalización por su exceso de liquidez, hasta ahora en el 0,4%. Según cálculos de JP Morgan, Deutsche Bank va a ser con diferencia la entidad que más partido saque de esta medida, ya que se ahorrará 200 millones al año en pago de intereses. En Commerzbank añaden que el 75% del exceso de liquidez está concentrado en cuatro países, en Alemania, Francia, Holanda y Luxemburgo.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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