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Economía propone eliminar los umbrales de plantilla y ventas que frenan el crecimiento

El Gobierno considera que el PIB podría ser hasta un 7,5% superior con compañías más grandes

Evolución de la estructura empresarial por el tamaño de la plantilla
CINCO DÍAS

El Ministerio de Economía ha elaborado un Informe sobre crecimiento empresarial en el que plantea, entre otras medidas, eliminar o modificar aquellos umbrales por número de trabajadores o facturación que operan actualmente en la legislación española y que dificultan que las empresas aumenten su tamaño, ya que seguir siendo pymes tiene ventajas fiscales y de otro tipo, según informa Europa Press.

Así lo trasladará este jueves el ministro de Economía, Luis de Guindos, durante su comparecencia en el Congreso para dar cuenta de dicho informe, en el que se indica que en España el tamaño medio de las empresas es menor que en los principales países de la UE y el tejido empresarial está sesgado en favor de las microempresas, que además aportan mucho menos valor añadido.

Estas empresas resultan ser también las principales empleadoras de la economía española, ya que ocupan a cuatro de cada diez trabajadores, y las pymes en su conjunto, a tres de cada cuatro. Según el Gobierno, la reducida dimensión empresarial crea dificultades para acometer proyectos de internacionalización o de I+D y estas empresas contribuyen menos a la mejora de la productividad. En coherencia con ello, los salarios que ofrecen también son menores.

Por tanto, asegura que el mayor tamaño empresarial mejora la productividad y el crecimiento potencial de la economía. De acuerdo con una simulación realizada por el propio Ministerio de Economía, si la estructura empresarial en España fuera equivalente a la de la media de la UE, el PIB podría aumentar cerca de un 3,5% y si fuera equivalente a la británica, sería un 7,5% superior. En el caso de ser como en Alemania, el PIB español podría ser casi un 6% superior.

De esta manera y para eliminar este “efecto escalón” que ha identificado el Gobierno, Guindos planteará diferentes alternativas, y una de ellas es eliminar los umbrales por número de trabajadores (actualmente se diferencia entre 10, 50 y 250 empleos) o por cifra de facturación (los más repetidos en la legislación actual son 10, 6 y 2 millones de euros) cuando la regulación dependiente del tamaño no resulte necesaria o proporcionada.

Otra alternativa que defiende Economía es sustituir el umbral vinculado al tamaño por algún otro umbral, posibilidad que ya se introdujo en la reforma del Impuesto sobre Sociedades, ya que el tipo reducido estaba reservado a las pymes y ahora ha quedado exclusivamente disponible para empresas de nueva creación.

El phase out de la regulación es otra de las opciones que baraja el Gobierno. Se trata de una opción seguida en las normas de auditoría y contabilidad, donde la regulación solo se activa si la empresa rebasa los umbrales durante dos ejercicios seguidos. Asimismo, Economía apuesta por hacer una revisión “al alza o a la baja” de los umbrales en función de las regulaciones y también que pueda desacoplarse de los niveles más frecuentes, como el de 50 trabajadores, para evitar los “efectos escalón” en la distribución de empresas.

El departamento de Luis de Guindos, que ha identificado más de 130 regulaciones empresariales vinculadas al tamaño, recuerda que el FMI estableció que el régimen fiscal para empresas de reducida dimensión, que estuvo en vigor hasta 2014, lejos de apuntalar las opciones de crecimiento empresarial, contribuyó negativamente al dinamismo de las empresas al reconocer implícitamente unos beneficios fiscales decrecientes con el tamaño de la empresa.

El clima de negocios

Además del examen a los umbrales regulatorios, el Gobierno también apuesta por mejorar el clima de negocios, ya que su mejora “impacta directamente” en la dinámica empresarial y, por tanto, en la actividad y el empleo. Según datos de la UE citados por Economía, una reducción del 25% de las cargas administrativas tiene un impacto positivo del 1,26% en el crecimiento de la zona.

En el caso de España, indica que de acuerdo con los datos del Doing Business, existe una percepción negativa sobre el clima de negocios y según el Eurobarómetro de la Comisión Europea sobre la facilidad para abrir una empresa, las respuestas resultaron muy negativas en España, que es el segundo país en el que más dificultades se perciben. Por todo ello, apuesta por mejorar la posición del país en el Doing Business, que es el indicador más utilizado a nivel internacional para medir el clima de negocios, mediante la reforma de determinadas regulaciones mercantiles, concursales o fiscales.

Por último, el Gobierno propone un tercer eje de actuación relativo a la unidad de mercado, dado que en España proliferan las normas, en parte por la división de competencias entre la UE, el Estado, las comunidades y los ayuntamientos. “La fragmentación del mercado doméstico socava la capacidad de las empresas de aprovechar las economías de escala y de crecer y ser más productivas”, subraya Economía.

De esta forma, aboga por establecer “vías alternativas” a la actual ley de unidad de mercado, recurrida en el Tribunal Constitucional por algunas comunidades y toda vez que dicho tribunal ya ha declarado nulos algunos artículos de la esta norma. Además, aún tiene que pronunciarse sobre tres recursos pendientes.

Asimismo, Economía afirma que ha identificado varias regulaciones que podrían ser “innecesarias o discriminatorias” y que estarían constituyéndose como “obstáculos” al acceso y ejercicio de las actividades.

Por otro lado, los empresarios y directivos de la micro y pequeña empresa se mantienen cautos a la hora de valorar la situación económica que atraviesa España. Este segmento del tejido empresarial español se mantiene, de hecho, algo más pesimista que la media en lo que respecta a la coyuntura actual: la mayoría (un 54%) califica como “regular” el momento de la economía y solo un 44% espera que mejore a lo largo de 2017. Así lo expresan en el informe Perspectivas de la Pequeña Empresa en España elaborado por KPMG Impulsa con la colaboración de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).

Este estudio concluye que la mayoría (el 42%) destinará el grueso de sus inversiones de este año a herramientas tecnológicas y pone de manifiesto la apuesta que están llevando a cabo por la transformación digital.

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