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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una presencia femenina creciente en los consejos, pero aún insuficiente

Todo apunta a un horizonte de terreno conquistado que es necesario conservar y ensanchar, pero en el que resulta fundamental no dar un solo paso atrás.

CINCO DÍAS

Hace poco más de una década, la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas del Ibex se limitaba a un exiguo 6%. Un porcentaje que hoy, a cierre de 2018, se sitúa en un 24% del total, frente al 22% con que terminó 2017. Ello supone que son ya 107 las mujeres presentes en los órganos de administración de las grandes cotizadas españolas. Si tomamos como referencia el objetivo que la CNMV fijó en su Código de Buen Gobierno de 2015 –que esa presencia alcanzase el 30% para 2020–, hay 12 empresas del Ibex que han logrado cumplir, con dos años de antelación, esa recomendación. Se trata de un considerable paso adelante, sobre todo si se tiene en cuenta que en 2017 el número de compañías del selectivo que cumplían ese ratio ascendía únicamente a 8. Pero aunque la dirección es la correcta, queda todavía mucho camino por recorrer.

En la mayor parte de las grandes empresas se ha producido en los últimos años un proceso de sensibilización creciente respecto a la necesidad de aumentar la presencia de mujeres en las cúpulas de los consejos, y de hacerlo no solo por razones de justicia o de equidad, sino por motivos de pura eficiencia empresarial. A ese proceso han contribuido sin duda unas recomendaciones de buen gobierno que no son, de momento, imperativas, pero que han marcado un calendario y han precisado unos objetivos cuya importancia es clave para avanzar en este terreno. La propia realidad social y económica, con unas empresas mayoritariamente integradas por profesionales de ambos sexos, constituye una muestra evidente de que la presencia de mujeres en las cúpulas de las empresas debería ser no una conquista, sino la consecuencia natural de su participación en el resto de los niveles organizativos.

Pese a todo, es difícil negar que el proceso está siendo lento y que esa lentitud no se refleja solo en la composición de los consejos de administración, sino que se extiende a los puestos ejecutivos de primer nivel y a otros cargos de alta dirección. Hay que reconocer también la heterogeneidad que ofrecen las cotizadas del Ibex en este capítulo, con compañías en las que el número de consejeras está todavía por debajo del 10% del total. El panorama es incluso más desolador si trasladamos el análisis a aquellas cotizadas que no forman parte del Ibex y que están lejos de ese 30% que recomienda la CNMV y más aún del 40% por el que aboga la Comisión Europea. Todo ello apunta a un horizonte de terreno conquistado que es necesario conservar y ensanchar, pero en el que resulta fundamental no dar un solo paso atrás.

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