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El Foco
Tribuna
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Las fundaciones como generadoras de empleo

La sociedad española se enfrenta a los últimos coletazos de una severa recesión generada por la crisis financiera internacional que, junto con la corrección que se ha producido en el sector inmobiliario español y otros problemas de índole estructural, han dado lugar a una intensa caída de la actividad económica y a un proceso de rápida destrucción de empleo. Ante estas circunstancias se convierte en prioritario apuntalar una senda de crecimiento basada en un patrón productivo sólido y sostenible, que potencie a los sectores más competitivos y que contribuya a la creación y consolidación de un empleo estable y de calidad.

La crisis ha afectado de forma muy distinta a los diversos ámbitos y sectores económicos en función de sus respectivas características. Y en este contexto, nos encontramos con algunos casos, como es el sector de fundaciones, en los que su actividad ha podido comportarse de forma compensatoria del ciclo económico y de la reducción de las acciones del sector público como consecuencia del proceso de consolidación fiscal. Por ello, el Instituto de Análisis Estratégico de Fundaciones (Inaef), puesto en marcha por la Asociación Española de Fundaciones (AEF) en 2010 con el fin de investigar y mejorar el conocimiento de las fundaciones, ha considerado relevante estudiar el papel que el sector ha podido y puede desempeñar en la generación de empleo de calidad. Para ello, se ha analizado el comportamiento del empleo en el sector fundacional en fases pasadas de los ciclos de la economía española y se han obtenido unas conclusiones relevantes sobre el papel a desempeñar en un futuro de salida de la crisis, siendo un sector intensivo en mano de obra profesional y especializada.

En el periodo analizado y a partir de series temporales generadas en colaboración con el INE, se ha podido constatar que el empleo del sector en España mantiene una senda de crecimiento continuado desde 1976 hasta 2011 donde se alcanzan 209.000 puestos de trabajo. En este periodo, el empleo total se ha visto afectado notablemente por las crisis experimentadas por la economía española y especialmente por la última que se inicia en 2008, por lo que su tasa media de crecimiento en el periodo ha sido del 0,91%. Por su parte, el empleo en fundaciones ha crecido a una tasa media de 3,39% (desde 60.127 empleos en 1976 hasta 209.000 en 2011). En definitiva, mientras que la crisis iniciada en 2008 afecta de forma dramática al empleo total, el de las fundaciones mantiene su senda de crecimiento hasta 2011.

En términos agregados, la participación del empleo del sector fundacional en el empleo total ha experimentado un crecimiento significativo en términos porcentuales, pasando de representar el 0,47% del empleo directo total en 1976 a representar el 1,2% en 2012.

Esto nos permite confirmar que, en la última década (2002-2012), el empleo en el sector fundacional ha aumentado en casi 50.000 puestos, mostrando su capacidad para hacer frente a los efectos de la crisis con medidas de salvaguarda y optimización de los recursos que ha llevado incluso a rebajas salariales para mantener el empleo del sector. Además, si tenemos en cuenta que se trata de un sector que provee servicios sociales básicos pero que externaliza, en muchos casos, su producción, el efecto multiplicador en el empleo ha sido muy relevante, llegando a generar otros 150.000 empleos en sectores de proveedores auxiliares.

Sin embargo, a partir de 2011 se produce un cierto agotamiento de la inercia de crecimiento del empleo produciéndose una inflexión a la baja del mismo. En este sentido, la serie histórica nos muestra que cuando, en el pasado, se ha producido un cierto estancamiento en el empleo del sector, medidas de carácter normativo de impulso a la participación social y de incentivo fiscal al mecenazgo han contribuido a recuperar la senda de crecimiento del empleo en el sector con mayor fuerza.

Desde el punto de vista dinámico, el sector fundacional registra un comportamiento virtuoso en los ciclos recientes de la economía española al compararlo con el empleo total ya que durante la fases expansivas presenta un mayor dinamismo en la creación de puestos de trabajo, mientras que en las recesiones no solo no destruye ocupación, sino que sigue manteniendo su senda de crecimiento, incluso en la última crisis de 2008, en la que hemos experimentado un doble recesión de consecuencias dramáticas. Así, el empleo del sector fundacional ha contribuido a que el mercado de trabajo mostrase una tendencia menos negativa en fases de recesión y a incrementar el efecto expansivo del mercado en fases de recuperación. En cualquier caso, el componente cíclico del sector fundacional presenta una menor volatilidad, indicando que es relativamente más estable que el empleo agregado y que presenta una velocidad de ajuste de desequilibrios pasados mucho más alta que la que se registraría para el total de empleo, lo que implica un intenso papel estabilizador en el mercado de trabajo, sin olvidar que, a corto plazo, el empleo del sector es menos sensible a las variaciones del PIB real que el empleo total.

En conclusión, el sector fundacional, siendo un agente clave en el desarrollo socioeconómico de España, genera empleo estable y de calidad, pero para ello requiere de esfuerzos adicionales de los policy makers sobre la puesta en marcha de mejoras normativas sobre la participación social y el mecenazgo que permitan potenciar los efectos positivos sobre el mercado de trabajo y sobre la provisión privada de servicios sociales, fundamentales en un sociedad moderna y desarrollada donde el sector público tiene limitadas sus acciones por razones de estabilidad presupuestaria.

Juan José Rubio Guerrero. Catedrático de Hacienda Pública de la UCLM. Instituto de Análisis Estratégico de Fundaciones de la Asociación Española de Fundaciones

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