Stop al desperdicio de comida con el móvil
Proliferan las ‘apps’ para reducir el excedente alimentario. En España se tiran a la basura ocho toneladas de sobras al año
Para unos, comida; para otros, negocio. Las soluciones tecnológicas para poner fin al despilfarro de alimentos no se hacen esperar. El problema es serio: según la FAO, la agencia de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, el mundo desperdicia un tercio de los alimentos que se producen, 1.300 millones de toneladas anuales. En España, en 2017 se tiraron 1.326 millones de kilos (25,5 a la semana), indica un informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Para reducir estas cifras, crecen las propuestas de aplicaciones, webs, etiquetas inteligentes y big data, cuyo objetivo es mermar o incluso poner fin a tanto excedente.
Hay movimiento. Telefónica y Sodexo presentaban hace 10 días “una solución de restauración digital y sostenible” basada en el internet de las cosas (IoT). Too Good To Go, app para adquirir comida sobrante de los restaurantes, acaba de aterrizar en España –séptimo país europeo en desperdicio alimentario–, donde tendrá que competir con un puñado de proyectos ya consolidados o en vías de intentarlo.
“Cada día tenemos cola para presentarnos ideas de este tipo”, asegura Nuria Pedraza, directora de La alimentación no tiene desperdicio, iniciativa puesta en marcha en 2012 por la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc. “Fuimos de los primeros en mover ficha tanto para prevenir, que es lo primero, como para dar salida a todo alimento con riesgo de desecharse. Y ha sido muy alentador ir viendo todas las propuestas tecnológicas que se suben al carro para resolver algo tan complejo y urgente. Quizás, dada la amplia oferta existente, sea el momento de poner orden entre tanta competencia y consolidar el proyecto que funcione. Siempre en colaboración con todos los eslabones de la cadena, pues, aunque fundamental, lo tecnológico, por sí solo, no puede arreglarlo todo”, afirma.
En ello parecen estar algunos de los que más han innovado en este negocio, replanteando o reajustando su proyecto para poder consolidarlo aquí, después de haberse inspirado en otros países que nos aventajan en el tema. “Sin duda, hay que enganchar este boom que estamos viviendo”, considera Enrique de Miguel, de Nice to Eat You, la primera app nacional que apareció para facilitar a los usuarios la localización de comida a muy bajo precio en locales de restauración y comercios y salvarla así de ser tirada. “Das una nueva oportunidad a los alimentos de corta duración y, a los establecimientos, un sello que les distingue como asociados”, explica.
Distribución inteligente en televisión
Aparte del smartphone, hay más dispositivos que conectan a quien tiene comida de sobra y al que la busca. La startup Ladorian instala su software en pantallas de televisión para reproducir contenidos promocionales “aplicando un algoritmo que permite incluso potenciar ventas y, en cualquier caso, mejorar la rotación de producto en un 30% de media”, detalla Alejandro Gutiérrez-Bolívar, consejero delegado de la compañía.
Los dos ingenieros y dos diseñadores que crearon la herramienta en 2015 decidieron “darse una pausa en los últimos meses para pensar, reconducir la estrategia y reforzar la red de partners”. Este mismo mes acaban de retomar la actividad. Y lo han hecho unidos a Smart Foodie. “Ha sido una suerte contactar y sumar nuestro equipo a su tecnología”, dice De Miguel.
En Ni las Migas también están en reflexión para mejorar. Esta otra aplicación se ha erigido en referente con su “comunidad de migueros”, que busca “comer bien, barato –mitad de precio o menos– y sostenible”, localizando productos que reservan en tiendas y restaurantes y para los que fijan una hora de recogida.
El caso de Phenix es distinto. Una plataforma de origen francés que busca, igualmente, dar una segunda vida a los productos, comida, entre otros muchos, y que lleva ya cuatro años funcionando. A su director, Miguel Die, le gusta definirla como el “Wallapoop de las empresas”.
Tal y como explica, “se oferta un servicio completo: una app que avisa a los jefes de sección de las tiendas sobre la caducidad de sus productos, un software que ajusta, calcula y etiqueta precios para maximizar su salida; diseñamos y organizamos unas zonas especiales en los establecimientos para alimentos de consumo rápido y, por último, buscamos vías alternativas para lo que tiene más riesgo de acabar en la basura. Y si no, donamos, puesto que no hemos inventado nada, más bien hemos innovado algo que existía. Así, somos capaces de colocar, sumando todos los países, unos 50 millones de toneladas diarias, casi lo que otros hacen en un año”, destaca.
Residuo cero
Para Die, lo más difícil es llegar a la meta del residuo cero. “Llegamos a una merma del excedente que se sitúa en el 90%, pero seguimos aspirando al 100%. Es complicado. Los datos hablan por sí solos: de unos mil hipermercados, los certificados por haberlo logrado no llegan a la veintena”, precisa.
Además, sostiene que hay muchas diferencias entre países. “En España es más complicado porque la gestión de residuos es barata, tirar una tonelada cuesta unos 20 euros, mientras que los franceses pagan en torno a 100. Por eso, nuestro trabajo tiene mucho de evangelizador. El primer paso es concienciar”, mantiene.
Por ello, la proliferación de estos negocios debe considerarse más un movimiento social. De momento, Francia e Italia son los únicos países de la Unión Europea que han legislado al respecto.
Marea europea
Too Good To Go es un movimiento europeo que combate el desperdicio de alimentos. Nació en Dinamarca hace dos años y ya está presente en nueve países. Este movimiento se materializa en una app que permite a establecimientos como supermercados, hoteles, restaurantes, panaderías, fruterías... a dar salida a su excedente de comida diario y evitar que esta comida de calidad acabe en la basura.
A su vez, "permite a los usuarios descubrir establecimientos a su alrededor y poder salvar esta comida a un precio reducido, ayudando así también a reducir las emisiones de CO2", comenta Jonathan Zarzalejo, su director de marketing.
En septiembre hicieron el lanzamiento en España y en apenas dos meses son una de las app líder del país. Cuenta con más de 30.000 usuarios y están presentes en Madrid, Barcelona y Bilbao.
Entre sus socios están Carrefour, Novotel, Accor Hoteles, Spar, Seven Eleven, Starbucks, Costa Café, Mandarin Hoteles, Pain Le quotidien o Mis Bagel.