Innovando en responsabilidad empresarial
Con su capacidad innovadora, la empresa privada puede aportar respuestas muy imaginativas en desafíos como el cambio climático o la exclusión social
La humanidad enfrenta desafíos excepcionales. Los encabezan el cambio climático y los altos niveles de exclusión. Con su capacidad innovadora, la empresa privada puede aportar respuestas muy imaginativas. Algunos ejemplos:
1. Bloomberg donó 500 millones de dólares para campañas de comunicación y lobby a gran escala para presionar por el cierre de las minas de carbón, uno de los principales emisores de gases invernadero. Propone reemplazarlas por energías limpias como la eólica, la solar y otras. Ya había donado antes 150 millones de dólares al Sierra Club y otros. Multiplica ahora su apuesta y advierte: “La madre naturaleza no nos esperará”.
2. Un prominente consultor farmacéutico, Win Leereveld, creó en 2005 la fundación para el acceso a medicinas. Califica a los principales laboratorios según lo que hacen para que las medicinas lleguen a los más pobres. Pese a la resistencia inicial, la idea se impuso y hoy los 20 laboratorios líderes compiten por tener buenas posiciones en la tabla. Algo cambió. En 1998, 250.000 sudafricanos morían anualmente por sida. Las medicinas utilizables eran vendidas por los laboratorios por 15.000 dólares anuales. El país suspendió las patentes para poder importar genéricos y 39 laboratorios lo demandaron. Ante la presión mundial, tuvieron que retirar la demanda. Hoy 20 millones de africanos están bajo tratamientos de sida por 100 dólares anuales. Las grandes empresas apoyan los tratamientos, bajando precios para los pobres, haciendo donaciones y sublicenciando las patentes a productoras de genéricos. Compiten en solidaridad gracias al ranking. El número 1 ha sido siempre GlaxoSmithKline, que se enorgullece permanentemente de ello. Los japoneses, que comenzaron en los puestos más bajos, ya ocupan el quinto y el sexto.
3. Chobani es un líder mundial en yogures. Su trabajo por producir yogur saludable, y sus buenas acciones, lo han ayudado mucho en su rápido ascenso. Hace algunos años acogió masivamente en su planta a refugiados sin esperanza de Asia y África. Ahora acaba de lanzar una iniciativa para apoyar a pequeños productores de leche, creando una certificación de comercio limpio. Hace constar que lo elaboraron tratando humanitariamente a sus trabajadores y a los animales. Les pagan un plus por alcanzar esa certificación.
Hay mucho por hacer en estas y otras áreas desde la responsabilidad empresarial. El tiempo apremia.