El BCE asigna a cada banco español su nuevo inspector
La vicepresidenta del consejo de supervisión del Mecanismo Único y miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, Sabine Lautenschläger, aprovechó el viernes una visita a Madrid para reunirse con los consejeros delegados de todos los bancos españoles, pese a que solo 16 tienen que someterse a los test de estrés en octubre y pasarán a ser supervisados por el BCE.
En esta reunión, en la que estuvo presente también, Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España, y Ramón Quintana, ahora director general de la supervisión directa del BCE, Lautenschläger comunicó a cada entidad el nuevo inspector del Banco Central Europeo que se les había asignado. Estos inspectores, prácticamente todos extranjeros, serán a partir de noviembre los encargados de vigilar a estos bancos. En la reunión Quitana también despejo parte de las dudas aún existentes en la banca de los test de estrés. Lautenschläger también aprovechó la ocasión para dar un espaldarazo al supervisor español. Aseguró que su objetivo es estrechar la colaboración entre el BCE y el Banco de España, pese a que a partir de noviembre los principales bancos sean supervisados desde Fráncfort.
La directiva del BCE aseguró antes en unas jornadas organizadas por Expansión y KPMG, que las nuevas pruebas de solvencia a los que se someterá la banca europea en octubre “necesitan ser un éxito” para que los bancos recuperen la confianza de mercados, inversores y clientes. Es por esta razón por lo que estas pruebas serán más rigurosas y exhaustivas que las anteriores. Lautenschläger explicó que estos test de estrés deben ayudar a que la banca pueda reducir sus costes de financiación para volver a centrarse en su actividad principal, que es dar créditos. Añadió que sería “de suma importancia responder rápidamente, rigurosamente y de forma consistente cuando haya faltas significativas de capital” en una entidad financiera una vez se conozcan los resultados de las pruebas a finales de octubre. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, por su parte, se mostró “confiado” en que los bancos españoles “están preparados” para encarar la revisión de activos y las pruebas de estrés del BCE.
El nuevo presidente de la AEB, José María Roldán, también centró su primera comparecencia pública en lanzar mensajes positivos del papel jugado por los bancos en la crisis y la nefasta gestión de una gran parte de las cajas, a las que, como todos los banqueros, culpó de la mala reputación del sector financiero. Aseguró que entre las “dificultades a las que se enfrentan los bancos, se encuentra el daño que la crisis ha ocasionado a las franquicias bancarias (...). Pero debemos pedir, con humildad y también con insistencia, que no se realicen simplificaciones y generalizaciones de la actuación de las entidades bancarias durante la crisis”, subrayó. Añadió que “no hay una sola economía pujante que no tenga detrás un sistema financiero sólido y rentable”, y si los bancos “no tienen beneficios, la economía sucumbe. En defensa de los socios de la AEB, fue más lejos: “los bancos han sido en España un elemento de estabilidad en la crisis”.