Una nueva subida de aranceles de Trump tendría un coste de 10.734 millones para los consumidores
Según la Federación Nacional de Ventas minoristas estadounidense, los consumidores tendrían que hacer frente a esta factura en el caso de que los aranceles suban sobre los productos chinos valorados en 300.000 millones de dólares
El pasado martes, Donald Trump tranquilizó a los mercados después de anunciar que se reuniría con Xi Jinping durante la próxima cumbre del G-20 para tratar de desatascar las negociaciones entre los dos países. Todavía, la solución al conflicto comercial queda lejos, tal y como ha demostrado hoy el departamento de comercio estadounidense al incluir a cinco empresas chinas más a la lista negra de compañías con las que no se puede hacer negocios sin la autorización expresa del Gobierno.
De no arreglarse la situación y seguir adelante con el plan de subir los aranceles a los productos chinos valorados en 300.000 millones de euros, la mayor patronal del sector de ventas minoristas en Estados Unidos, la Federación Nacional de Ventas Minoristas (NRF por sus siglas en inglés), estima que los consumidores serían los grandes damnificados.
En concreto, los consumidores estadounidenses tendrían que hacer frente a un sobrecoste total de 12.200 millones de dólares (10,704 millones de euros) a la hora de comprar productos como ropa, zapatillas, juguetes o artículos del hogar. Basándose en un estudio elaborado por ellos mismos, la NRF detalla que en el caso de la ropa el coste extra sería de 4.400 millones de dólares, de 2.500 millones en las zapatillas, 3.700 en los juguetes y de 1.600 millones en los artículos del hogar.
"Será imposible que todos los participantes del mercado en nuestra industria trasladen de forma simultánea su producción hacia otros países", opina David French, vicepresidente de relaciones con el Gobierno de la NRF. "En el corto plazo, los vendedores minoristas se verán obligados a usar proveedores chinos y traspasar los costes extra a sus clientes", prosigue French.
Tras su comunicado, la NRF se suma a las voces que piden a Trump que no eleve los aranceles, como ya hicieron los fabricantes de calzado de EE UU y por otro lado, también se suma a los que alertan sobre que el impacto de la guerra comercial lo sufren los consumidores, como ya hizo el FMI.