Trump responde a la UE amenazando con aranceles a los vehículos
Asegura que EEUU tiene un déficit comercial anual de 800.000 millones de dólares por el comercio con la Unión Europea Su gabinete asegura que "no habrá excepciones" con ningún país del mundo
El presidente de EEUU, Donald Trump, no se arredra y, lejos de echar atrás su plan de imponer aranceles a las importaciones de aluminio y acero tras la decisión de la Unión Europea de aumentar los gravámenes a su vez de las empresas de EEUU, aumenta la presión sobre el comercio internacional. Este fin de semana, de nuevo a través de su cuenta de Twitter, el presidente aseguró que "si la Unión Europea quiere aumentar aún más sus aranceles y barreras ya enormes sobre las empresas estadounidenses que hacen negocio allí, simplemente aplicaremos un impuesto sobre los coches que se venden libremente en los Estados Unidos. Ellos ya hacen imposible las ventas de nuestros automóviles allí. ¡Gran desequilibrio comercial!"
El presidente estima que "Estados Unidos ya tiene un déficit comercial anual de 800.000 millones de dólares por nuestras políticas y acuerdos comerciales "muy estúpidos". "Nuestros trabajos y riqueza se están dando a otros países que se han aprovechado de nosotros durante años. Se ríen de los tontos que han sido nuestros líderes. ¡Ya no más!", reclamó también en su twitter.
Estados Unidos ya ha impuesto un arancel del 2,5% a los automóviles fabricados en Europa y de un 25% a furgonetas y camiones europeos. La Unión Europea, por su parte, cuenta con un arancel de 10% a automóviles construidos en Estados Unidos.
Así, Trump "no está dispuesto a hacer excepciones a ningún país", según contó el secretario de Comercio de EEUU, Wilbur Ross. El presidente ya habría informado a varios líderes mundiales de que no hará exención alguna sobre su planeada subida de aranceles al acero y el aluminio, según dijo Ross en una entrevista en el programa de televisión This Week de la cadena ABC.
"La decisión obviamente es de él, pero de momento, hasta donde yo sé, él está hablando del trazo grueso. No lo he oído describir exenciones en particular hasta ahora", matizó Ross.
Ross minimizó los posibles efectos de los aranceles propuestos sobre la economía estadounidense. Sostuvo que la suma total de aranceles que propone el gobierno de Estados Unidos es de unos 9.000 millones de dólares al año, un 1% de la economía. "Por eso, la idea de que destruirán muchos empleos, subirán los precios, alterarán las cosas, es incorrecta", ha explicado Ross.
Líderes "preocupados"
Pese a la matización del secretario, los líderes de todo el mundo están tomando posiciones al respecto de las declaraciones de Trump. "La Primera Ministra británica, Theresa May, está muy preocupada" al respecto, afirmó una portavoz de su gabinete, tras una conversación telefónica entre ambos líderes. May señaló que "solo las acciones multilaterales son eficaces para solucionar los problemas de sobrecapacidad de producción en el mundo".
"China no quiere una guerra comercial con EEUU", afirmó el domingo el portavoz del Parlamento chino Zhang Yesui, en una rueda de prensa antes de la sesión anual del Parlamento de China, pero aseguró que "defenderá sus intereses". "La negociación y la apertura mutua de los mercados son la mejor vía para resolver problemas comerciales", dijo Yesui. Eso sí, aseguró que "China no se quedará sentada si sus intereses mercantiles se ven dañados".
El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, defendió ayer "lo importante que es para el Gobierno australiano perseguir los intereses de Australia en el libre comercio y defendemos estos principios en el mundo", dijo Turnbull, según el diario The Australian. El primer ministro australiano subrayó que el libre comercio significa "más trabajo en Australia y más oportunidades para las exportaciones".
El Gobierno australiano trata de aclarar con el estadounidense si Australia será eximida de los aranceles anunciados, decisión que atribuyen personalmente a Trump. "Desafortunadamente, en este momento no tengo claro si nos afectará el anuncio del presidente", dijo el ministro de Comercio australiano, Steven Ciobo, que habló el sábado con su homólogo estadounidense, Wilbur Ross, sobre este asunto. "Lo que está claro es que Estados Unidos está trabajando aún en los detalles relacionados con el anuncio. El punto en el que afectará a Australia está aún por determinarse", agregó Ciobo.
La "amenaza" de la Unión Europea
En un discurso el viernes por la noche en la Universidad de Harvard, la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, dijo que la Unión Europea responderá a los aranceles "para defender a la industria europea y al sistema comercial mundial".
La política danesa calificó la acción de Trump como "medidas proteccionistas unilaterales", que, aseguró, "afectan no sólo a empleos, sino a todo el sistema de reglas que hacen que nuestra economía global funcione".
Las compañías automovilísticas de Volkswagen y BMW cuentan con importantes plantas de fabricación en Estados Unidos. BMW emplea a más de 9.000 trabajadores en Carolina del Sur, lo que le convierte en el mayor empleador del estado.
El mercado estadounidense corresponde a un 15% de las ventas mundiales de las marcas Mercedes-Benz y BMW y a un cinco por ciento de las ventas de la marca Volkswagen.
La amenaza de Trump tiene lugar en medio de una creciente tensión transatlántica por el comercio. El jueves, Trump dijo que Estados Unidos aplicará aranceles de 25% al acero importado y de 10 por ciento a productos de aluminio para proteger a productores locales.
Al día siguiente, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo en la televisión de Alemania que, en el caso de Trump siga adelante con su propuesta, la UE responderá imponiendo "aranceles a las motos Harley-Davidson, al whisky y a los vaqueros de la marca Levis".