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La tecnología ultima una nueva revolución

Ya conducen solos, y pronto los guiaremos con la mente

Las grandes marcas se han apuntado a la carrera por la conducción automática Primero los veremos en las carreteras; más tarde irrumpirán en los cascos urbanos

Imagen promocional del futuro sistema de piloto automático de Volvo.
Imagen promocional del futuro sistema de piloto automático de Volvo.
Manuel G. Pascual

El agente James Bond que encarnó Pierce Brosnan condujo en El mañana nunca muere un BMW 730 desde su teléfono móvil, un enorme Ericsson R380. Cuando se estrenó la película, en 1997, esta tecnología sonaba a ciencia ficción. Ya no lo es. Un equipo de investigación de la Universidad Libre de Berlín capitaneado por Raúl Rojas presentó en 2009 un sistema de control remoto de vehículos a través de smartphones, el iDriver. Como en la película de 007, el usuario controla desde la pantalla táctil del teléfono el acelerador, el freno y el volante del vehículo. Igual que los coches teledirigidos de juguete.

Este sistema no es el mayor logro del científico mexicano. Él y su equipo también han diseñado un sistema de conducción completamente automático. Basta con equipar el coche con dos radares (uno en la parte delantera y otro en la trasera); cuatro sensores láser, más precisos que el radar y con un alcance de 100 metros, y cinco cámaras de vídeo detrás del parabrisas para visualizar peatones, semáforos y los carriles. Funciona: el Autonomos (así lo bautizaron), proyecto que arrancó en 2006 (“Por aquel entonces nadie creyó en nuestro proyecto”, recuerda), se ha probado con éxito en Berlín y México DF. El ordenador de abordo traza por sí solo, en base al GPS y con la información que le aportan el resto de herramientas, la ruta que debe seguir hasta destino. Sabe en todo momento qué vehículos tiene a su alrededor y calcula en tiempo real sus posibles cursos de trayectoria. Ya es capaz de cubrir por sí solo trechos de hasta 80 kilómetros, combinando carretera y ciudad.

Una carrera que empezó con el GPS

Hoy lo tenemos hasta en el teléfono, pero cuando el GPS se asomó a nuestras vidas en los años noventa (ya llevaba tiempo usándose con fines militares) se trataba de una tecnología revolucionaria y carísima. Más tarde llegarían adelantos hi-tech como el pitido anticolisión, el sistema de aparcado automático, la frenada automática ante riesgo de choque o incluso el sistema para adelantar (lane assist), que Volkswagen sacará en 2015.

“Lo que va a explotar en los próximos años es la comunicación entre automóviles: avisarán automáticamente a ambulancias y mecánicos, pero también se informarán entre sí de embotellamientos”, indica Rojas.

Otra revolución podría venir de la mano de las propias carreteras. “En Alemania se ha sopesado implantar un sistema para que todas las carreteras cuenten con un carril con línea eléctrica, de forma que los camiones puedan tomar energía e incluso configurar largos convoyes, como si se tratara de trenes”.

“La revolución de los años noventa fue el GPS. La de esta década será, sin duda, la introducción de los sistemas de conducción con piloto automático”, asegura Rojas a este periódico tras pronunciar una conferencia sobre seguridad vial en Madrid invitado por Línea Directa. Varias marcas suscriben esta tesis: Volvo pretende tener 100 prototipos en funcionamiento en 2017 de coches autónomos, con vistas a comercializar en 2020 los primeros modelos con piloto automático para carretera (“Se empezará por ahí porque es mucho más sencillo que en las ciudades”, apunta). Firmas como BMW, Daimler, Audi, Lexus y Nissan también se han sumado a esta carrera con sus propios proyectos, compartiendo el cambio de década como horizonte.

“Los empezaremos a ver a partir de 2020, aunque todavía será una opción de lujo. Para que se popularice y llegue a la mayoría de modelos tendrán que pasar otros 20 años, como sucedió con los navegadores GPS”, augura Rojas. El proyecto en el que trabaja, que ha nutrido a varios de los que desarrollan las principales marcas, está financiado por el Ministerio de Investigación de Alemania. “Con las compañías automotrices tenemos una colaboración a través de estudiantes, que tras trabajar con nosotros fichan por empresas del sector para transmitirles la tecnología”, explica. Los sistemas desarrollados hasta la fecha, asegura, son parecidos. Y se conocen bien entre ellos. “Solo hay dos compañías en el mundo capaces de producir láseres que se adapten a nuestras necesidades”, ilustra.

El poder de la mente

El científico Raúl Rojas muestra la diadema con sensores que utiliza en su sistema de conducción de vehículos guiados por los pensamientos.
El científico Raúl Rojas muestra la diadema con sensores que utiliza en su sistema de conducción de vehículos guiados por los pensamientos.Juan Lázaro

Rojas trabaja también en un proyecto que ni siquiera James Bond ha llegado a usar. Se trata de un sistema de conducción guiado por la mente. Para ello, el conductor debe colocarse en la cabeza una diadema con 16 sensores que detectan la actividad en las distintas zonas del cerebro. “Cuando se quiere girar a la derecha se activa una parte, y si se piensa en una imagen concreta, como frenar, funciona otra. Hemos trasladado a un ordenador estos patrones de conducta”, explica. Funciona, aunque para ello hay que entrenar la mente y no se puede usar durante más de 15 minutos.

“La aplicación más inmediata de esta tecnología será el control de sillas de ruedas o prótesis por parte de discapacitados. Luego vendrán los coches”, dice Rojas. Quién sabe qué llegará a continuación.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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