México, una estrategia política para Trump
La amenaza del presidente estadounidense promete seguir planeando sobre su vecino del sur hasta las presidenciales de 2020
Si mayo comenzó con un ataque directo de Trump a China a través de Twitter, el mes finalizó con un nuevo objetivo: México, al que amenazó con imponer unos aranceles del 5% a todas sus importaciones este lunes, que subirían en 5 puntos porcentuales al mes hasta alcanzar un 25% en octubre si México no detenía la entrada de inmigrantes ilegales a EE UU. No obstante, lo que al principio se vio con temor por los mercados –el peso se desplomó un 2,4%–, ahora es percibido con más cautela.
Más aún después de que ambos países fumasen en la madrugada del sábado la pipa de la paz. Trump anunció que paralalizaba los aranceles sobre las importaciones del país centroamericano. No ha dado detalles, pero el presidente de EE UU sí ha avanzado que "tomará medidas para reducir la inmigración". Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, ha afirmado que México ofrecerá oportunidades laborales y acceso sanitario a los migrantes, así como desplegará a efectivos de la recién creada Guardia Nacional en su frontera y que permitirá la entrada de migrantes a su territorio mientras esperan el proceso de asilo en Estados Unidos.
El presidente de EE UU ha vuelto a mostrar lo importante que es México en su estrategia política, como ya ocurrió en las elecciones de 2016, y lo vulnerable que es la economía mexicana ante su vecino del norte. Así lo subraya Alejandro Varela, gestor en Bolsa emergente de Renta 4: "Da la sensación de que Trump –con este movimiento– quiere impulsar su popularidad a nivel interno y volver a utilizar el tema de la inmigración desde el punto de vista electoral". Y tacha de "sorprendente" la amenaza después de un año de negociaciones del nuevo tratado comercial para EE UU, México y Canadá, pendiente de ratificarse próximamente.
En Goldman Sachs lo ven como una forma de presión para que el Congreso de EE UU apruebe dicho acuerdo. Y consideran que si las tarifas hubiesen entrado en vigor, el tratado no se ratificaría antes de las presidenciales de 2020, puesto que los demócratas y los propios mexicanos ralentizarán el proceso.
Si finalmente el acuerdo salta por los aires y el 1 de octubre las importaciones fueran gravadas con un tipo del 25%, las consecuencias serían negativas para ambos países. Citi estima que el PIB mexicano se recortará entre un 0,9% y un 4,6% –en función de si la tarifa se queda en el 5% o alcanza el 25%–, mientras que el estadounidense lo hará entre un 0,04% y un 0,2%. Los estadounidenses verían cómo aumentan sus facturas: podrían llegar a pagar hasta 100.000 millones de dólares más por estos productos. Dado que el sector automovilístico es uno de los más perjudicados, los vehículos podrían encarecerse entre 1.500 y 7.000 dólares, subraya Varela. Todo ello lleva a pensar al gestor que Trump dará marcha atrás, presionado incluso por su Gobierno.
En el lado mexicano, la economía sufriría principalmente por la depreciación de la divisa, que acumula una caída superior al 1% en la última semana. En el escenario más extremo, el peso podría regresar a los niveles de enero de 2017, cuando Trump llegó a la Casa Blanca y amenazó con cerrar las fronteras, y cambiarse por 22 unidades por dólar (frente a los 19 actuales), estiman en Renta 4. Esta depreciación de la divisa iría acompañada de más inflación y de un retraso en la bajada de los tipos (actualmente en el 8,25%), que estaba prevista para este 2019. Los analistas esperan incluso que México se vea inmerso en una recesión económica, según una encuesta realizada por Reuters.
En cualquier caso, aunque la política arancelaria no llegue a implantarse o se quede en una tarifa inicial del 5%, "el daño ya está hecho, puesto que el comercio y la inmigración ya no se negociarán por separado", concluyen desde Citi. Además, la amenaza permanecerá en el aire, minando la confianza de los inversores sobre la economía mexicana y su divisa, a la espera de un nuevo tuit incendiario de Trump.
BBVA y Meliá, pendientes del peso
El Ibex 35 fue uno de los selectivos más afectados por el anuncio de Trump la semana pasada, con una caída del 1,68%, lejos, no obstante, del desplome del 4,5% de la Bolsa de México. El selectivo español fue arrastrado por las empresas con más exposición en el país centroamericano, entre las que destaca BBVA, con un 30% de facturación en México, y Meliá, con un 28%. Ambos valores cedieron más de un 4%, aunque también fueron intensas las caídas de Santander (-2,4%), que genera un 7,4% de sus ingresos en México.
El negocio de las empresas con exposición a México se va a ver afectado por dos vías. Por una parte, la caída de la divisa va a hacer que, al trasladar la cuenta de resultados en el país de pesos a euros, la depreciación sufrida por la divisa se convierta en un recorte del beneficio. Por otra, la pérdida de dinamismo en la economía mexicana puede afectar a la ejecución del negocio principal de las compañías, explican desde Renta 4.
No obstante, a pesar de que la imposición de unos aranceles repercutirá sobre BBVA, la rentabilidad que la entidad tiene en el país, muy superior a la de su negocio en España debido a las comisiones superiores o a la menor regulación existente, “compensa” estos riesgos, explica Alejandro Varela.