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Informe de la Organización Internacional del Trabajo

OIT: nueve billones de euros acabarían con la pobreza... pero no bastaría

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte de que la clave es la mejora de la calidad del empleo En 2030, Naciones Unidas se ha puesto como objetivo erradicar la pobreza extrema en el mundo

Raquel Pascual Cortés

El Objetivo de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas tiene entre sus fines acabar con la pobreza moderada y extrema en todo el mundo para el año 2030. Y según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), harían falta unos diez billones de dólares estadounidenses (casi nueve billones de euros) para lograr este objetivo. Sin embargo, la OIT añade que no sería realista pensar que se puede erradicar la pobreza mundial solo con transferencias de rentas: “no será posible reducir la pobreza de manera duradera sin empleo decente”.

Según el último informe de la OIT, Perspectivas sociales y de empleo en el mundo:transformar el empleo para erradicar la pobreza, la clave está en “reforzar la capacidad de las personas para mantenerse por sí mismas mediante empleos de calidad”.

De hecho, esta organización alerta sobre lo que se conoce como pobreza laboral. Los datos de la OIT indican que “casi un tercio de las personas que viven en situación de pobreza extrema y moderada en los países emergentes y en desarrollo tienen un empleo”. Sin embargo, se trata de puestos de trabajo en ocasiones no remunerados, poco cualificados, sin protección social y en los que la dependencia del salario es total.

Esta situación empieza a ser cada día más conocida en Europa. De hecho, este informe asegura que en los países desarrollados, aunque la proporción de trabajadores asalariados, y por tanto menos precarios, es más alta “tampoco están exentos del riesgo de caer en una situación de pobreza”. Es más, explica que más del 80% de los trabajadores pobres de los países desarrollados tiene un empleo asalariado.

Una de las causas principales de este empobrecimiento de la clase trabajadora, sobre todo en zonas desarrolladas, son los recortes salariales registrados durante los años de la crisis económica. La OIT calcula que durante dichos años, los trabajadores vieron cómo se reducían sus salarios entre un 2% y un 5% anual.

Aunque esta organización reconoce que en estos países desarrollados, entre los que se encuentra España, las transferencias de rentas (contributivas y asistenciales) han contribuído a mitigar este mayor riesgo de pobreza. De hecho, según un reciente estudio de la Fundación BBVA, en España las pensiones han sido la transferencia de renta que más ha contribuido (en un 46%) a reducir la desigualdad generada durante la crisis. Solo en tres países: Grecia, Estados Unidos y Filipinas, dichas transferencias de rentas no han servido para compensar el mayor riesgo de pobreza.

Ante estas circunstancias, los expertos de la OIT consideran que es imprescindible que los Gobiernos eliminen los obstáculos estructurales que existen para acabar con la pobreza mediante la mejora de la calidad de los empleos.

El informe apunta tres obstáculos que habría que erradicar: diversificar las economías de los países cuyas exportaciones dependen de recursos naturales y materias primas; atajar la desigualdad de ingresos entre los más ricos y los más pobres; y, en tercer lugar, fortalecer el mercado institucional y, sobre todo, los derechos de los trabajadores.

En este sentido, la OIT reivindica las normas internacionales del trabajo –que deben ser desarrolladas por los países–, ya que su objetivo es “otorgar a los trabajadores derechos que los faculten para reclamar una parte justa del crecimiento económico”.

También por eso, estos expertos apuestan por reforzar el papel de las patronales y los sindicatos, al considerar que “las organizaciones de trabajadores y de empleadores pueden tener un papel esencial en la elaboración de estrategias para la erradicación de la pobreza”. Además, este organismo advierte que la limitación de los derechos de los trabajadores, la falta de solidaridad de las instituciones laborales y la presencia de mecanismos de gobernanza ineficaces o corruptos “son problemas cada vez más crecientes en los países desarrollados”.

Algunos ejemplos de iniciativas que ayudan

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) hace mucho hincapié en su último informe en la necesidad de que las familias “aumenten su capacidad para salir por sí mismas de la pobreza y mantenerse fuera de ella de manera autónoma”. En este sentido, rechaza que una transferencia de rentas por sí sola vaya a erradicar la pobreza si no se acompaña de una mejora en la calidad del trabajo. En un entorno de pobreza laboral creciente y de bajos salarios, las rentas de los hogares deben completarse. La OIT pone como ejemplo de esto el Ingreso ético familiar puesto en marcha en Chile, y con el que este país quiere erradicar la pobreza en 2018.

Igualmente, señala los casos de políticas públicas sociales y de empleo de Japón o los países nórdicos, focalizadas en los colectivos más vulnerables como las familias monoparentales.

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Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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