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Análisis

El problema no es la banca española, es la deuda griega

Bruselas desmiente un plan urgente de recapitalización para 16 bancos, entre ellos siete españoles.

La UE tuvo que salir ayer de urgencia para apagar el último foco abierto en el incendio financiero que asuela la economía europea desde hace ya cuatro años. Bruselas desmintió tajantemente los rumores sobre un plan urgente de recapitalización de 16 bancos. Se trataba de los que en la última pruebas de resistencia europea registraron un ratio de core Tier 1 (porcentaje de los activos que está constituido por capital de máxima calidad) por encima del mínimo del 5%, pero por debajo del 6%. El misil apuntaba directamente a siete entidades españolas: Banco Popular, Sabadell, Bankinter, Bankia, Banca Cívica, Novacaixagalicia y Caja de Ontinyent. Las propias afectadas, el Banco de España, la Asociación Española de la Banca (AEB) e incluso la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) también han desmentido el asunto. Pero hay más, los expertos del mercado recuerdan que lo importante no es esto, sino qué va a suceder con la deuda soberana y en particular con Grecia.

"Estos 16 bancos son pequeños y lo mismo se puede decir de sus necesidades adicionales de capital", concluye Jernej Omahen, de Goldman Sachs, en un informe. Este banco cifra 5.750 millones de euros la inyección de capital adicional para que las entidades llegaran al 6% de capital principal. "La preocupación del mercado se ha trasladado hacia los grandes bancos, especialmente los franceses (...) La crisis actual es un síntoma del escepticismo de los mercados respecto a la sostenibilidad de las finanzas públicas europeas y esa recapitalización no sería la respuesta al problema", completa Omahen.

El hecho de que el asunto fuera inicialmente aireado por el comisario europeo de Mercado Interior, el francés Michel Barnier, ha levantado suspicacias. En una entrevista al diario Le Figaro, Barnier declaró: "Otros 16 bancos europeos que pasaron las pruebas de resistencia muy justamente deberán también ser recapitalizados". El periódico Financial Times dio la puntilla asegurando que ya existía un plan en marcha en el seno de la UE.

La AEB salió al paso de estas especulaciones, que calificó de "injustas" y "carentes de fundamento", recordando que "los bancos españoles han pasado con éxito y de forma consecutiva dos test de estrés realizados por las autoridades europeas y que sobre todo lo han hecho por sus propios medios, sin que ninguno de ellos hubiera recibido ayudas públicas de capital para alcanzar ese resultado", al contrario de lo que ha ocurrido en otros países europeos. Otra historia han sido las cajas.

"La recapitalización de los bancos es uno de los asuntos que más preocupan. Pero no viene de ahora, sino desde hace varios años. Y no se trata de la banca pequeña, sino de todos los bancos", explica Luis Benguerel, director de renta variable de Interbrokers. De hecho, Bruselas insistió ayer en que la recapitalización "está en marcha desde 2008" y cifró el importe de en unos 420.000 millones de euros.

Problemas particulares

España tiene, eso sí, sus grandes desafíos particulares. La exposición a deuda griega es completamente residual, pero el problema español está centrado en el crédito al ladrillo, cuya partida supera el billón de euros entre créditos hipotecarios, al promotor y otras partidas de construcción. El mejor ejemplo de esta situación es Caja Mediterráneo (CAM), que será subastada en octubre y que acumula un ratio de morosidad en el crédito inmobiliario del 62%, dentro de una cartera de 12.677 millones de euros.

De forma simultánea, la semana que viene se cerrará el proceso de recapitalización del sector financiero, que arranca del análisis de solvencia realizado en marzo por el propio Banco de España. Excluyendo a CAM, las necesidades de capital de las cajas de ahorros suman unos 6.370 millones de euros, de los que la mayor parte van a ser cubiertos por recursos del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria).

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