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Nadie gana con los contratos de formación y prácticas

La pyme ya no podrá acogerse a una de las bonificaciones que se aplicaban a estos contratos. Los sindicatos tampoco lo ven útil para los empleados.

El Real Decreto Ley 28/2018, de 28 de Diciembre, ha derogado una de las bonificaciones que se concedían para contratos de formación y prácticas. Unas ayudas a la contratación que apenas han tenido cuatro meses de vigencia, tras ser aprobadas en agosto de 2018 vía Presupuestos Generales.

Estas ayudas nacieron con el objetivo de facilitar el acceso de los jóvenes o personas con menor cualificación al mercado laboral. Las empresas, por su parte, recibían una bonificación en las cuotas a la Seguridad Social.

Pymes, las que más contratos de formación y de prácticas ofrecen

Las pequeñas y medianas empresas de hasta 25 empleados en plantilla han concretado en 2018 el 66% de contratos de formación y el 46% de contratos en prácticas. Así se extrae del informe “Contratos para la Formación y Contratos en Prácticas”, realizado por el sindicato de trabajadores Comisiones Obreras (CC.OO). Por su parte, las empresas con más de 500 trabajadores apenas hacen uso de este tipo de contratos. Según se muestra en el estudio de CC.OO, entre el año 2014 y el 2018 solo representan el 0,6% de los contratos formativos y el 1,4% de los de prácticas. Es por ello que el tamaño de la empresa se posiciona como un factor determinante en el uso de los contratos de formación y prácticas, siendo las pymes las principales usuarias. El informe recoge cómo las grandes corporaciones buscan perfiles con alta cualificación y experiencia. Las pymes, en cambio, persiguen reducir costes y acuden a personal en prácticas o aquellos que puedan firmar un contrato de formación para acceder a un aumento de plantilla.

En el último año (2018), según se subraya en el estudio de CC.OO, el crecimiento de estos contratos ha sido sostenido. En concreto, se han firmado 52.803 contratos para la formación, lo que supone un aumento del 9% si lo comparamos con los datos de 2017. Los contratos en prácticas que se han firmado en 2018 suman 107.312 y un aumento del 4% con respecto al año anterior.

Más ayudas y reforma

El mencionado Decreto ha eliminado las bonificaciones para estos contratos. Hasta finales de año, las pymes podían acceder a una bonificación de 3.000 euros al año (250 euros al mes), al pasar un contrato en prácticas o de formación a uno indefinido. Durante tres años, el empresario podía contar con esta ayuda. Pero, finalmente, sólo aquellos que se hayan acogido durante este periodo podrán disfrutar de esa bonificación a lo largo de los tres años mencionados.

El informe de CC.OO también pone de manifiesto la “desvirtualización” de la finalidad de estas ayudas. Según exponen desde el sindicato, no ha mejorado la cualificación de los jóvenes, ni tampoco su inserción en el mundo laboral. Según se destaca en el documento, a pesar de que el contrato se dirigía a jóvenes menores de 25 años, el 54% de los contratos en 2018 lo han firmado trabajadores con 25 años de edad, o, incluso, por encima de este rango. Tan solo 1 de cada 10 tenían entre 16 y 19 años. Es por ello que reclaman al Ejecutivo una reforma en la que se acuerde con las organizaciones sindicales y las empresariales cómo debe ser el contrato para la formación y el aprendizaje juvenil.

Mala finalidad y gestión de los contratos

Pero, además, los contratos en prácticas están destinados a aquellos que “carezcan de la cualificación profesional reconocida por el sistema de formación profesional para el empleo o del sistema educativo requerida”, según se estipula en el Estatuto de los Trabajadores. Por tanto, solo los que cuenten con un título universitario o de grado medio o superior pueden firmar contratos en prácticas y, por el contrario, no pueden formalizar contratos de formación. Pero, tal y como se expone en el análisis de CC.OO, esto no ha sido así. Durante el pasado año, el 11% de estos contratos se ha formalizado con personas con formación profesional o estudios de grado “por carecer de una cualificación relacionada”. Ante esto, la Secretaria de Empleo, Cualificación Profesional y Migraciones de CC.OO, Lola Santillana, asegura que “esto posibilita que una mujer con la carrera de Medicina pueda ser contratada como camarera”. Tan solo el 36% de los contratos lo firmaron personas con estudios primarios o sin ninguna formación.

Es por ello que el sindicato considera necesaria una regulación de estos contratos, además de una apuesta por la formación dual. Solicitan una normativa que ordene estos contratos, donde la voluntad, el compromiso, la transparencia y la negociación sean las principales premisas conseguir una formación dual real.

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