La clave de la recuperación está en las organizaciones
La intensa crisis económica que afecta a varios países de la Unión Europea, entre ellos España, y que pone en serias dificultades la propia existencia del proceso de integración como consecuencia de la exposición casi diaria a suspensiones de pago de consecuencias imprevisibles (el lunes 13 de junio la prima de riesgo española se situó alrededor de 260 puntos básicos del bono alemán a 10 años), plantea la necesidad de que los Gobiernos nacionales, asumiendo posiciones valientes, pongan en práctica políticas de reformas estructurales, no siempre entendidas por los ciudadanos, que contribuyan a corregir los desatinos que se han venido aplicando a partir de una inadecuada lectura de las causas de la crisis. Reflejo de este desviado enfoque es la vacía reforma de la negociación colectiva que se pretende aprobar.
En lugar de abordar la necesaria reforma del sistema financiero, del propio sistema productivo, del mercado de trabajo, del sistema de pensiones y, muy especialmente, de las Administraciones públicas, los gestores políticos se decantaron por la puesta en práctica de políticas expansivas, aplicadas con escasa altura de miras.
Por este camino, basado en un aumento notable del gasto público, financiado mediante la emisión de deuda pública pretendidamente neutral, se han agravado los problemas económicos al añadir una segunda burbuja, sobrevenida a la existente en el sector inmobiliario. Todo ello afecta a la solvencia de nuestro sector financiero, como consecuencia de la tenencia masiva de deuda por nuestras entidades financieras.
Algo no funciona cuando el tipo de interés al que las entidades financieras obtienen liquidez del Banco Central Europeo se sitúa en el 1,25% (liquidez que se dirige a la amortización y adquisición de deuda pública), mientras que los tipos de crédito al consumo se sitúan por encima del 15%.
Esa política de expansión del gasto público se ha puesto en práctica en un modelo de distribución de competencias entre Administraciones completamente ineficiente, que ha generado en la sociedad una sensación de derroche y barra libre que no se había producido en los tiempos recientes. La duplicación de competencia entre Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos, la asunción por estos de competencias impropias sin contar con fuentes de financiación, el aumento del gasto improductivo, o las contrataciones de personal masivas en las Administraciones territoriales no son sino síntomas de este problema de fondo.
Y mientras, la recuperación alemana empezó a absorber liquidez, mientras que las empresas españolas observaban cómo los canales de crédito estaban cerrados como resultado de las notables necesidades de financiación del sector público, que producen intensos efectos de expulsión del sector privado (crowding-out). Y todo ello, en un escenario de destrucción permanente de empleo, dado que el ajuste se está realizando íntegramente en el mercado de trabajo.
Nuestro país necesita recuperar confianza, mejorar las expectativas de los agentes económicos, impulsar la marca España en los mercados internacionales. Y probablemente, ante el fracaso de la política del Gobierno, solo se conseguirá con un adelanto de las elecciones generales. El vuelco electoral que se ha producido en las elecciones territoriales es un aviso a navegantes.
En los próximos comicios, que deberían celebrarse a más tardar en otoño, el partido que sepa plantear la necesidad de introducir cambios en las organizaciones que contribuyan a facilitar la aplicación de reformas estructurales, especialmente en las Administraciones públicas, sin duda tendrá el respaldo de los ciudadanos.
El congreso mundial que se celebra esta semana en la Universidad CEU-San Pablo de Madrid, sobre conocimiento, cultura y cambios en las organizaciones, es un buen momento para intercambiar puntos de vista que contribuyan a aportar soluciones a problemas actuales como la sostenibilidad y el impacto de las nuevas tecnologías en las organizaciones del siglo XXI.
El cambio en las organizaciones es por tanto un elemento básico a tener en cuenta para acometer esas reformas. Aspectos como la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y la ruptura de los techos de cristal, o el papel de los jóvenes son cuestiones que, entre muchas otras, serán tenidas en cuenta en el congreso mundial.
Un total de 140 participantes presenciales de todos los continentes, y reconocidos expertos internacionales, como Robert D. Hatfield y Raphaël Héraïef, y nacionales, como Juan Iranzo, Juan Alfaro, Ronald Bunzle y Enrique Castelló, hacen de este encuentro mundial un escenario adecuado para el intercambio de ideas en las distintas sesiones (talking circles, garden sessions, colloquia).
En la organización del congreso participan, además de la Universidad CEU-San Pablo, la Universidad de Illinois (Estados Unidos) y el grupo de comunicación y publicaciones académicas estadounidense Common Ground Publishing.
Ángel Algarra Paredes. Vicedecano de la Universidad CEU-San Pablo. Miembro del comité organizador de la XI Conferencia Internacional sobre Gestión y Organización