Toro, una villa de realengo
‘Las Edades del Hombre’ invita a acercarse a esta gran desconocida.
Se levanta sobre un promontorio, un balcón natural que domina el paso del río Duero. Toro, ciudad pequeña de apenas 10.000 habitantes, es, sin embargo, grande en historia, patrimonio y cultura. Adentrarse en Toro es como visitar los anales de Castilla y León, rememorar las glorias pasadas que hicieron de esta ciudad un lugar codiciado, patrimonio real y señorío de princesas.
Ha sido partícipe de algunos episodios trascendentales de la historia de España. Fue corte de reyes, la primera ciudad que reconoció a Fernando III como rey de León; aquí nació el rey Juan II de Castilla y León, y es también donde se libró la batalla de Toro entre los Reyes Católicos y los partidarios de Juana la Beltraneja en el transcurso de la Guerra de Sucesión castellana.
Un acontecimiento decisivo que abrió el camino para que Isabel de Castilla y Fernando de Aragón ocuparan el trono del reino más importante de la Península. Y Toro pasó a la historia.
El vino ha estado muy presente en esta tierra desde época romana
El vino ya acarreaba riqueza en la Edad Media. Esta villa fue una de las más prósperas del Reino de León por su producción vitivinícola, que hoy sigue siendo la principal industria. Sus iglesias, conventos, monasterios, palacios y casas señoriales son el testimonio vivo de ese ilustre y rico pasado.
Las calles de Toro están diseñadas en forma de abanico y lo mejor para disfrutar de la ciudad es perderse por ellas. En el paseo descubriremos por qué ha sido declarada conjunto histórico artístico. En el centro, en la plaza Mayor, se encuentra la colegiata de Santa María la Mayor, de estilo gótico románico (siglo XII), uno de sus monumentos más emblemáticos y conocidos.
Entre lo más característico de esta iglesia destaca el pórtico de la Majestad, con sus esculturas policromadas. De su interior sorprenden, por lo inusual, la Virgen Embarazada, del siglo XII, y un cuadro flamenco de la Virgen de la Mosca, así llamado por el insecto que aparece con gran realismo sobre el manto rojo de la Virgen.
La Torre o Arco del Reloj, del siglo XVIII, se levanta sobre la antigua Puerta del Mercado, una de las entradas de la muralla que rodeaba la villa. Cuenta la leyenda que, ante el gran esfuerzo que suponía subir agua desde el río Duero, el mortero para construir esta torre se mezcló con vino, muy abundante en la ciudad. Toro llegó a tener hasta tres murallas. Del segundo cinturón aún se conservan las puertas de la Corredera y Santa Catalina.
Del siglo X data el castillo con sus siete torreones, también conocido como Alcázar Real, donde acontecieron hechos como algunas de las matanzas de Pedro I de Castilla; también fue residencia de los Reyes Católicos. Tras meses de trabajos de remodelación se ha reabierto como centro de visitantes.
El Palacio de las Leyes (siglo XV), que debe su nombre a las célebres Leyes de Toro aprobadas en 1505 tras la muerte de Isabel la Católica, o el de los condes de Requena con su patio gótico, ambos del siglo XV; el de los Alcañices (siglo XVI), donde murió el conde duque de Olivares; el de los Bustamante (siglo XV), residencia de Santa Teresa... son solo algunos de los edificios con los que se topa el visitante en esta ciudad histórica.
Y el puente. Erigido sobre los restos de otro de época romana, el actual se construyó a finales del siglo XII o principios del XIII. Con 22 arcos, es una de las imágenes más conocidas de la localidad castellanoleonesa.
En los alrededores de Toro hay lugares de interés histórico de la provincia, como Puebla de Sanabria, donde se inicia, además, una ruta de unos 12 kilómetros que lleva al Parque Natural del lago de Sanabria, una extensa zona verde en las inmediaciones del río Tera, cuyo mayor atractivo es su lago de origen glaciar, que la edición española de National Geographic ha incluido entre los cinco lagos glaciares más impresionantes del planeta, y los bosques de robles y castaños. También es recomendable acercarse al campamento militar romano de Petavonium y, por supuesto, visitar la capital, Zamora, a solo 32 kilómetros de Toro.
Guía para el viajero
Arte sacro. Bajo la denominación de Aqva, la XXI edición de la exposición sacra Las Edades del Hombre estará abierta en Toro hasta el 14 de noviembre, con el agua como elemento conductor de la muestra expuesta en la colegiata de Santa María la Mayor y en la iglesia del Santo Sepulcro. Más de 130 obras de pintores y escultores como Pedro Berruguete, Francisco de Zurbarán, Juan de Juni, Gregorio Fernández o Luis Salvador Carmona, además de artistas contemporáneos como Antonio López, Carmen Laffón, Luis Mayo o Clara Gangutia.
Tierra de vino. Tras empaparse de historia por las calles toresanas, se impone un alto en el camino para degustar los buenos vinos de la tierra y sus ricos embutidos y quesos. Hay donde elegir. La DO Toro comprende parte de las comarcas naturales de Tierra del Vino, Valle del Guareña y Tierra de Toro, y linda con los páramos de Tierra del Pan y Tierra de Campos.
Alojamiento. En plena vega del río Duero se encuentra el Hotel Bodega Spa Valbusenda, un edificio moderno rodeado de viñedos con spa, piscinas, tratamientos de vinoterapia, cocina vanguardista... Una opción más asequible en el centro de la ciudad es el Hotel Palacio Rejadorada, una casona de piedra del siglo XV.
Más información
El gran cañón de la península Ibérica
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