La ironía del ‘brexit’ está en los datos
La mayoría de los directivos extranjeros en Reino Unido no son europeos, por ejemplo
Una vez que el brexit ha superado el primer obstáculo del acuerdo de divorcio, ahora la atención se centra en qué sucederá el día después de la salida, previsto para marzo de 2019. Los partidarios del brexit han basado sus argumentos a favor de una separación de la UE en dos grandes expectativas sobre qué sucederá una vez que el brexit se convierta en una realidad: 1) la primera es que los británicos se beneficiarán de unas políticas de inmigración más restrictivas respecto a otros países de la UE. Se cree que, al limitar la futura entrada de inmigrantes de la UE, incluidos los trabajadores calificados, los ciudadanos británicos dispondrán de más oportunidades; 2) la segunda es que las empresas británicas podrán prosperar aún más en los mercados globales, ya que después del brexit, podrá prescindirse de la burocracia de la UE y ello permitirá que las empresas sean más eficaces en un mercado global. La suposición subyacente es que las empresas británicas se volverán aún más globales como consecuencia de que Gran Bretaña podrá firmar libremente unos acuerdos comerciales más favorables con otros países de fuera de la UE.
Para evaluar la probabilidad de que estas dos expectativas se cumplan, hemos analizado la lista Fortune Global 500 de las empresas más grandes del mundo. Concretamente, para valorar la primera expectativa de los partidarios del brexit, hemos examinado las nacionalidades de los altos cargos y de las juntas directivas de dichas empresas. En consonancia con las convicciones de los partidarios de la salida, es cierto que las entradas de inmigrantes internacionales calificados han sido relativamente superiores en las empresas británicas que en el resto de la UE.
En general, el 38% de los altos cargos de las empresas británicas son extranjeros, doblando la cifra alemana de solo el 19%. No obstante, la ironía estriba en el hecho de que la mayoría de ese 38% son extranjeros no residentes en la UE. De hecho, mientras que el 14% del 19% de Alemania proviene de otros países de la UE, el mismo concepto para el Reino Unido es solo del 13%. Por el contrario, la cifra de extranjeros no residentes en la UE para Gran Bretaña se sitúa en el 25%, frente a tan solo el 5% de Alemania.
Y algo similar ocurre si nos fijamos en las juntas directivas: el 37% de los miembros de las juntas directivas de las empresas británicas está compuesto por extranjeros (14% ciudadanos de la UE y 23% de fuera de la UE), frente a tan solo el 15% para las empresas alemanas (12% ciudadanos de la UE y 3% de fuera de la UE).
Así, aunque de hecho es cierto que las empresas británicas han internacionalizado más que nadie su equipo humano, en realidad dichos trabajadores calificados no provienen de países de la UE. Así pues, ¿realmente el brexit tendrá el efecto deseado para los británicos de conservar más empleos calificados? Los datos parecen decir que “no”.
¿Qué pasa con la segunda premisa, la que afirma que separarse de la UE permitirá a las empresas británicas estar más orientadas al mundo? El hecho es que la internacionalización de los altos cargos y de las juntas directivas de las empresas británicas es superior a la media y ello ya ha contribuido a que las empresas británicas sean más globales.
Si nos fijamos en la distribución de las ventas, lo primero que se observa es que, en general, las empresas de la UE son las más orientadas al mundo, ya que un promedio del 41% de sus ventas proviene de fuera de la UE. Las ventas de las empresas norteamericanas y asiáticas provenientes del exterior de su mercado doméstico ascienden solamente al 33% y el 26%, respectivamente. Además, las empresas británicas se encuentran entre las más orientadas al mundo dentro de la UE, ya que un promedio del 46% de sus ventas proviene de fuera de la UE. Los centenares de acuerdos comerciales bilaterales que la UE ha firmado a lo largo de la historia con países de todo el mundo han sido un factor fundamental para que las empresas de la UE puedan internacionalizarse fuera de la propia UE.Por lo tanto, las empresas británicas son unas de las que más se han beneficiado de estos acuerdos.
¿Podría ser verdad que los acuerdos bilaterales negociados después del brexit ayudaran a las empresas británicas a ser aún más globales de lo que son actualmente? Parece irónico observar que el brexit obligará a esas empresas británicas a abandonar los mismos acuerdos comerciales que tantos beneficios les han reportado hasta el día de hoy.
¿Abandonar la UE tendrá como consecuencia unos puestos de trabajo más calificados para los británicos? ¿Abandonar la UE hará que las empresas británicas sean aún más globales? De hecho, la ironía de estas suposiciones acerca del brexit radica en los datos.
Omar Toulan/ Niccolò Pisani IMD/ Universidad de Ámsterdam