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Tribuna
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Bono térmico, otra oportunidad perdida

No contribuirá al ahorro energético porque no tiene en cuenta el consumo a la hora de concederse

EFE
CINCO DÍAS

Las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno, como es la ampliación del bono social hde la luz con la creación de otro para calefacción, persiguen reducir la vulnerabilidad de aquellos hogares que no pueden afrontar el gasto doméstico por los altos precios de la energía. En este sentido, toda iniciativa que contribuya a erradicar la pobreza energética en España es siempre bienvenida.

Pero una vez conocidos los detalles sobre el funcionamiento del bono social para calefacción, se pierde la oportunidad de que este esfuerzo económico del Estado contribuya al ahorro energético. El bono térmico no tiene en cuenta los consumos, se otorgará en igual medida a las familias que gastan más y las que gastan menos, y de igual forma a las que consumen combustibles más o menos contaminantes, y así no incentiva el ahorro.

Cabe preguntarse si no sería más oportuno, y más justo, medir los consumos de calefacción antes de poner en marcha esta ayuda, y como en el caso del bono eléctrico, que sea una ayuda calculada como un descuento al consumo de cada hogar. Así, las familias vulnerables, además de recibir esta ayuda, se verán incentivadas a tomar decisiones dirigidas a ahorrar en su consumo de calefacción.

Es por ello que desde Europa insisten en la transposición de la directiva de eficiencia energética en lo que se refiere a la contabilización individual de calefacción en edificios con calderas centrales, aún pendiente de aprobación en nuestro país. Esta normativa, de la que se espera su próxima aprobación, obligará a que todos los edificios con calefacción central que no resulten exentos de la obligación, por no ser rentable o técnicamente viables, deberán instalar contadores o repartidores de costes en los radiadores.

A tal fin, y a partir de su aprobación, el Gobierno establece un calendario (desde 2019 a 2022) para llevar a cabo la instalación de contadores o repartidores que varía en función de en qué zona climática se encuentre ubicado el edificio, y si éste tiene más o menos de 70 viviendas.

Aunque en su totalidad afectará a 1,5 millones de viviendas, se prevé que este Decreto será de aplicación a más de 119.000 hogares vulnerables, aquellos comprendidos dentro de las zonas climáticas más frías (norte y centro peninsular fundamentalmente).

Los estudios realizados corroboran que la contabilización individualizada permite reducir hasta un 25% el consumo de calefacción y el Gobierno dictará mediante una orden ministerial el porcentaje medio de ahorro de energía a obtener con esta medida y el plazo de amortización, en años, por debajo del cual se considera que la instalación a acometer es rentable económicamente.

El proyecto excluye también a los edificios que se encuentran en las zonas climáticas suaves que son, entre otras, las Islas Baleares y Canarias y el litoral mediterráneo. Una discriminación, a mi entender positiva, aunque desde Europa se busque la reducción de consumos en todos los territorios nacionales. ¿Coincidirá este número con el de los consumidores que puedan solicitar el bono para calefacción? Con todo, el real decreto que el Gobierno aprobará, esperemos que pronto, supondrá un ahorro para las familias españolas de 230 millones de euros al año. Y aunque, inicialmente, cada vivienda tendrá que asumir un coste mínimo de menos de siete euros al mes para la instalación de los contadores y válvulas termostáticas, se estima un ahorro medio de 220 euros anuales.

El valor de esta norma está, sobre todo, en la toma de conciencia de las familias sobre su consumo real, que ayudará a realizar un gasto más responsable y eficiente de la calefacción. El consumidor debe ser consciente en todo momento de que los repartidores de costes no suponen una carga para su economía, sino de un método de ahorro.

Se mire por donde se mire, la puesta en marcha de este decreto será positiva para la economía familiar y también del país, ya que se crearán unos 3.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Y no nos olvidamos del medio ambiente; la contabilización individual de consumos permitirá que se reduzca cada año la emisión de dos millones de toneladas de C02 a la atmósfera.

Ignacio Abati es Director General de ISTA y presidente de AERCCA (Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción)

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