Los hombres se comprometen con las científicas
L’Oréal pone en marcha una liga de profesionales varones comprometidos con la igualdad El objetivo es impulsar la visibilidad de las mujeres en las ciencias
En Europa, el 50% de los puestos de doctorado corresponden a mujeres, pero este porcentaje va descendiendo al subir de nivel. Solo el 15,5% de los puestos de dirección y el 3% de los premios Nobel son femeninos”. Con estas palabras recogió este miércoles en Madrid la jefa del grupo del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, Biola María Javierre, su premio a la investigación L’Oréal Unesco For Women in Science por su proyecto para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda infantil.
Números como estos impulsaron la creación del programa For Women in Science por parte del grupo L’Oréal hace 20 años. En este tiempo se han producido grandes avances, “pero los datos demuestran que no son suficientes y que es esencial aunar fuerzas y sumar apoyos para acelerar la igualdad en la ciencia”, reconoció durante la entrega de galardones el presidente de L’Oréal España, Juan Alonso de Lomas. Para conseguir ese empuje conjunto, desde el grupo cosmético han decidido incorporar a los hombres a la lucha por la consecución de un entorno científico más igualitario mediante la Liga de Científicos Men For Women in Science, una iniciativa que aprovecharon para presentar miércoles en el marco de los premios. Se trata de un proyecto que ya cuenta con 17 hombres con puestos de responsabilidad en el ámbito científico y académico, que se comprometen a promocionar la igualdad en procesos como la concesión de becas, la contratación o las publicaciones científicas.
La bióloga del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona Meritxell Rovira, que recibió el galardón gracias a su investigación sobre la aplicación de las células ductales pancreáticas en el tratamiento de la diabetes, destacó del proyecto que considera que “la igualdad no se va a conseguir solo con las mujeres, los hombres también tienen que ayudar”. De hecho, la brecha de género en el ámbito científico deriva en que son ellos los que han tenido que dar las oportunidades o ceder espacio para que estas investigadoras hayan podido alcanzar su situación actual. Rovira agradeció a su marido, también científico, que haya sido él el que frenara su carrera para que ella pudiera seguir tan implicada.
“Es un tema del que se habla mucho, pero ya hemos visto que conversar no es suficiente. Por eso creo que este tipo de iniciativas pueden hacer que se avance más rápido hacia la igualdad”, señaló la bioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid Alicia González, cuyo estudio sobre las enfermedades autoinmunes también fue merecedor de un galardón. La bioquímica de la Universidad de Barcelona Ruth Rodríguez, con su proyecto para tratar las células madre del cáncer de mama, y la investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Ana Ortega, por su estudio sobre la autoinmunidad, completaron la lista de distinguidas de esta edición. Cinco mujeres que se suman a las otras 57 científicas que han sido reconocidas en estos 18 años de premio en España.
Uno de los 17 hombres que ha suscrito el acuerdo para contribuir a una cultura organizacional más inclusiva es el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Rafael Garesse. El académico alegó que considera que su institución tiene una responsabilidad especial a este respecto al tratarse de un centro académico. Por su parte, el director del departamento de células troncales en el Centro Andaluz de Biología Molecular de Sevilla y exministro de Sanidad, Bernat Soria, también firmante de la iniciativa, señaló que aunque él se consideraría más feminista que los puntos que incluye el manifiesto, la importancia del mismo reside en que recoge acciones concretas, que son las necesarias para impulsar un cambio en la sociedad.
En este sentido, el director del Centro de Regulación Genómica, Luis Serrano, explicó que una de las medidas que están tomando desde la institución que dirige para alcanzar la paridad es “no contratar si no hay al menos una mujer con un buen currículum entre los candidatos”. Las cuotas no le parecen la mejor solución, pero confiesa que desde que siguen esta política, cuatro de las seis últimas incorporaciones han sido mujeres. “Con esta medida, los jefes de los programas animan a las mujeres que conocen y que son realmente buenas a presentarse”, desarrolla el experto.
Para Serrano, reducir la brecha de género no es solo un compromiso justo, sino beneficioso para la sociedad. “Hasta desde un punto egoísta, es positivo, pues siempre conviene tener a gente que piense de manera diferente en los grupos de trabajo”, reconoció. Por su parte, Soria lamentó que el mensaje sea más potente al implicarse hombres, pero insistió en que “es un compromiso de seres humanos”.