El cáncer avanzado de próstata eleva el riesgo de sufrir otro tumor heredado
Las mutaciones en BRCA2 se heredan en pacientes sin historial previo, según un estudio
Novedades en el cáncer de próstata avanzado. Un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), publicado recientemente en el Journal of Clinical Oncology, muestra que el riesgo de padecer un tumor hereditario de mama u ovario aumenta en los descendientes de los pacientes con esta enfermedad terminal y que tienen mutaciones en el gen BRCA2, pese a que no había sospecha previa. De ahí que los test genéticos se conviertan en un instrumento fundamental para detectarlos.
El equipo liderado por Elena Castro, Nuria Romero-Laorden y David Olmos ha detectado también que la respuesta a los tratamientos actuales es peor en los enfermos con dichas alteraciones que los que tienen mutaciones en otros genes o ninguna. “Su supervivencia es más corta: 17 meses, frente a los 33 en los demás casos; casi la mitad. Inicialmente responden a las terapias, pero la enfermedad progresa mucho más rápido”, señala Elena Castro, investigadora de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Próstata del CNIO. “Es posible que el pronóstico de los pacientes con mutaciones en BRCA2 dependa de qué tratamiento recibe primero”, cree Castro.
Los investigadores estudian ahora si el pronóstico del paciente mejora dependiendo de qué terapia recibe primero
Un hallazgo importante que puede provocar en el futuro un cambio en la práctica clínica en beneficio de los enfermos. “Vamos a validar en esta segunda parte del estudio, cuyos resultados esperamos tener en dos años, si el pronóstico del paciente es mejor si recibe abiraterona o enzalutamida [inhibidores de la biosíntesis de andrógenos, en este caso testosterona] que un taxano [quimioterapia]: Docetaxel o cabazitaxel. Si lo confirmamos, sería el primer marcador en cáncer de próstata para elegir abiraterona o enzalutamida frente a un taxano”, explica la investigadora.
Prorepair-B es el primer estudio prospectivo en el mundo que siguió durante un largo periodo a un elevado número de pacientes, y que fue coordinado por el CNIO en colaboración con el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y el Instituto de Genética Médica y Molecular.
Los test genéticos serán claves para la prevención
Así, en vez de revisar la historia de los enfermos con cáncer de próstata resistente a la castración –como se le denomina porque la enfermedad progresa a pesar de la disminución de los niveles de testosterona–, los investigadores dieron seguimiento a 400 afectados durante cinco años en 38 hospitales de España desde el diagnóstico.
Relevancia
Se analizaron 107 genes, no solo el BRCA2, que participan en la reparación del ADN y muchos de los cuales están asociados al incremento del riesgo de cáncer de mama, ovario, próstata, páncreas o melanoma familiar, ya que se transmiten de generación en generación, indica Castro. “Lo que no se sabe muy bien es por qué existe esta especificidad tisular [vinculada al tejido], por qué aparecen más estos tumores que otros”, detalla.
Las mutaciones germinales hereditarias solo se indagan si hay un historial de cáncer, pero como ni los médicos ni los científicos son capaces de distinguir aún quiénes serán portadores, se aconseja el screaning genético en los casos metastásicos, opina.
“Las únicas guías actualizadas son las americanas, después de que el National Comprehensive Cancer Network recomendara hacer este estudio tanto a pacientes con cáncer de próstata localizado como metastásico. En España no se han actualizado –el test está disponible en algunos hospitales públicos y en centros privados por unos 600 euros–. El gran problema global es quién financia eso por el volumen de pacientes”, advierte.
Pero esta prueba puede salvar vidas. “La media es de dos tumores prevenidos, aunque en algunas familias fue de hasta cinco, sobre todo en las hijas”, revela.
Los investigadores evalúan también si los enfermos podrían beneficiarse de otras terapias en uso en mama u ovario con mutaciones en el BRCA, como los tratamientos con platino que se utilizan en quimioterapia, apunta Castro. “Los estudios con fármacos los patrocina normalmente la industria farmacéutica, pero como los platinos son tan antiguos y baratos, a las compañías ya no les interesa”, lamenta.
Hay otros ensayos en marcha, empero, promovidos por la industria, para determinar el beneficio de los inhibidores de PARP (un nuevo grupo de medicamentos aprobado para el cáncer de ovario con mutaciones en el BRCA y que en Europa se va a autorizar en breve para mama) en los pacientes con cáncer de próstata.
Cifras
Próstata. Cada año se diagnostican unos 30.000 casos de cáncer de próstata y mueren en torno a 6.000. El 90% se detecta en fases localizadas y se cura con cirugía o radioterapia; solo el 10% es metastásico. Pero se calcula que el 30% de los pacientes con tumor localizado desarrollará después metástasis resistente a la castración (supresión de testosterona), avisa Elena Castro, investigadora del CNIO. La quinta parte de los tumores detectados en hombres en 2019 será de próstata, refiere Castro, a partir de estadísticas de EE UU. “Se piensa que el cáncer de próstata se cura, pero provoca hoy las mismas muertes que el colorrectal”, afirma.
Incidencia. En 2019, los nuevos casos en España ascenderán a 277.234, un 12% más que en 2015 por, entre otros, el envejecimiento, el tabaco, el alcohol y la obesidad, recoge el último informe de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), con datos de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), Globocan 2018 y el INE, publicado en el marco del Día Mundial del Cáncer, el pasado 4 de febrero.
Tendencia. Pese a que los tumores son más prevalentes en hombres (161.064) que en mujeres (116.170), en 2019 se estima un cambio de tendencia. El aumento será el doble en mujeres por el auge del hábito tabáquico, según el citado estudio. Incluso, el de pulmón se colará este año entre los tres primeros más frecuentes en las féminas, tras el de mama y el de colon.