Trump y Xi Jinping acuerdan retomar las negociaciones comerciales
Estados Unidos retrasará la entrada en vigor de la subida arancelaria sobre los productos chinos valorados en 300.000 millones de dólares
Después de semanas de incertidumbre, cruces de declaraciones y una larga sucesión de rumores y amenazas, Donald Trump y Xi Jinping finalmente se han comprometido a retomar las negociaciones para tratar de poner fin a la guerra comercial. A través de un acuerdo suscrito por ambos mandatarios durante la cumbre del G20 celebrada hoy en Osaka, Pekín y Washington han demostrado su predisposición para volver a sentarse a la mesa al pactar la no imposición de cualquier nuevo arancel.
La agencia china de noticias Xinhua afirma que los dos países han acordado tratar "temas específicos" para dar salida al conflicto y añade que los dos países mantendrán las nuevas conversaciones en base "a la igualdad y el respeto mutuo", una de las condiciones que exigía Xi para llegar a un acuerdo.
Durante el encuentro, Xi Jinping manifestó que "la cooperación y el diálogo son mejores que las fricciones y la confrontación" y que desea seguir manteniendo contactos frecuentes con Trump para promover unas "relaciones bilaterales estables". Por su parte, Trump afirmó hoy que el diálogo con China para contener la guerra comercial está "de nuevo por buen camino" y calificó que la reunión con Xi fue "incluso mejor" de lo que él mismo podría esperar.
Entre algunas de las medidas apalabradas, se encuentra la de comprar más productos agrícolas estadounidenses por parte de China y la de levantar el cerco sobre Huawei por parte de Trump. "Hemos acordado que las empresas estadounidenses puedan vender productos a Huawei", detalló el presidente estadounidense.
A lo largo de la semana previa al encuentro, Donald Trump y Steve Mnuchin ya adelantaron que el desenlace de esta cumbre tenía altas probabilidades de ser un primer paso para reconstruir las rotas relaciones. Trump pronosticó que la reunión iba a ser "productiva" y que era posible salir de ella con un acuerdo mientras que Mnuchin decía que era posible encontrar un camino para llegar al entendimiento.
La importancia del paso que han dado hoy Trump y Xi Jinping queda manifiesta cuando se aprecia el impacto en los mercados que tuvo el recrudecimiento de la guerra comercial en mayo. A mediados de abril, el Ibex llegó a subir un 12,20% en lo que iba de año, en su última sesión de mayo, solo subía el 5,44% desde el inicio de 2019. En junio, los bancos centrales acudieron al rescate al sugerir la aplicación de nuevas bajadas de tipos de interés que contrarrestaran los efectos del aumento del proteccionismo en el crecimiento económico. Como resultado, el Ibex terminó junio recuperando una pequeña parte del terreno perdido al conseguir un alza del 7,7%.
Además de en el mercado, diferentes instituciones han estado advirtiendo de los daños que la guerra comercial total provocaría en la economía mundial. El FMI cifró en su última estimación al respecto que la subida de aranceles hasta el 25% sobre la totalidad del resto de productos chinos valorados en 300.000 millones de dólares costaría ocho décimas al crecimiento del PIB mundial en 2020. Desde Amundi, la primera gestora por volumen de activos de Europa y la décima del mundo, estimaron que el impacto sobre la economía china del total de los aranceles hubiera sido de dos puntos del PIB.
A pesar de que este acuerdo tiene papeletas para calmar a los mercados, tal vez la cautela siga estando presente hasta presenciar nuevos avances concretos en las negociaciones. Hace siete meses, cuando se celebró la última cumbre del G20, los dos líderes lanzaron un mensaje muy parecido al salir de Buenos Aires con una tregua comercial que también paralizaba la entrada en vigor de subidas de aranceles durante 90 días. Desde entonces, se sucedieron una serie de reuniones entre altos cargos estadounidenses y chinos que lograron ponerse de acuerdo en el 90% de las cuestiones, según desvelaba el Secretario del Tesoro de EE UU Steve Mnuchin.
Entre acusaciones hacia China por parte de Donald Trump de romper el pacto y querer renegociar puntos que ya se habían resuelto, las conversaciones se terminaron en mayo y Estados Unidos disparó primero. Trump elevó los aranceles desde el 10% hasta el 25% sobre más de 5.000 productos chinos valorados en 200.000 millones de dólares. Posteriormente, China respondió fijando aranceles de entre el 5% y el 25% a productos estadounidenses valorados en 60.000 millones.
El veto estadounidense a Huawei, los rumores sobre el corte de suministro de tierras raras que podría efectuar China y la elaboración de listas negras de empresas por parte de ambos países continuaron elevando la tensión. Finalmente, la situación se agravó hasta el punto de que Estados Unidos inició los procedimientos para empezar a aplicar aranceles del 25% sobre la totalidad del resto de productos chinos importados por EE UU. El conflicto comercial tiene entre sus orígenes el convencimiento de Trump de que China estaría "robando su riqueza" a Estados Unidos. La balanza comercial entre ambas superpotencias estaba en 2018 en 419.000 millones de dólares al año a favor de China.