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Oro negro

El crudo respira gracias a la OPEP, aunque sin convicción

Evolución del precio del Brent

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aseguró hoy que los precios aumentarán este año y que sus miembros celebrarán una reunión informal durante el XV Foro Internacional de la Energía (IEF, por sus siglas en inglés) que tendrá lugar del 26 al 28 de septiembre.

“Se espera una mayor demanda de petróleo en el tercer y el cuarto trimestres”, dijo el ministro de Energía e Industria de Catar y presidente de turno de la organización, Mohammad Bin Saleh al Sada, en un comunicado de la OPEP. La nota destaca que “pese al declive actual (de las cotizaciones del “oro negro“), el mercado petrolero está en vías de reequilibrarse”. Estas declaraciones han provocado el avance de los precios del crudo: la variante Brent sube un 2,5%, hasta superar la barrera de los 45 dólares y el West Texas, un 2,8%, hasta los 42,9.  

Según el presidente, los precios del crudo han experimentado una mejora sostenida desde febrero de este año, alimentada por “una caída de la producción, cortes de suministros y reducciones de las reservas almacenadas, mientras la demanda global mejoró en ese periodo”. En concreto, en lo que va de año, el Brent se ha revalorizado un 20% y, desde mínimos, se anota una subida del 60,5%. 

“Al Sada dijo que el reciente descenso observado en los precios del petróleo y la volatilidad actual del mercado es solo temporal”, señala la nota. Y es que, aunque el oro negro ha experimentado un espectacular recorrido al alza en lo que va de año, lo cierto es que desde el pasado mes de junio está envuelto en una espiral bajista que lo lleva a perder en torno al 15%. 

Los problemas de fondo de esta materia prima todavía siguen ahí. De hecho, el stock total de barriles de crudo en EEUU se situó en el mes de mayo en los 540,5 millones, muy cerca de los 545,2 del máximo histórico alcanzado en 1929. Es por ello que los analistas todavía se muestran cautos ante el ascenso del petróleo. Según el último informe de FTI Consulting, este mercado está expuesto a seis factores que hacen constantemente variar su cotización.

Los costes marginales de la producción de petróleo establecen, generalmente, el precio al que se van a negociar los futuros de petróleo en el mercado de materias primas. No obstante, dicho precio requiere que la cantidad de inversión de los proyectos que se llevan a cabo para la extracción de crudo sea, al menos, suficiente como para cubrir sus costes. De lo contrario, los expertos estiman que en unos cinco años los precios de esta materia prima volverán a elevarse para compensar estos costes costes. La peor parte se la llevarán aquellos países que no puedan hacer frente a su propia producción.

La oferta a largo plazo y las previsiones de demanda no suelen afectar a la negociación de los precios del crudo. Esto es así siempre y cuando no se espere una restricción de la producción a largo plazo que haga que no se pueda sostener esa demanda. Por ello, desde FTIConsulting destacan que el mercado debería empezar a pensar que la oferta futura no puede mantenerse con la demanda a largo plazo actual, ya que los precios a largo plazo pueden elevarse por encima de los costes marginales con el objetivo de equilibrar la oferta y la demanda en un determinado momento.

Aunque su capacidad de influencia a largo plazo es mínima, desde 1973 la OPEP ha tenido diferentes cantidades de reservas que le han permitido influir significativamente en la oferta de crudo a corto plazo. Esta influencia sobre el equilibrio entre la oferta y la demanda le da un control sustancial sobre el diferencial entre los precios del petróleo al contado y los precios de los contratos futuros. Todo ello ha llevado a la OPEP a ejercer uno de los mayores controles sobre este mercado, lo que ha dado lugar a una gran saturación que desplomó el precio del crudo hasta los 27,88 dólares en enero.

Un dólar débil disminuye el precio del petróleo en otras monedas, lo que podría suponer un estímulo a corto plazo adicional en la demanda mundial de crudo, empujando así su precio al contado. Sin embargo, la inelasticidad de la demanda a corto plazo significa que este efecto es pequeño y probablemente es compensado por la volatilidad mucho mayor de los precios del petróleo que por los tipos de cambio. No obstante, en lo que sí que coinciden la mayoría de analistas es que, en este momento, un dólar fuerte supone una mayor fortaleza en la economía estadounidense y la capacidad de producir una mayor cantidad de petróleo, lo que contribuye a la sobreoferta en el mercado.

Teniendo en cuenta el tiempo que las nuevas tecnologías requieren hasta que se ponen en uso, su influencia a corto plazo es mínima. Sin embargo, a largo plazo, sí que pueden afectar tanto a la oferta como a la demanda de crudo. Por el lado de la oferta, las nuevas tecnologías contribuyen a reducir los costes totales de la producción de petróleo o de la producción de productos de sustitución. En la parte de la demanda, estas pueden incrementarla mediante la creación de nuevos usos para el petróleo o pueden disminuirla consiguiendo una mayor eficiencia en la producción.

Una creciente proporción de coches híbridos o eléctricos podría reducir el crecimiento de la demanda de petróleo, especialmente en los países desarrollados, aunque se estima que el efecto en los próximos años es pequeño, ya que este tipo de vehículos están creciendo muy lentamente. No obstante, la que sí se postula como principal amenaza para el oro negro en las próximas décadas es la energía solar, ya que los continuos avances en vehículos de eficiencia solar pueden convertir a los coches eléctricos en uno de los sustitutos del crudo.

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