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Sin riesgo no hay beneficio

La liquidez, la única opción para los más conservadores

Hace ya tiempo que la renta fija no es sinónimo de seguridad. Es más, los expertos coinciden en que para conseguir no perder dinero, ya ni siquiera hablamos de ganarlo, es imprescindible asumir algo de riesgo. De hecho, los clientes que pueden asumir algo más de riesgo que lo que supone estar en un fondo de renta fija “están migrando posiciones hacia fondos mixtos, principalmente dentro de la gama de perfilados, asumiendo distintos niveles de inversión en renta variable.

Esta tendencia será mayor cuando veamos normalización en los tipos de interés que afectarán negativamente al precio de toda la renta fija”, explican desde el equipo de fondos de Bankinter, pero también admiten que “es verdad que, debido a los malos resultados del año pasado, hemos visto salidas directas de estos fondos hacia liquidez en aquellos clientes que no quieren asumir riesgo alguno”.

El cliente migra a los fondos mixtos o perfilados

Lo cierto es que hoy en día, para un inversor de la zona euro, “no es fácil conseguir una rentabilidad en activos de renta fija sin asumir ningún tipo de riesgo dado que la rentabilidad de los bonos está distorsionada por las compras que está realizando el Banco Central Europeo”, reconoce Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum.

La clave para no perder dinero en la actualidad en este tipo de activo está en que la inflación continúe muy baja y que los bancos centrales no suban sus tipos de intervención. “Hay que tener mucho cuidado con este tipo de activo, ya que los precios en general están muy forzados y puede ser muy fácil perder dinero. Para clientes muy conservadores, desde Diaphanum recomendaríamos estar en liquidez aunque no sea rentable, ya que cualquier amago de inflación traerá pérdidas”.

La percepción de la renta fija como segura ha sido el gran problema que han sufrido los inversores Salomé Bouzas (Tressis)

También Josep Bayarri, director de productos, análisis e inversiones de Arquia Banca, opina que “la realidad es dura y la política de tipos de interés del Banco Central Europeo va dirigida principalmente al objetivo de hacer trabajar el dinero. Dicho de otro modo: a favorecer la inversión sobre el ahorro”.

Bayarri recuerda que “la remuneración por el ahorro sin riesgo está fijada por el BCE en el -0,4%, por lo que el obtener una rentabilidad de cero es de por sí ganar una prima importante. La realidad es que los vehículos de inversión como fondos, estructurados, etc., para conseguir rentabilidades del 0%, deben asumir ya cierto nivel de riesgo, y si además quieren obtener rentabilidades positivas el riesgo debe incrementarse aún más”.

Tampoco Salomé Bouzas, analista de inversiones de Tressis, tiene buenas noticias: “Invertir en renta fija es, inherentemente, asumir un riesgo. El único activo libre de él es la liquidez pura, y hoy en día la tasa de depósito se encuentra en números negativos. La percepción de la renta fija como segura ha sido uno de los grandes problemas que han sufrido los inversores conservadores. Sí es cierto que las volatilidades tradicionales del mercado de bonos, comparadas con el de acciones, es menor. No obstante, las políticas ultraexpansivas de los bancos centrales han provocado que el mercado no presente valoraciones racionales y que cualquier evento o rumor inesperado genere movimientos bruscos en términos porcentuales”.

Cambio en el patrimonio

A mixtos y Bolsa. En el último periodo de crecimiento importante de los fondos de inversión, es decir, entre 2012 y2017, “se ha incrementado de forma sustancial la exposición a acciones en las carteras de los fondos, aumentando notablemente el patrimonio de los fondos mixtos y de renta variable”, resalta José Luis Manrique, miembro del Observatorio Inverco. En sentido contrario, las categorías más conservadoras “han experimentado una drástica reducción”. Y Manrique pone un ejemplo: en los últimos seis años, de diciembre de 2012 a diciembre de 2018, la renta fija en cartera ha pasado de representar el 78,1% del total a apenas el 48% en 2018.

Así las cosas, “la paciencia será el mejor aliado de estas personas, pues deben componer una cartera que presente niveles de riesgo adecuados y mantenerla durante un periodo suficiente para que dé sus frutos, que serán menores que en otros entornos de mercado, asumiendo también los posibles vaivenes que se presenten por el camino”.

En el contexto actual, Paula Satrústegui, socia y directora de planificación financiera de Abante, hace hincapié en la importancia de “asesorarse bien y entender correctamente el binomio rentabilidad-riesgo y cómo se tiene que ajustar en función de nuestro objetivo, plazo de la inversión y perfil. Es muy importante tener claro esto para, con una inversión global y bien diversificada, conseguir la rentabilidad que necesitamos”, reflexiona.

En cuanto a los fondos garantizados, tan en boga hace años, “poco pueden aportar en un contexto de tipos tan bajos, y sus promesas son tan a largo plazo que serían perfectamente sustituibles por carteras globales bien diversificadas que, en esos plazos, funcionarían bien para inversores conservadores”, opina Enrique Borrajeros, presidente del comité de comunicación de EFPA España.

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