Cómo interpretar los rankings de fondos
La rentabilidad histórica de una firma es un factor a tener en cuenta a la hora de valorar su compra
Es habitual encontrar en la prensa económica la publicación de ranking de fondos por periodos a 36 y 12 meses, ordenados por rentabilidad en cada categoría. Me consta que algunos inversores los miran para seleccionar fondos donde invertir o para medir el resultado de los fondos que ya tienen en cartera, comparándolos con los primeros del ranking de su categoría.
La frase “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras” figura en casi todos los folletos comerciales de los fondos. No obstante, ya sea por el hecho de que en otros ámbitos, como el deportivo, los mejores del ranking siguen en los primeros puestos durante varias temporadas, o porque muchos inversores no pueden o no se les ocurre mirar otros criterios de selección, la rentabilidad histórica del fondo es un factor que se tiene muy en cuenta a la hora de comprar fondos.
Nadie duda que Nadal, si no se lesiona ni se retira, en 2019 volverá a estar en los primeros puestos del ranking ATP. Desde 2005, ha estado entre los diez primeros de forma ininterrumpida. En el caso de los fondos ¿los mejores tienen la misma consistencia que los mejores deportistas?
Para contestar a esta pregunta podríamos acudir al estudio Persistence Scorecard elaborado por S&P que analiza la consistencia a lo largo de los años de los fondos de inversión americanos de renta variable de gestión activa. Puntualizar que el americano es el mayor mercado del mundo.
Según este estudio publicado en junio de 2017, de los 585 fondos existentes en marzo de 2013, sólo el 0,34% de estos se mantenía en el primer cuartil tras cinco periodos consecutivos de 12 meses. Si nos focalizamos más en fondos más afines al perfil de inversor español –fondos domiciliados en Europa, no solo de renta variable y principalmente mixtos conservadores– el resultado es parecido al obtenido con el análisis de los fondos americanos.
Con datos de rentabilidad a doce meses, no queda fondo, dependiendo de la categoría, que se mantengan en el primer cuartil, pasados tres o cinco años. Es decir, no hay fondos que todos y cada uno de los años, estén entre el 25% de los mejores durante cinco años seguidos.
Así pues, parece que los rankings a 12 meses no son muy útiles para seleccionar fondos y tampoco parece una medida adecuada para ver cómo de buenos son los fondos que tenemos en cartera. Una conclusión particularmente relevante en fondos mixtos: algunos productos pasan de estar un año en el primer decil a estar en los últimos el año siguiente. ¿Qué pasa si usamos un ranking de rentabilidad a 36 meses? Si tomamos rentabilidades a 3 años, desde 2008 hay tres periodos completos de años naturales (de 2008 a 2010, de 2011 a 2013, de 2014 a 2017) y luego casi un año y medio. Pues bien, en este caso la cosa mejora algo sin ser nada espectacular.
En fondos mixtos conservadores con sesgo europeo y denominados en euros (los más vendidos en España) y en renta variable europea de grandes compañías, el porcentaje que se mantiene en el primer cuartil es muy similar en ambas categorías, alrededor del 12%. Si tomamos como referencias rentabilidades a cinco años, el análisis mejora, especialmente en fondos puros de RV europea. En esta categoría, hay un buen número de fondos que baten al índice a tres, cinco y diez años, pero claro, no lo hacen todos los años de forma consecutiva. Hay otros fondos considerados “no tan buenos” a largo plazo que les adelantan en el ranking anual.
Resumiendo, parece que las rentabilidades pasadas, especialmente a corto plazo, no son un buen criterio para decidir qué fondos vender o comprar. Mi consejo es que no se utilice los rankings a la hora de seleccionar fondos. Busque asesoramiento profesional, tenga paciencia y confíe las inversiones a más de un año, porque en un año influye mucho el azar. Mida la rentabilidad de su cartera global frente a una referencia bien construida que refleje el riesgo que pueda soportar.
Decida lo que decida, invertir por su cuenta o con un profesional, recuerde que el mayor problema no es que salte de un fondo a otro si mantiene siempre el mismo riesgo. Una de las decisiones que más rentabilidad resta es disminuir mucho el riesgo después de una corrección importante en los mercados. Generalmente, el inversor medio no vuelve a entrar hasta pasada la recuperación y si se ha perdido esa recuperación es muy difícil que obtenga una adecuada rentabilidad.
Marta Díaz-Bajo es directora del departamento de análisis de fondos de atl Capital Gestión de Patrimonios