La banca descarta ampliaciones por la mayor exigencia de capital
Los bancos españoles descartan ampliar capital por las nuevas exigencias de solvencia del BCE. Les preocupa más el efecto en la cotización que comienza a tener la armonización de los activos ponderados por riesgo (APR), “ratio que han comenzado a reclamar intensamente los fondos de inversión”, explica un directivo.
Durante los próximos días, el Banco Central Europeo remitirá a las 128 entidades bancarias de la zona euro un borrador de carta en la que les indicará sus ratios de capital, según el proceso de revisión y evaluación supervisora (Supervisory Review and Evaluation Process) que ha realizado entre julio y agosto. El BCE ha decidido dar una vuelta de tuerca en sus exigencias a la banca española y reclamará para 2016 unos ratios de capital (phase in) del 10%, frente al 8% de media que pidió el año pasado.
Las entidades tendrán dos semanas para presentar sus alegaciones una vez que reciban la misiva. Sin embargo, y según apuntan tanto expertos como los propios bancos, las futuras exigencias de capital no supondrán un dolor de cabeza para el sector.
“No creo que ningún banco español tenga que ampliar capital en los próximos meses para cumplir con los requisitos del BCE”, explica un banquero. Su opinión es compartida por prácticamente todos los ejecutivos consultados del sector.
“Las nuevas exigencias serán asumibles, aunque ahora lo que más nos preocupa es la armonización de los activos ponderados por riegos (APR), según fija Basilea III. Todos los fondos de inversión ya han comenzado a preguntar por ello, aunque todavía no está la norma que fija su homogeneización”, explica otro destacado directivo. Este ejecutivo afirma que la idea del BCE, como la de todos los supervisores en general, es endurecer los criterios para calcular los APR, incluso para las entidades españolas, pese a que el Banco de España ha sido más exigente que el resto de los reguladores europeos.
Fuentes financieras aseguran que los ratios de APR reclamados por el mercado y que están por encima de la normativa “ya se están reflejando en la cotización de las entidades. Los fondos se están fijando mucho en los colchones de capital”.
Estas mismas fuentes aseguran que el regulador también quiere minimizar ahora los cálculos internos que realizan las entidades financieras a través de sus modelos avanzados, algo que hasta ahora se había potenciado. “El BCE está desincentivando estos cálculos internos de capital y del control del riesgo. El supervisor pretende impulsar nuevamente sus propios cálculos y ratios de capital a la banca”.
Las entidades financieras vuelven a temer un giro en las penalizaciones de ciertos negocios tradicionales bancarios, por ello, insisten en que la armonización de los activos ponderados por riesgo que estudian los reguladores deben tener un “impacto suave porque no se puede dar una sacudida al crédito, ahora que se está recuperando, sobre todo en ciertos sectores estratégicos para la economía de un país”.
Las previsibles fusiones de las entidades españolas consideradas más débiles, como BMN o Liberbank, o incluso de aquellas que el mercado cree que no podrán soportar la presión de los márgenes en un futuro próximo, como Ibercaja, Unicaja, Abanca o Kutxabank, tampoco parece que se producirán como consecuencia de las nuevas exigencias de capital del BCE, aunque eso no significa que puedan llevarse a cabo en menos de un año, añaden fuentes financieras.
JP Morgan prevé déficit de 5.479 millones en Santander en 2018
Pese a que los bancos españoles descartan acudir en los próximos meses al mercado para solventar las nuevas exigencias de capital del BCE, algunos informes de analistas son menos optimistas, sobre todo con alguna entidad y a futuro.
Un informe de JP Morgan publicado ayer estima que Banco Santander tendrá un déficit de capital de máxima calidad –Common Equity Tier 1 (CET1)– de 5.479 millones de euros en 2018 si la entidad presidida por Ana Botín no adopta ninguna medida para mitigar el impacto de una eventual armonización de los criterios exigidos por los reguladores para calcular los ratios de solvencia en Europa.
Según el informe del banco norteamericano, Santander se situaría como el segundo banco que más déficit presentaría en tres años, solo superado por Crédit Agricole (-6.881 millones). JP Morgan señala que Santander podría recortar en 1.500 millones de euros los dividendos entre 2016 y 2018 y reducir sus activos en 30.600 millones para cubrir ese desajuste.
En su ejercicio sobre una eventual armonización de las reglas de capital, JP Morgan estima un impacto de 137.000 millones de euros en el capital de la banca europea, que arrojaría un déficit de capital de máxima calidad de 26.000 millones.
Estas estimaciones, no obstante, no tienen en cuenta eventuales acciones de los bancos para cubrir estas necesidades de capital. JP Morgan no descarta que Santander tenga que reducir el dividendo para mantener sus niveles de solvencia, alternativa a la que también se podrían ver abocados Crédit Agricole y Société Générale (-3.646 millones). BBVA tendría un déficit de capital de máxima calidad de 872 millones en 2018 si no acomete medidas para mitigar el impacto de una armonización de regulación.
El valor preferido en España de JP Morgan es CaixaBank.