Rondo "alla china" por Yellen.
W.A. Mozart - Piano Sonata No 11 in A - Major, (número de catálogo K.V. 331)
Tercer movimiento : Rondo “alla Turca”
Olga Jegunova
Bishopsgate Institute (Londres)
Octubre del 2012.
El rondó es una composición de carácter ligero, un tanto lúdico y de movimiento más bien rápido. Su punto fuerte se basa en la repetición y el contraste para lograr amenizar y no aburrir.
Formalmente, consta de un estribillo que se alterna con diferentes coplas o estrofas. La parte principal del rondó es el estribillo, que se reexpone varias veces, siempre en el mismo tono. Por otro lado, las coplas son diferentes entre sí, y suelen ser relativamente independientes del estribillo.
La estructura básica sería pues una sucesión de estribillos y estrofas. Con independencia del número de coplas que se utilicen, el rondó podría tener la siguiente forma:
ESTRIBILLO – COPLA 1 – ESTRIBILLO – COPLA 2 – ESTRIBILLO – COPLA FINAL
La estructura de rondó que Mozart nos ofrece en este final de la sonata para piano Nº 11 altera esta estructura básica ya que no comienza por el estribillo, pero cumple formalmente todos los preceptos de la estructura básica como es que entre coplas hay un estribillo, el alma de la pieza. En concreto la estructura del rondó es la siguiente:
El rondó, tras afianzar su estatus aristocrático en Francia a lo largo del siglo XVII y expandirse internacionalmente desde principios del XVIII, acabó consolidándose como una de las formas musicales más importantes y características del Clasicismo vienés.
La característica principal de la estructura, y se intuye por su nombre, es que no avanza. Siempre está rondando (dando vueltas) al mismo tema. Las coplas no tiene relación entre ellas ni con el estribillo. La relación temática es solo interna, es decir dentro de cada copla (ver fórmula matemática que Mozart habilita para las coplas). No hay progresos temáticos, ni tensión ni distensión. En definitiva, y como decíamos antes, no avanza.
Entrada del término Rondo/Rondel del Diccionario de Estética Akal
Un rodo es como un mueble modular: se pueden acoplar tantos módulos como coplas se deseen o espacio se disponga en el salón. Se puede alterar el orden de los módulos/coplas, con la única salvedad que entre coplas siempre hay que pasar por el estribillo. Se pueden repetir módulos y/o añadir nuevos hasta alcanzar una distribución que el autor o audiencia considere “optima”. Cuidado con la atrofia de la estructura ya que se corre el riesgo de aburrir y cansar si es demasiado largo o predecible.
Todo ello me recuerda al discurso de Yellen y sus antecesores que son un perfecto rondó.
Desde el año 2008 viene avisándonos de la normalización (copla) pero al final siempre acaba posponiéndose por la misma razón (estribillo) que no es más que la situación de los mercados financieros (dopados artificialmente por una sustancia a la que se han “enganchado”: la liquidez).
Siguiendo el esquema temático de las coplas del Rondo “alla turca” de Mozart, el rondo “alla China” de la FED quedaría así:
El rondo es fiel reflejo de una sociedad como la Neoclásica, en los albores de la ciencia y una cierta e inocente “soberbia” de los ilustrados. La idea de que el mundo podía comportarse como un reloj (la colección de relojes fue una moda muy habitual en la época entre los nobles y reyes) o una máquina podía verse como ejemplo en todos los estamentos de la cultura, la técnica y el pensamiento. En las ciencia funciona muy bien, pero en la sociedad y otras actividades fue un completo fracaso.
En el catálogo de obras de Mozart hay una obra que puede explicar muy bien este concepto. Se trata de la Musikalisches Würfelspiel (‘Juego de dados musical’) con el número de catálogo KV 518-f. La obra consistía en una serie de 176 compases numerados del 1 al 176. Junto a ello Mozart exponía una dos tablas de 8 columnas (de la A a la H) cada una que eran las dos partes de las que constituía la obra final, y 11 filas (numeradas del 2 al 12) que no eran más que todos los posibles resultados de la suma al lanzar dos dados. En estas dos matrices Mozart distribuyó, según su criterio, los números de los 176 compases del juego completo.
El juego o generados de valses consistía en que el pianista solo interpretaría los 16 compases de los que consta la obra (las columnas de las dos tablas) que el dado seleccionara. Y !magia! acababa saliendo una vals prefabricado. Pueden salir más de 7.000 valses sin necesidad de tener conocimientos de música, armonía y mucho menos de la forma musical del vals.
Aunque parezca extraño, este tipo de juegos fueron muy populares en Europa Occidental en el siglo XVII[1], ideándose distintos juegos de este tipo, incluso algunos que no requerían dado, y cuya mecánica consistía simplemente en escoger un número al azar.
El despotismo ilustrado, en donde una selecta serie de personas eran capaces de saber con precisión (la metáfora del reloj y el rondo musical) las necesidades de todos. Donde un Consejo de “sabios” que, reunidos alrededor de una mesa, podía saber lo que convenía a todos (eso sí sin la participación ni la opinión de ese “todos”) y tomar las decisiones adecuadas, fue una aventura que no acabó bien. Hoy desgraciadamente volvemos a lo mismo.
A modo de juego, y servirá para comprender de forma práctica la forma del rondón, he ideado un juego yo también. He troceado los temas (sin su repetición) que componen el estribillo y las coplas del rondo y solo escogiendo su primera intervención (no le vamos hacer trabajar demasiado). Siguiendo escrupulosamente las reglas de las coplas (color blanco) y el estribillo (color morado) podrá hacer una interpretación muy fidedigna del rondo. El esquema del rondó lo he rediseñado para su mejor comprensión de la siguiente manera:
Pulse encima de cada tema según el orden arriba reseñado y habrá hecho una interpretación tan correcta como la de la pianista al principio de esta entrada. Al fin y al cabo usted "suplanta" su interpretación pero sin necesidad de hacer las repeticiones de los tema cuando sea necesario, pues solo tendrá que darle usted otra vez al "play".
Si se atreve, puede usted alterar el orden de las coplas o empezar el rondó (como suele ser habitual, pero Mozart no contempló) por el estribillo o incluso alargar la pieza volviendo a repetir la copla segunda antes de ir a la coda.
¡¡¡Enhorabuena!!! Se habrá convertido así usted en un cuasi-Mozart ( ¿o en una cuasi-Yellen?).
"La Fed continúa viendo los riesgos sobre el crecimiento y el mercado laboral casi equilibrados, aunque estamos monitorizando los acontecimientos del exterior".
Comunicado del FOMC de ayer.
"El panorama exterior se ha vuelto más incierto"
"Las condiciones financieras se han endurecido"
"El incremento de las preocupaciones en torno a China han desembocado en una mayor volatilidad"
"la situación exterior requiere un seguimiento cercano".
Yellen en rueda de prensa tras la reunión del FOMC.
En segundo lugar este rondó está escrito al estilo turco (“alla turca“).
La “turquerie” (o música “alla turca”) era una música muy popular en Viena a finales del XVIII. El “estilo turco” llegó a Occidente a partir de las bandas de vientos y percusión (mehter) que acompañaban a las tropas jenízaras en las campañas de los jefes otomanos. El sonido de estas bandas causó una enorme sensación y pronto se hicieron muy populares.
Históricamente, las intenciones expansionistas del Imperio Otomano constituyó una de las más serias amenazas al orden internacional europeo durante los siglos XVI y XVII. Tras a batalla de Lepanto (1571)], el flanco mediterráneo quedó vedado para los turcos. Como respuesta a ello, la presión expansionista militar del ejercito turco se trasladó a los Balcanes. La ciudad de Viena fue asediada en dos ocasiones una en 1529 y otra muy cerca de la época de Mozart (1683).
La amenaza turca, era percibida, como casi todo lo desconocido, en una doble vertiente (casi como ahora mismo vemos también a China). Por un lado bajo la mirada de lo "bárbaro" y "violento" y por otro la mirada de la fascinación por lo nuevo y "potente" que se tradujo en un interés muy potente por lo turco o “turquerie”.
El rondo que presentamos mezcla perfectamente ambos conceptos, el del enemigo a la puertas de nuestra casa (lo turco, ahora lo chino) con el estilo galante convirtiéndose así en una pieza encantadoramente intrascendente que refleja a la perfección el lado más hedonista y despreocupado (ZIRP) de la música vienesa de su tiempo (la Política Monetaria occidental).
A todo ello hay que unir la fascinación siempre del Antiguo Régimen por los juegos y la creación de modelos o juegos matemáticos que lejos de acercarnos a la realidad (su inicial objetivo) se convierte en un mecanismo de alejamiento de la realidad, ya que esos modelos solo sirven para explicar el pasado. En tiempo de cambios no son nada útiles, quizás lo fueron en algún momento.
Un banco Central extranjero, en concreto el Banco Central de China ha impuesto, por primera vez en la historia, una decisión a la FED. Ya no se es el único "gallito" en el corral. Pero cuidado, el BCE, que podía haber sido el puente entre el Antiguo Régimen y el Nuevo Régimen, se ha visto sobrepasado por los acontecimientos. Ya no es más que una sucursal de la FED y sujeta a los interes de esta última y a su destino.
NOTAS:
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Otros ejemplos célebres fueron "El compositor de polonesas y minuetos" de Johann Philips Kirnberger, y la "Broma filarmónica" de Joseph Haydn.