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Reino Unido hace un ejercicio de humildad con el ‘brexit’

Su plan B para una salida sin acuerdo reconoce que está a merced de Bruselas

Dominic Raab, ministro británico para el Brexit, ayer.
Dominic Raab, ministro británico para el Brexit, ayer.EFE

La famosa flema por la que solía conocerse a los británicos es evidente en los planes de contingencia de su país para salir de la UE sin acuerdo de salida. Los documentos gubernamentales emitidos ayer destilan los riesgos económicos de la burocracia, los retrasos en las fronteras y los trastornos financieros en un lenguaje seco y a veces técnico. Esto no puede ocultar hasta qué punto Reino Unido depende de la buena voluntad de Bruselas.

El ministro del brexit, Dominic Raab, explicó una serie de problemas que podrían surgir y cómo podrían prepararse los diferentes sectores. Por ejemplo, se insta a los fabricantes de medicamentos a que acumulen otras seis semanas de existencias de medicamentos para hacer frente a posibles interrupciones del suministro. Las finanzas, que el año pasado aportaron el 6,5% de la producción económica total se enfrentan a retos específicos.

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Por ejemplo, en ausencia de acción de la UE, los clientes europeos ya no podrían utilizar los servicios de los bancos de inversión con sede en Reino Unido y estos bancos podrían no poder cumplir con los contratos transfronterizos existentes, dijo el Gobierno. Gran Bretaña está ofreciendo pragmáticamente un período de gracia de hasta tres años, que denomina “régimen de permisos temporales”, a los bancos y cámaras de compensación de la UE en el país. Pero la acción unilateral no bastará para eliminar los riesgos y la cooperación de la UE será necesaria para garantizar la validez de los miles de millones de los derivados. Una necesidad similar de acción por parte de la UE aparece una y otra vez en los documentos.

Hasta ahora, Bruselas guarda sus cartas. El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha dicho que los contratos transfronterizos probablemente podrían continuar a pesar del brexit y un documento de la UE de julio parecía restar importancia al asunto. Los bancos mayoristas que operan en Londres temen que no haya tiempo suficiente para cambiar todos los contratos antiguos por otros nuevos en marzo de 2019, la fecha prevista para la salida.

La postura de la UE puede ser táctica. Y las consecuencias de un brexit sin trato ya se han discutido. Pero Gran Bretaña ha admitido finalmente hasta qué punto está a merced de Bruselas.

 Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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