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Columna
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Mejor actuar este mes que el próximo

El Banco Central Europeo actuó por última vez hace seis meses. Mario Draghi insiste en que se puede hacer más si es necesario, pero hasta ahora ha encontrado sobre todo excusas. Puede que este mes no sea diferente –pero sería una mala decisión–.

La inflación de la zona euro ha aumentado hasta el 0,7% en abril, y el rally del euro, que abarató las importaciones, se ha detenido. Los bancos están devolviendo en masa los préstamos del BCE de la época de crisis, un signo de la reducción del estrés financiero. Es cierto, esto significa que hay menos liquidez adicional en el sistema financiero. Pero, por el lado positivo, un aumento de los tipos del mercado monetario a corto plazo aún no se ha trasladado a los más largos. Es más, una encuesta del BCE muestra que los bancos esperan que la demanda de préstamos se incremente en el segundo trimestre.

Si las perspectivas de inflación empeoran, se podría poner en marcha un programa compra de activos

Sin embargo, estas razones no son lo suficientemente buenas para retrasar la acción. El sistema financiero de la zona euro aún no funciona correctamente. La misma encuesta del BCE afirma que sigue habiendo diferencias “sustanciales” en las condiciones de la oferta de préstamos en toda la región, y que las normas de crédito siguen siendo más estrictas que en la última década. Las entidades no suavizarán repentinamente las normas, teniendo en cuenta que el BCE analizará cuidadosamente sus balances en la revisión de calidad de los activos. Además, el BCE no ha alcanzado su objetivo de inflación del 2% por un amplio margen.

Draghi explicó en su discurso del 24 de abril cómo podría reaccionar el BCE ante diferentes escenarios. Un recorte de tipos podría ser una respuesta a un euro más fuerte o tensiones en los mercados de dinero. Si las condiciones de los préstamos bancarios no mejoran, el BCE podría comenzar a comprar valores respaldados por activos. Y si las perspectivas de inflación a medio plazo se deterioran, se podría poner en marcha un programa más amplio de compra de activos.

No hay opciones fáciles en esta mezcla. Pero el retraso de la decisión no hará que desaparezca. La economía de la zona euro necesita ayuda y sería beneficioso que la recibiera más pronto que tarde.

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