La tarifa regulada de la luz se desliga un 40% de los precios mayoristas desde el 1 de enero
Tras la reforma de hace un año el mercado diario va perdiendo peso en el cálculo del PVPC frente a los futuros, lo que evitará la volatilidad
Desde el 1 de enero, el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), se desliga aún más de la servidumbre de los precios del mercado mayorista de la electricidad (pool). Un sistema genuinamente español, que comenzó a aplicar en 2014 el último Gobierno de Mariano Rajoy, cuyo único referente para calcular la tarifa regulada de los consumidores domésticos era el mercado mayorista, y lo que trajo perniciosas consecuencias tras la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania, cuando los precios de este mercado registraron subidas desorbitadas (con una media superior a los 200 euros/MWh solo en el año 2022).
Una vez estabilizados los precios de la energía, a mediados de 2023, el Gobierno decidió cambiar el mecanismo para que, de una manera gradual, el PVPC se calculase mediante una cesta o mix en el que se tuviese en cuenta el precio diario o spot, y llegase a ponderar un 45% y los futuros o forward, el 55% restante tras un periodo transitorio de tres años (de 2024 a 2026). El primer año de aplicación, 2024, este porcentaje fue del 75% y el 25%, respectivamente, con un incremento anual del 15% en el caso de los futuros en la nueva cesta, hasta alcanzar el citado 55% el próximo año. De momento, este año, los precios de los mercados a plazo pesarán el 40% en el cálculo de la tarifa regulada. Por tanto, la “señal” de precio diario, quedaría finalmente en el 45%, frente al 100% del viejo PVPC, y se alinearía con el resto de los sistemas eléctricos europeos, según el objetivo que el Gobierno se marcó con la reforma.
¿Supondrá esto una bajada de la tarifa regulada? Todo dependerá de la época del año: “Cuando la demanda de energía es más baja que la media que refleja el forward, el precio sube y, por el contrario, cuando la demanda es más alta que la media, el precio baja”, asegura un analista. Precisamente, en estos días de precio la demanda es más baja. Sin embargo, más allá de que el precio resulte algo más elevado, el nuevo sistema evitará la volatilidad del mercado mayorista con 24 precios horarios al día y que sufrió enormes vaivenes durante los años de la crisis energética.
Aunque el nuevo PVPC entró en vigor en julio de 2023, a las comercializadoras de referencia que suministran en el mercado regulado (filiales de las grandes compañías del sector: Endesa, Iberdrola, Naturgy, Repsol, TotalEnergie y Repsol) se les dieron seis meses de plazo para poder contratar en los mercados a plazo (a un mes, a tres meses y a un año, con un peso respectivo del 10%, del 36% y del 54%) la energía a suministrar en 2024 en el porcentaje que fija la norma (el 25% el año pasado y el 40% en 2025).
Los dos últimos meses del año, con llegada del invierno, la tendencia a la baja de los precios de la electricidad que se vivió en la primera parte del año se ha roto, y los expertos auguran un periodo de incertidumbre, esencialmente, por las subidas de los precios internacionales del gas. Precisamente, en las últimas semanas se han registrado precios por encima de los 100 euros/WWh debido a la menor presencia de renovables (por la menor radiación, en el caso de la fotovoltaica y el anticiclón, en el de la eólica, amén de la ausencia de lluvias, que merma la producción eólica).
Precisamente, el precio medio de la electricidad para este sábado, día 4, sigue elevado, al situarse en 111,57 euros/MWh, según datos del operador del mercado, OMIE, frente a los 122,34 euros/MWh del viernes. Tras la reforma del PVPC estos datos ya no serán los que marquen en su totalidad el PVPC: desde este enero, será, por tanto un 60% del mismo. El restante 40% queda ligado a los mercados de futuros que, para el segundo trimestre están muy por debajo, en 50,90 euros/MWh, y en el tercer y cuatro trimestre, algo por encima de los 84 euros/MWh.
La demanda sube
Según datos publicados ayer por el operador del sistema, REE, la demanda eléctrica, después de dos años de caídas, registró un incremento del 1,4% en 2024 respecto al año anterior, descontados los efectos del calendario laboral y las temperaturas.
La demanda había registrado fuertes descensos en los años previos: del 1,9% en 2023 y del 3,2% en 2022. A a pesar de este repunte, se mantiene en unos niveles todavía muy bajos, incluso inferiores a los de 2020. En diciembre, la demanda aumentó el 1,5% respecto al mismo mes del año anterior, señala la compañía.