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En colaboración conLa Ley

La igualdad empieza a calar en los bufetes

Mientras crecen las medidas de conciliación y por la maternidad, la falta de mujeres en altos cargos sigue siendo el punto débil

Igualdad en los despachos de abogados
Belén Trincado / Cinco Días

Los avances son más lentos de lo deseado, pero hay razones para la esperanza. La lucha por la igualdad entre hombres y mujeres ha calado en los bufetes y empiezan a detectarse signos de mejora. Así lo ponen de manifiesto los datos hechos públicos en los informes de información no financiera de 2018 de las tres grandes firmas españolas, Garrigues, Cuatrecasas y Uría Menéndez. Una muestra: las diferencias salariales entre abogados de misma categoría son mínimas. E, incluso, en algunos casos resultan favorables a las mujeres.

Así, en Garrigues, las abogadas cobran un 2,2% más que los hombres que ocupan su mismo puesto. En Uría, los varones ganan más, pero con una diferencia a su favor relativamente baja: el 3,5%. En esta línea, en Cuatrecasas, la diferencia es del 0,8%. Unos datos muy alejados de la brecha salarial que presenta el conjunto de la economía española, que, según el Ministerio de Trabajo, es del 22%. Otros organismos, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o la OCDE, la sitúan en el 15% y en el 11,5%, respectivamente.

Comparando las ganancias del conjunto de hombres y de mujeres de cada despacho, en Garrigues ellos ganan un 7,8% más y en Uría, un 15%. En Cuatrecasas, por su parte, ellas cobran un 9% más. El motivo de estas diferencias, según expresan desde Uría, es que los varones tienen una mayor antigüedad en la firma y “son más numerosos en posiciones jerárquicas altas”. Es decir, que aunque exista equidad salarial por cargo, hay más hombres ocupando los puestos más altos. Otra explicación la dio Fernando Vives, presidente ejecutivo de Garrigues, en un encuentro con la prensa en abril. “Hay algo que no conseguimos evitar, que es que muchas mujeres, en un momento determinado, decidan marcharse a otra actividad que reduzca la aleatoriedad de sus horas de trabajo. La vida en un despacho es muy intensa, pero eso, en gran medida, lo marcan los clientes”, aseveró.

Por otro lado, la remuneración de los altos directivos muestra fuertes contrastes. Mientras que en Uría la tendencia general se cumple y la diferencia de retribución es de casi el 28% (192.408 euros anuales para ellos y 138.623 para ellas), en Cuatrecasas las abogadas que ocupan los puestos más altos están mejor pagadas. En concreto, cobran un 11,6% más que sus compañeros, con 166.096 euros anuales, frente a los 146.888 euros que perciben ellos.

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Para atajar el problema de la baja representación femenina en los cargos de responsabilidad, los despachos se han comprometido a fomentar su promoción a categorías superiores. En este sentido, Garrigues señala que el porcentaje de mujeres que han accedido al cargo de asociada principal o sénior ha ido creciendo progresivamente en los últimos tres años, pasando de un 35% en 2017 a un 52% en 2018. Además, el 59% de los ascensos a asociado principal que se llevaron a cabo en 2019 fueron protagonizados por mujeres, superando de forma significativa el porcentaje masculino.

Por su parte, y para fomentar una mayor participación de socias y directivas, Cuatrecasas se decanta por la mujer cuando hay diversos candidatos que cumplen las mismas condiciones.

A pesar de estos avances en las promociones a los puestos de mayor categoría, los hombres son mayoría en los nuevos nombramientos de socios. Desde 2018, Garrigues ha ascendido a este cargo a un total de dos mujeres y nueve hombres. En Cuatrecasas, la proporción femenina en los ascensos al partnership no llega al 10%. Uría promocionó a cinco nuevos socios en 2018, de los cuales dos fueron mujeres.

Otra prueba de que los grandes despachos siguen teniendo un largo camino por recorrer es la radiografía de los consejos de administración. En Cuatrecasas y Uría solo hay un 20% de mujeres sentadas en las mesas de decisión. Garrigues, por su parte, cuenta con la figura del administrador único, presidida también por un hombre.

Maternidad

El periodo de maternidad y paternidad suele ser un freno en la carrera profesional, sobre todo, de las abogadas. Para diluir este impacto, los bufetes han empezado a poner en marcha medidas para apoyar el talento femenino. Por ejemplo, según publicó El Confidencial, Uría Menéndez ofrece a los padres retrasar hasta dos años el salto a la sociatura si coincide con el nacimiento de un hijo. Esta política también la oferta Cuatrecasas, que concede moratorias en el periodo de permanencia en sus categorías a los abogados que se encuentren en esta situación. Además, rebaja el tiempo de trabajo para actividades comerciales y desarrollo de negocio a las asociadas que acaban de ser madres.

Otra medida llamativa es el Plan Garrigues Optimum. El despacho ofrece a sus abogados una reducción de jornada, desde que finaliza el permiso de paternidad y maternidad hasta dos años después, sin que afecte a su desarrollo profesional ni se vea reducido su salario. Estas políticas tienen su reflejo en los datos que publica la firma: el 87% de las empleadas del despacho que disfrutaron de una maternidad seguían en activo un año después de la baja. En el caso de los hombres, el porcentaje es del 91%, lo que no supone una diferencia significativa.

Jornada parcial

Por otro lado, los informes de los bufetes también contienen cuántos empleados están sujetos a jornada parcial y, en los tres casos, la mayoría la conforman mujeres. En Uría, por ejemplo, casi el 20% de la totalidad de la plantilla femenina se acoge a este tipo de jornada, mientras que en el caso de los hombres no llega al 1%. En Garrigues, por su parte, la cifra asciende a 33 mujeres y 5 varones, mientras que en Cuatrecasas la jornada parcial se la reparten 6 hombres y 47 mujeres. En el sector legal, como en los demás, la conciliación sigue siendo cosa de ellas.

Los tres grandes despachos ya han implantado medidas orientadas a incorporar flexibilidad, tanto en lo que respecta al horario como al lugar de trabajo. Es el caso de Uría y sus planes de teletrabajo o Cuatrecasas con su proyecto piloto de smart working. Este plan permite desarrollar hasta un 20% de la jornada fuera de la oficina y otorga cierta flexibilidad horaria tanto de entrada como de salida. Asimismo, fija una franja horaria para programar las reuniones (desde las 9 de la mañana hasta las 17 de la tarde). Actualmente, 200 profesionales del despacho se acogen a este modelo de trabajo.

Un reto del sector a escala global

 

Escasa presencia. La desigualdad en el sector legal no solo afecta a España, sino que se trata de un problema global. Así, la American Bar Association declaró en 2018 que las letradas estadounidenses representaban tan solo el 25% de los abogados que ejercían ante los tribunales de Nueva York. En la práctica privada, además, las abogadas solo representaron el 19,4% de los profesionales que lideraron principalmente un caso.

Ausencia en asuntos más complejos. La disparidad más notable en la participación de las mujeres aparece en los casos más complejos. En concreto, según el mismo informe se reduce del 32% en casos de una sola parte a 26% en dos partes, 25% en tres o cuatro y 19% cuando se involucran cinco o más partes.

El acoso, asignatura pendiente. Los casos de acoso son otro de los síntomas de desigualdad en los bufetes. Una encuesta de la International Bar Association (IBA) realizada en 2017 revela que casi el 30% de las abogadas entrevistadas habían sido víctimas de acoso sexual en su lugar de trabajo. Además, un sondeo de la revista británica The Lawyer realizado en 2018 muestra que el 42% de las letradas han sido víctimas de acoso sexual y casi la mitad de los casos tuvieron lugar en el último año.

Prejuicios. Un informe de 2018 de la Law Society (el Consejo de la Abogacía de Reino Unido) identificó los sesgos inconscientes y los prejuicios hacia la mujer en el sector legal como la principal razón de la baja presencia femenina en los puestos de responsabilidad. En este sentido, ser cuestionadas o no ser tomadas en serio son algunas de las situaciones que, con frecuencia, denuncian las letradas.

 

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