El ‘Uber bancario’ acecha al sector
España es uno de los países más bancarizados del mundo. Seguimos teniendo la mayor red de oficinas y cajeros por habitante a nivel global, a pesar de haber reducido su número un 30% en los últimos cuatro años.
La ola digital está afectando a todos los sectores haciendo que deban transformarse ante la llegada de nuevos competidores que imponen nuevas reglas de juego. Existen muchos casos de compañías que están revolucionando diferentes sectores, como es el caso de Uber para los taxis, BlaBlaCar en el transporte de viajeros, Airbnb en los hoteles… ¿Llegará esta ola a afectar al sector financiero? La respuesta es sí. Tarde o temprano aparecerá el Uber de la banca, será solo cuestión de tiempo. Únicamente quedará por determinar de dónde podría venir la amenaza. Por un lado, deberíamos poner el foco en las startups fintech que, por definición, cuentan con mucha creatividad y agilidad para diseñar y poner en marcha productos y servicios novedosos. Solo en el año 2014 levantaron más de 12.000 millones de dólares de financiación y este año van camino de multiplicar por varias veces ese importe. La clave del éxito de estas es su leitmotiv: encontrar soluciones a problemas que existen en la vida de los clientes y usuarios. De esta forma, buscan mejorar la relación con los clientes ya que en muchos casos entienden mejor sus necesidades. Se está generando un ecosistema digital de startups que en algunos aspectos contará con una parte colaborativa con el sector, pero también tendrá una competitiva muy importante haciendo que las plataformas peer to peer y la sharing economy jueguen un papel esencial en la aparición de este Uber de la banca.
Por otro lado, también habría que analizar a las grandes compañías tecnológicas que están accediendo poco a poco al sector financiero y se apalancan en su gran imagen de marca, en el dominio de la tecnología y en el conocimiento de sus usuarios para generar altísimos estándares de experiencia de usuario. A pesar de que a priori el sector financiero no parecería ser lo suficientemente rentable para estas compañías acostumbradas a grandes márgenes, hay muchos servicios bancarios muy apetecibles que pueden generar interesantes beneficios bien en términos económicos o bien en forma de información. Entre ellos se encuentra sobre todo el área retail, como los pagos, los cambios de divisa, las tarjetas de crédito y los préstamos. De ahí que Apple se haya lanzado de lleno hacia el mundo de los pagos con Apple Pay o que Google esté pensando en lanzar una tarjeta de crédito propia, como se filtraba hace unas semanas. Está claro que cualquiera de estas compañías podría cambiar el equilibrio del sistema financiero mundial en el medio plazo si se lo proponen.
Pero aún nos quedan otros gigantes menos conocidos pero con mucho músculo, como son las grandes tecnológicas asiáticas como Alibaba y Tencent que están lanzando iniciativas financieras en China con mucho éxito y el próximo paso será expandir su negocio en el resto del mundo. Solo en China, Alibaba captó unos 100.000 millones de dólares en activos en el segundo año desde la puesta en marcha de una plataforma financiera. Su filial de pagos online, Ant Financial, levantó fondos hace unos meses que la valoraba en casi 50.000 millones.
Por otro lado, Tencent, la mayor compañía de servicios de internet y teléfonos móviles de China, obtuvo en julio de 2014 una licencia para crear una entidad financiera en China, creando Webank, el primer banco privado online del país. Estas compañías podrían convertirse también un Uber financiero global. Todo eso podría parecer muy lejano o poco probable, pero hoy la tecnología está cambiando los modelos tradicionales de negocio empujados sobre todo por los cambios de comportamiento de los propios usuarios. Por tanto todas las entidades financieras tienen motivos para preocuparse. El cambio que viene es muy disruptivo y la única forma de poder competir contra este futuro unicornio que cambiará el statu quo del sector financiero será preparándose en términos de tecnología, a nivel organizativo y en la puesta en marcha de la innovación de forma sostenible. Y para ello se necesitará mucho talento digital que hoy escasea.
En función del talento que sean capaces de reunir en su organización y de cómo preparen a sus empleados para enfrentarse a este gran cambio, algunas entidades sobrevivirán e incluso salgan fortalecidas y otras, simplemente, desaparecerán. En esta ola digital en la que la tecnología está liderando el cambio, está claro que serán las personas las que marcarán la diferencia.
Rodrigo García de la Cruz es director del Programa de Innovación y Tecnología del IEB.
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