Una nueva era para la inversión en materias primas
La demanda de joyas en países emergentes puede ayudar a sostener el precio del oro Los fondos cotizados han comprado 2.500 millones de toneladas de oro en seis años
Ole Hansen, máximo responsable en materias primas de Saxo Bank, define de forma muy gráfica lo que ha sucedido en los últimos meses en este mercado: “El romance que mantenía desde hace décadas las materias primas con los inversores se ha roto”. Entre 2002 y 2012, la cotización del oro, la plata, el petróleo, los cereales... ha registrado una rentabilidad difícil de encontrar en otros activos. Durante esa década, el rendimiento anual del índice Thomson Reuters/Jefferies CRB –principal referencia mundial de materias primas–, ha rozado el 6%, frente a la nula rentabilidad en ese periodo del índice Euro Stoxx 50, que agrega la cotización de las grandes empresas de la zona euro.
A finales de 2012 empezaron a surgir voces que vaticinaban el final del conocido como “superciclo” de las materias primas. Juan Manuel Vicente Casadevall, socio de Kessler & Casadevall, apuntaba entonces que la cotización de estos activos se había visto muy influenciada por la proliferación de productos financieros que invierten en materias primas, lo que ha provocado que su evolución cada vez tenga que ver menos con la oferta y la demanda de la economía, y más con la percepción de los grandes centros financieros: Londres, Nueva York, Chicago y Shanghái.
El atractivo de los fondos cotizados sobre cobre y platino
La forma más directa que tiene un inversor minorista para comprar materias primas es hacerlo a través de fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés), instrumentos financieros que replican la evolución de un determinado índice o activo. En el caso del oro, también es posible comprar una pieza, aunque los expertos recomiendan que solo se haga para una inversión a medio, largo plazo. La desventaja que presentan los ETF es que es imprescindible invertir a través de un intermediario, con el consiguiente riesgo de contrapartida y las comisiones de gestión. Tras las correcciones que han tenido casi todas las materias primas durante el primer trimestre del año, los expertos señalan dos estrategias de inversión. Respecto al oro, reconocen que a los precios actuales (en el entorno de los 1.400 dólares por onza), puede haber un recorrido alcista. “A corto plazo puede tener un rebote fuerte”, explica el asesor financiero Juan Manuel Vicente Casadevall. Uno de los argumentos es que la industria de joyería de China e India está aprovechando para comprar, como se demuestra en la tímida recuperación de la cotización del oro en los últimos días.Además, a medio plazo la gestora BlackRock tiene una visión positiva sobre el cobre. “Su mercado está bastante equilibrado y la noticia del accidente en una mina de Río Tinto en Utah puede provocar una limitación de su producción global que llegue a aumentar su precio”, argumenta Richard Davis, gestor de carteras, especializado en materias primas. Este experto también destaca como interesantes la inversión en platino y paladio.
El ‘crash’ del oro
Esa ruptura entre inversores y materias primas, que en el primer trimestre se sustanció en forma de suave distanciamiento, derivó el lunes pasado en una bronca monumental. El oro se desplomó un 9% en una sola jornada. Algo nunca visto hasta la fecha. En dos sesiones, la caída fue del 14%. La plata cayó un 12% en un día y el petróleo prolongó una senda de bajadas que le ha llevado a cotizar por debajo de los 100 dólares el barril, tras seis sesiones en rojo. Como decía el titular de un reciente informe de Goldman Sachs: “Hay semanas en las que transcurren lustros”.
En lo que va de año, el oro ha caído un 17%, la plata un 23%, el cobre un 12%... La principal causa aducida para explicar esta fuerte corrección es la proliferación de señales que apuntan a una desaceleración de la economía mundial. China está creciendo “solamente” a una tasa del 7,7%, el FMI ha empeorado sus perspectivas de crecimiento sobre la eurozona, hay dudas sobre la recuperación de Estados Unidos...
A menor actividad económica, menor demanda de metales preciosos para destinatarios finales (cae el oro), menor producción industrial (cae la cotización de los metales pesados) y menor transporte de mercancías (cae el petróleo). “Desde comienzos del segundo trimestre parte de la exuberancia en el mercado de materias primas se ha evaporado, con un crecimiento moderado en EE UU y Japón y, hasta cierto punto, con China neutralizada por las nuevas preocupaciones europeas”, apuntaba Hansen en un informe reciente.
Otro de los argumentos utilizados por los expertos para explicar lo ocurrido es la agresiva política de los bancos centrales de todo el mundo puesta en marcha para combatir la gran recesión. La inyección masiva de liquidez por parte de la Reserva Federal (Fed), el Banco Central Europeo (BCE)–en mucha menor medida– y, más recientemente, el Banco de Japón ha llevado a los inversores profesionales a buscar refugio en los metales preciosos y las materias primas para combatir la inflación. En seis años, los fondos cotizados sobre el oro han comprado más de 2.500 millones de toneladas de este material, llegando a controlar más del 50% del stock mundial. Sin embargo, las casas de análisis han empezado a anticiparse al escenario que puede quedar de la retirada de estímulos de los bancos centrales y aprecian, además, que otros activos presentan mayor potencial, una reflexión que ha terminado por apuntillar la cotización de las materias primas.
Los fundamentales siguen siendo sólidos
Ahora bien. ¿Hasta qué punto la corrección de estos bienes ha sido excesiva? ¿A estos precios no es atractivo volver a invertir? Muchos inversores creen que sí. El oro, después del batacazo del lunes (donde bajó de los 1.350 dólares por onza, tras haber llegado a valer hace pocos meses cerca de 1.800 dólares por onza), ha empezado a recuperarse tímidamente y ha acumulado varias sesiones al alza.
“Volver a comprar oro puede ser interesante”, explica José María Yoldi, gestor de renta variable de Inversis Banco. “A los precios actuales, no es nada descabellado ponerse largos en oro y petróleo a través de un ETF. En los últimos días ha habido alguna señal de debilitamiento económico, pero en cuanto aparezcan algunos datos positivos, la tendencia se invertirá. Tanto el oro como el petróleo están a un nivel demasiado bajo y pueden ser una buena inversión”, apunta.
La mayoría de expertos consultados considera que los fundamentales del oro a largo plazo siguen siendo sólidos. “En el largo plazo, los factores que han provocado las fuertes subidas en el mercado del oro no han desaparecido. Esperamos que la industria joyera aproveche los menores precios para comprar, especialmente en China e India, una vez que la volatilidad se estabilice. Después, habrá que ver el impacto de las políticas expansivas de los bancos centrales, en términos de inflación”, explica el gestor de carteras de BlackRock Richard Davis. Respecto a otras materias primas, considera que el ritmo de crecimiento de China, si se mantiene en el 7,7%, animará el consumo y también revitalizará el uso de materiales pesados, petróleo y materiales preciosos.
Las dudas sobre la economía mundial seguirán golpeando
Aunque la mayoría de los expertos considera que las correcciones sufridas por las materias primas en las últimas semanas representan una oportunidad de inversión a corto plazo, especialmente en el oro, también hay voces que advierten de que a medio plazo es difícil que se lleguen a recuperar los mercados, debido a la debilidad de la economía mundial. “Yo apuesto claramente por que la corrección va a continuar”, explica Juan Manuel Vicente Casadevall, socio de la firma de asesoramiento financiero Kessler & Casadevall. “Hasta hace unas semanas, aún se esperaba que la economía de Estados Unidos pudiera empujar, pero esa esperanza blanca se va diluyendo. La economía europea también está muy floja y China empieza a presentar síntomas de flaqueza. El ciclo económico global tiene una tendencia descendente que creo que va a continuar al menos los próximos tres trimestres. Si la economía no tira, las materias primas se verán afectadas”. Casadevall también indica que en el mercado de materias primas hay una clara sobrecapacidad, especialmente en el petróleo. Nicolás Barquero, director de inversiones de Deutsche Bank Wealth Management, apunta un factor adicional: “El entorno sostenido de apreciación del dólar beneficia generalmente a las Bolsas frente a las materias primas, porque estas últimas se intercambian en dólares y un dólar fuerte encarece el coste a los consumidores y dificulta a los productores incrementar los precios”.El equipo de materias primas de Deutsche Bank Wealth Management considera que el oro se puede estabilizar en niveles entre 1.200 y 1.300 dólares (coste marginal de producción). No obstante, dada la componente financiera no industrial del oro, “los movimientos al alza y a la baja pueden magnificarse por el comportamiento del inversor financiero”. En este sentido, la variable clave a vigilar es el número de acciones en ETF de oro, indicador de la demanda agregada financiera.
El aliciente de las mineras frente a las gasistas
Otra manera de acceder a la inversión en materias primas, aunque de forma indirecta, es la compra de acciones de compañías cuya principal actividad está vinculada con estos mercados. Las más evidentes son las empresas especializadas en la extracción de petróleo, las gasistas y las compañías mineras. En todos los casos, además de la evolución de la cotización de los materiales o productos que ofrecen al mercado, también es fundamental conocer otros datos básicos de la compañía, como son el nivel de endeudamiento, los contratos de suministro que tiene, la estructura del capital o el perfil de los gestores.Entre estos tres perfiles de empresa destacados son las compañías mineras las que presentan mayor atractivo inversor para los analistas. Las gasistas han ido a contracorriente durante los últimos meses. Las temperaturas excepcionalmente bajas registradas durante el invierno en Norteamérica y Europa han disparado la demanda de gas natural y también su cotización, que ha subido un 31% durante los primeros meses de 2013. Sin embargo, la evolución bursátil de empresas como Gas Natural o la francesa Suez GDF ha recogido ya esta tendencia y los expertos consideran que hay poco potencial alcista en las cotizaciones actuales. Respecto a las petroleras, la sobreproducción, unida a una demanda mundial titubeante debido a las dudas sobre la recuperación económica, les han hecho perder atractivo.En cambio, las compañías mineras no parecen haber perdido lustre por la reciente corrección en los metales preciosos y los metales básicos. El 48% de los analistas que sigue a una gran corporación como BHP Billiton –especializada en la extracción de carbón, hierro, oro y níquel– considera que aún tiene recorrido alcista y recomienda comprar. En el caso de Glencore –que suministra materiales para la industria además de productos agrícolas–, el 65% de los expertos cree que es positivo aumentar su exposición en las carteras de renta variable, y en el caso de la británica Río Tinto, esa recomendación se eleva al 74%.