El 60% del Ibex concentra todo el poder en el presidente
Seis compañías unifican la figura del presidente y del consejero delegado Catorce firmas otorgan funciones ejecutivas al presidente
Las recomendaciones de los organismos internacionales en materia de gobierno corporativo establecen que las empresas deben estar presididas por un independiente sin funciones ejecutivas y que el consejero delegado debe concentrar todo el poder ejecutivo. El primero se encargará de velar por los intereses a largo plazo de los accionistas y el segundo se dedicará al día a día de la compañía. La fotografía de las 35 empresas que componen el IBEX ofrecen un balance alternativo. De esas 35 compañías, hay seis (Acciona, Aena, ACS, Cellnex, Mapfre, Iberdrola) en las que una sola persona acapara las funciones de presidente y consejero delegado. En el listado hay otras 14 (Enagás, Colonial, Viscofán, Telefónica, Técnicas Reunidas, Santander, Bankia, Endesa, Ferrovial, Gas Natural, BBVA, Inditex, Sabadell e Indra) en la que el presidente tiene facultades ejecutivas, que comparte con el consejero delegado. Finalmente hay 15 firmas (Día, CaixaBank, Bankinter, Repsol, Red Eléctrica, Merlin Properties, Acerinox, Grifols, IAG, Amadeus, Mediaset, Merlin Properties, Meliá, Abertis y Siemens Gamesa), que sí cumplen los estándares internacionales en gobierno corporativo. De esta manera, el 60% de las compañías que componen el IBEX 35 concentran el poder ejecutivo en el presidente.
Esta tendencia a concentrar el poder ejecutivo en una sola persona se ha acelerado en las últimas semanas con dos movimientos en el IBEX 35 (Cellnex y Gas Natural Fenosa), ambos motivados por una misma persona: Francisco Reynés. El exconsejero delegado de Abertis fue nombrado presidente de Gas Natural Fenosa, donde compatibilizará su cargo con el de consejero delegado. Reynés también era presidente de Cellnex, cargo que asume Tobías Martínez, el consejero delegado hasta hace pocos días. “Los códigos de buen gobierno recomiendan dos fórmulas: o presidente no ejecutivo y consejero delegado [como tenía por ejemplo en Abertis] o presidente ejecutivo y consejero coordinador. Este segundo es el que hemos elegido”, remarcó Reynés.
Solo 15 distinguen entre un presidente no ejecutivo y un consejero delegado, tal y como recomiendan los organismos internacionales
Si el análisis se realiza fuera de las sociedades cotizadas, el panorama es similar. Entre las empresas que cuentan con una mayor facturación destacan Mercadona, en la que Juan Roig concentra todo el poder sin la presencia de un consejero delegado. Un punto y aparte ha marcado El Corté Inglés, un gigante de la distribución con 78 años de historia donde el presidente y el consejero delegado siempre habían recaído en la figura de Isidoro Álvarez hasta su muerte en septiembre de 2014. Su sucesor, Dimas Gimeno, había heredado ambas figuras hasta que el pasado octubre se produjo un cambio trascendental. El Consejo de Administración nombró dos consejeros delegados (Víctor del Pozo Gil y Jesús Nuño de la Rosa Coloma), vinculados a la compañía desde hace más de 25 años, y Gimeno perdió sus funciones ejecutivas pasando a ser chairman. El hasta ahora presidente ejecutivo, Dimas Gimeno, pierde sus funciones ejecutivas y tendrá la consideración de chairman. “Esta figura es cada vez más habitual en las grandes empresas nacionales e internacionales para facilitar la separación de poderes y aportar mayor transparencia y control”, remarcó el grupo en un comunicado.
Fuentes empresariales consultadas por Cinco Días remarcan que esta diferenciación de las compañías españolas con respecto al del resto de su entorno está muy ligada al origen familiar de los grandes grupos (Acciona, Ferrovial, Santander o OHL), en el que la injerencia de independientes en la gestión de la empresa no está bien vista. “Esta visión es diametralmente opuesta en el mundo anglosajón”, remarcan. De hecho estas mismas fuentes remarcan el profundo descontento que existe entre los grandes inversores internacionales (entre los que destaca a Norgues y Blackrock, presentes en la gran mayoría de consejos del IBEX) por una manera de gobernar las empresas que consideran errónea. De hecho advierten que los proxy advisors (las entidades que aconsejan a los inversores en su entrada en el accionariado de las empresas) están recibiendo cada vez más reclamaciones.
Para tratar de corregir el exceso de poder, la CNMV fijó a finales de 2014 un cambio en la Ley de Sociedades que obligaba a las empresas a crear la figura del consejero independiente coordinador (CIC) cuando los puestos de consejero delegado y el presidente recayeran sobre la misma persona. “Esta figura se creó como un elemento de contrapeso para mitigar el exceso de concentración del poder. Nadie ha esquivado esa obligación, aunque no todas lo están haciendo con la misma intensidad”. En este sentido, todas las fuentes consultadas subrayan, por diferentes, los casos de Red Eléctrica de España (REE) y Repsol. La primera tiene como presidente no ejecutivo a José Folgado y como consejero delegado a José Lasala. Pese a tener perfectamente delimitadas ambas competencias y no estar obligado por ley, ha nombrado para ese cargo a la consejera independiente Carmen Gómez Barreda por un período de tres años como CIC. En el caso de la petrolera, el poder está repartido entre un presidente no ejecutivo (Antonio Brufau) y un consejero delegado (Josu Jon Imaz) y también cuentan con un consejero independiente coordinador (Artur Carulla). Los expertos consultados por Cinco Días remarcan que otra medida que aportaría un contrapeso al exceso de poder en la figura del presidente sería un porcentaje mínimo del 50% de independientes en el Consejo de Administración, aunque por ahora no es obligatorio y solo es una recomendación.