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Farmacéuticas

Lipopharma: cómo burlar al sistema científico en la venta de un falso fármaco

Los fundadores de la empresa, detenidos por fraude al vender un placebo La compañía está vinculada como ‘spin-off’ a la Universidad de las Islas Baleares

Sede de Lipopharma, en Parcbit de Palma.
Sede de Lipopharma, en Parcbit de Palma. Efe
Alfonso Simón Ruiz

Pocos datos hacía sospechar de Lipopharma Therapeutics: spin-off de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), perteneciente a la patronal de bioempresas Asebio, participaba en congresos internacionales, creada por catedráticos universitarios e incluso sus fundadores recibieron la visita de la reina Doña Sofía. Pero este martes todo saltó por los aires al conocerse la detención de dos de sus fundadores por presunta estafa en la venta de su antitumoral. ¿Cómo es posible este supuesto engaño?

La Policía Nacional informó este martes que la pasada semana detuvo a dos profesores de la UIB, junto a tres colaboradores, por estafar más de 600.000 euros a diversos pacientes con un fármaco antitumoral, llamado Minerval, al que las autoridades califican como “placebo” sin autorización para su venta al público, además de intentar vender otra terapia falsa contra el alzhéimer.

Los dos detenidos pertenecientes a la universidad son los catedráticos de Biología Pablo Escribá y Xavier Busquets, contra los que el centro educativo todavía no ha tomado ninguna medida disciplinaria.

La Policía Nacional acusa a Escribá y Busquets de beneficiarse de su condición de profesores “para otorgar mayor credibilidad a su producto y utilizaban las instalaciones universitarias para avanzar en sus investigaciones y elaborar la sustancia”. Se han presentado más de una decena de denuncias de afectados, que pagaban en algunos casos más de 25.000 euros por la terapia a una fundación sin ánimo de lucro.

La Agencia Española del Medicamento ha confirmado que Minerval no tenía la autorización para comercializarse. Ese fármaco, según la web de la empresa, no había comenzado a usarse en estudios clínicos, es decir, cuando se comienza a testar con humanos. Según la compañía, que declinó hacer comentarios, en agosto había concluido el reclutamiento de los enfermos para iniciar el ensayo, sin conocerse después avances adicionales.

Lo sorprendente es que la propia UIB reconoció este martes que desde 2011 conocía los rumores, pero hasta 2016 no tuvieron ninguna prueba contra la empresa, cuando dos directores de centros de investigación enviaron una carta sobre la comercialización fraudulenta.

Los fundadores de la empresa habrían engañado con la comercialización de este fármaco siendo miembros del sistema científico. Primero al crear una compañía ligada a la universidad, ya que esta institución debe dar el visto bueno sobre esa empresa porque considere que una investigación puede transferirse a la sociedad, con la comercialización de algún producto, a cambio de retornos para el centro educativo. Además, la compañía pertene a asociaciones como Asebio o  al cluster biomédico de las Islas Baleares. Incluso ha participado en congresos internacionales como el de la American Society of Clinical Oncology (ASCO), el más prestigioso del mundo, en 2015, según indican en su propia web, o en Bio-Europe también en ese año, y poseedora de cinco patentes.

La Policía aclara, sin embargo, que la sustancia no tenía ningún efecto curativo. Los agentes han han detectado también que los arrestados estaban intentando comercializar igualmente la venta de un falso medicamento contra el alzhéimer. Precisamente los catedráticos recibieron la visita de Doña Sofía en 2014, encabezando su propia fundación interesada en los avances médicos sobre las enfermedades neurodegenerativas.

Pero incluso si el fármaco no hubiese sido un placebo, la compañía no podría comercializar Minerval, porque solo podría haberlo hecho a través de ensayos clínicos reglados y con supervisión sanitaria, tras los que finalmente podría conseguir una autorización de la Agencia Europea del Medicamento, un esfuerzo que conlleva al menos una década y cientos de millones de euros de inversión. Y la compañía, según la policía, no ha seguido el camino marcado por las autoridades en cualquier país, sino que puso a la venta el fármaco sin tener el permiso.

La Policía señaló que la empresa puso en marcha distintas acciones en redes sociales, con un hastag que llegó a viralizar con la finalidad de recaudar fondos. Actualmente, la investigación está dirigida por el Juzgado de Instrucción número 9 de Palma de Mallorca y por la Fiscalía balear.

Lipopharma Therapeutics ha cerrado desde su constitución, en 2010, en pérdidas crecientes según las cuentas presentadas en el registro, algo habitual entre las empresas dedicadas a la investigación, aunque normalmente necesitan de ampliaciones de capital o acuerdos con grandes laboratorios para seguir sobreviviendo. En 2015, los números rojos alcanzaron los 728.000 euros, según se recoge en Insight View.

La junta balear de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) aseguró, tras conocerse la operación policial, que en los últimos años ha concedido ayudas por 185.000 euros a la investigación que impulsaban los dos biólogos, informe Efe.

Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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