Los inversores ponen en cuarentena las salidas a Bolsa del capital riesgo
Todas las OPV de este tipo en la última década menos Amadeus están en rojo
Habitualmente los caminos de las empresas cotizadas y los del resto discurren paralelos, sin rozarse. No obstante, en algunos momentos, los fondos de capital riesgo deciden recurrir a los mercados de capitales para desinvertir. El problema está en que estos cruces de caminos no suelen ser precisamente exitosos. De las nueve desinversiones bursátiles de grandes fondos de capital riesgo en la Bolsa española, ocho están en pérdidas. Y sufren quebrantos de entre el 10% y el 70% con respecto a los precios de los debuts.
“Cuando haces un road show para una salida a Bolsa liderada por un fondo de capital riesgo, muchos inversores ya sacan la bandera roja sin empezar a hablar. Esto añade complicaciones a algunas operaciones”, indican fuentes de uno de los principales bancos de inversión españoles. Es decir, si las dudas geopolíticas y sobre el crecimiento económico global ya complican las salidas a Bolsas, las de WiZink, Vía Célere y Tendam –las dos primeras son propiedad de Värde y la antigua Cortefiel, de CVC y Pai– quedan especialmente en el alero.
Para encontrar un ejemplo exitoso de una salida a Bolsa del capital riesgo hay que remontarse a 2010, cuando BC Partners y Cinven se desprendieron de Amadeus. En ese tiempo la empresa se ha revalorizado más de un 500%, de modo que se ha colocado entre las empresas de la cumbre del Ibex 35. Y, con 30.000 millones de capitalización, se disputa con BBVA y Telefónica la cuarta posición como empresa más valiosa del selectivo español.
En el caso contrario aparece la agencia de viajes Edreams, que cae un 70% desde su debut en 2014. Su debilidad en Bolsa impidió que Ardian y Permira terminasen en 2017 la desinversión en la firma, de la que retienen un 29% entre ambos fondos. Justo en el medio queda Applus, donde los inversores que entraron en la OPV promovida por Carlyle en 2014 sufren pérdidas en el entorno del 20%.
Con caídas cercanas al 30%, queda también un paquete de empresas donde la salida a Bolsa fue aprovechada para vender tanto por fondos de capital riesgo como por inversores de distintos perfiles. Este es el caso de la colocación en Bolsa de las participaciones de Investindustrial y Trilantic en Euskaltel, en la que también Kutxabank aprovechó para hacer caja, si bien se mantiene como accionista de referencia de la teleco vasca. También la venta de Talgo la realizaron de forma coordinada los fondos MCH y Trilantic junto a la familia Oriol.
Este último es el principal precedente de una salida a Bolsa esperada para este año, la de Europastry. También en la panificadora catalana MCH recurre a la Bolsa para desprenderse de su participación minoritaria, mientras que los Gallés esperan retener el control. La operación, pese a haber sido retrasada para finales de año, amortigua los recelos de los inversores al capital riesgo por el peso de la familia fundadora.
En los últimos meses las dudas sobre el sector inmobiliario y los recortes en las previsiones de beneficios de algunas compañías han penalizado a las promotoras cotizadas. Aedas y Neinor caen un 30% desde sus estrenos. El vía crucis en Bolsa de las inmobiliarias en los últimos meses tiene su contraparte en Telepizza y Parques Reunidos.
La primera sufrió el peor debut de la Bolsa española en la historia con una caída del 19%. Algo mejor fue el de la segunda, que se estrenó unos pocos días después. A finales del año pasado KKR lanzó una opa por Telepizza con una prima del 30%, que consiguió salvar in extremis, y amortigua las pérdidas desde la salida a Bolsa –impulsada por el propio KKR, los Ballvé y Permira– al 20%. Igualmente las de Parques Reunidos reduce las caídas al 10% tras la oferta presentada por EQT. En ambos casos, las opas presentadas ahora también por fondos de capital riesgo valoran las compañías por debajo del precio de la salida a Bolsa, dos años después.
Precisamente han sido estos dos malos precedentes los que más han ayudado a extender la mala fama del capital riesgo entre los fondos de Bolsa, según explican las fuentes consultadas. También las propias dinámicas de los fondos de private equity, como el hecho de que los fondos tengan casi la obligación de vender las empresas antes de una fecha determinada, lo que es utilizado por los nuevos inversores para meter presión en el precio.
Tampoco son entendidas otras dinámicas de la gestión del capital riesgo como el endeudamiento de las compañías para financiar la propia compra o el reparto de abultados dividendos antes de proceder a la venta.