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Economía baraja favorecer la compra de acciones fraccionadas entre los pequeños inversores

Neobancos y brókers online ofrecen ya esta alternativa de inversión que no ofrece al ahorrador los mismos derechos que los títulos

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Laura Salces

En Estados Unidos es habitual que algunos de los pequeños inversores que invierten en Booking, Meta o Berkshire Hathaway no compren acciones de estas compañías sino que adquieran fracciones de las mismas. La razón, los títulos de la agencia de viajes online cotizan por encima de 4.700 dólares, los de la tecnológica valen en Bolsa más de 600 dólares y los del holding de participaciones industriales fundado por Warren Buffett ascienden a 530 dólares, importes que a más de un ahorrador pueden provocar un ligero vértigo, de ahí que desde hace más de una década los brókers lanzaran este servicio para facilitar su acceso al parqué.

Esta fórmula de inversión, presente en España a través de brókers y neobancos, es una de las alternativas que está estudiando el Gobierno español para incentivar la inversión a largo plazo en Europa en el marco del Laboratorio de Competitividad de la Unión Europea que busca impulsar la integración del mercado de capitales común. Se trata de una iniciativa que el Gobierno español está impulsando junto a Alemania, Francia, Italia, Polonia, Países Bajos y Luxemburgo con la que se busca dirigir el ahorro de los pequeños inversores hacia productos a largo plazo que ofrezcan una mayor rentabilidad que los vehículos más conservadores y al mismo tiempo incentivar la inversión en empresas europeas. Esto es, buscar un destino más productivo a los 11 billones de euros que los europeos amasan en cuentas de ahorro y depósitos a plazo.

De entre las propuestas que están analizando, la que mayor acogida está recibiendo es una etiqueta paneuropea para instrumentos de ahorro, pero en el listado preliminar de alternativas (aún pendientes de la luz verde de los siete países) hay otras opciones como la inversión en acciones fraccionadas, una herramienta que permitiría hacer más fácil la inversión en cotizadas europeas. Con ello, se busca animar a los ahorradores a invertir en empresas del viejo continente con un valor por acción elevado, como la firma de pagos holandesa Adyen, que cotiza a 1.450 euros por acción, el gigante de los chips ASML —que roza los 650 euros por acción—, o el conglomerado de lujo francés LVMH, cuyos títulos ascienden a 590 euros. Sin bandera comunitaria, los de la chocolatera suiza Lindt superan incluso los 11.800 euros.

En el mercado español el servicio de compraventa de acciones fraccionadas es ofertado ya por neobancos como MyInvestor, Trade Republic o N26 y plataformas de negociación bursátil como Interactive Brokers, XTB o Bitpanda, pero no por los bancos tradicionales, que a través de sus brókers permiten exclusivamente la compraventa de acciones, fondos de inversión, fondos cotizados (ETF) o bonos, dado que no es posible comprar en el mercado un pequeño porcentaje de un título.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) distingue entre la tenencia de acciones y la de fracciones y define a las acciones como “la parte mínima capaz de otorgar al titular la condición de socio y, por tanto, los derechos y obligaciones que dicha condición implica”, como puede ser acudir a la junta de accionistas y tener derecho de voto o recibir dividendos. En cambio, aclara que “las acciones fraccionadas no pueden ser compradas a nombre del cliente y consisten en un tipo de contrato bilateral entre el intermediario y el cliente, con las características específicas de un CFD [instrumento derivado de elevada volatilidad] o instrumento similar, y apalancamiento cero” e incide en que el intermediario debe informar al inversor “de la naturaleza real de este instrumento”.

Desde XTB aclaran en su página web que la tenencia de una acción fraccionada implica que el inversor tiene derecho “únicamente a los beneficios económicos que surgen directamente de la inversión en una fracción de la acción. Es XTB quien posee las acciones completas, con el derecho económico (basado en una relación de mandato sin representación) de la fracción de la cual tiene derecho el cliente. Por lo tanto, la negociación de acciones fraccionadas no es exactamente igual que comprar la propiedad de una fracción de una acción”. Además, el bróker deja claro que la ejecución de esta operativa no es inmediata, que no se pueden transferir entre distintas entidades de inversión y que tienen riesgo de liquidez.

Diseño para antes de verano

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha detallado que espera tener el diseño de la etiqueta europea de inversiones a largo plazo para junio y que esté operativa para el otoño. En esa definición se incluirán las características mínimas precisas para estos vehículos, entre las que estará tener un régimen fiscal favorable. Una ventaja fiscal que, como mínimo, tenga “el trato fiscal más favorable que exista para cualquier otro producto que compita con ellos, de tal forma que no empiecen con una situación de desventaja”, según destacó a mediados de mes. Entre los vehículos que se están analizando de países cercanos, el que está recibiendo más halagos es la cuenta de ahorro sueca, conocida como ISK. Se trata de un vehículo que permite englobar distintos productos de inversión europeos, como acciones y fondos de inversión, sin tener que declarar las pérdidas y ganancias. Con ello, el ahorrador evita pagar un impuesto sobre las plusvalías obtenidas y, en cambio, abona un gravamen estándar anual sobre el valor de la cuenta cada año, que en 2024 fue del 1,086%. Desde este año cuenta con una exención de las primeras 150.000 coronas suecas, unos 13.600 euros, cuantía que se duplicará en 2026.

Pero también se están analizando la Cuenta de Ahorros Individual británica (ISA, por sus siglas en inglés) y el Plan d’Épargne en Actions (PEA) francés, un plan de ahorro que permite invertir en cotizadas europeas y que permite exenciones fiscales de las plusvalías obtenidas siempre y cuando no se hagan retiros antes de cinco años y que está limitado a 150.000 euros por ahorrador. Todos ellos cuentan con ventajas fiscales, incentivo que desde el sector financiero inciden como característica fundamental para que la nueva etiqueta europea de inversiones a largo plazo funcione en un momento en el que Europa precisa de elevadas inversiones en materia de transición energética y digitalización y a la que se ha sumado en los últimos meses la seguridad de los estados miembros.

La compra de acciones fraccionadas está permitida por la ISA británica, un vehículo dirigido a ahorradores de entre 18 a 40 años que les permite realizar aportaciones de hasta 4.000 libras al año —que el Gobierno británico completa con hasta 1.000 libras adicionales al año— y que permite la retirada de lo aportado para la compra de una vivienda o a partir de los 60 años. Su inclusión es reciente, septiembre de 2024, pero ha permitido a los pequeños inversores británicos con una cuenta de este tipo que incluyan en ella las acciones fraccionadas que tuvieran en su poder anteriormente.

Sobre la firma

Laura Salces
Es jefa de sección de Mercados/Inversión de Cinco Días, donde ha ejercido la mayor parte de su trayectoria profesional. Entre 2017 y 2020 coordinó también la sección de Economía y previamente estuvo especializada en empresas turísticas.
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