La prioridad de este año ha de ser el empleo
En los registros de los servicios públicos de empleo el paro se ha incrementado en enero (130.930 personas), mes que habitualmente suele aumentar, hasta un total de 4.231.003 personas.
Los indicadores económicos conocidos recientemente sobre el mercado laboral son muy significativos, sobre todo por su impacto social. Las encuestas sitúan el paro en la principal preocupación.
Con la publicación de los datos de la encuesta de población activa, correspondientes al cuarto trimestre, se cierra 2010 en el ámbito del mercado laboral. De su análisis destacan algunos elementos positivos que confirman que se está produciendo una moderación de los ajustes de las plantillas por parte de las empresas. En 2010 se destruyeron 238.000 empleos, cifra muy inferior a 2009 (1.211.000) y 2008 (623.000), respectivamente.
Por otra parte, una de las razones por las que no crece lo suficiente la actividad económica es debido al elevado peso económico del sector de la construcción comparado con nuestro entorno. Su aportación en términos de valor añadido bruto es del 11,4%, frente al 6,4% de la zona euro. Hay que destacar que la construcción perdió el 97% del total de los empleos destruidos en 2010.
Pero ello no debe hacernos olvidar que persisten en el mercado laboral determinados desequilibrios estructurales: aumento de hogares con todos parados (1.328.000), parados de larga duración (44% del total), tasa de paro juvenil entre 25 y 29 años (26%), y excesivo peso de la tasa de temporalidad (24,8%). Además, la tasa de desempleo no afecta a todas las autonomías por igual, existe una gran asimetría. En un extremo se sitúa Canarias (28,9%), y en el otro País Vasco (10,8%), una diferencia de 18,1 puntos porcentuales, casi el triple.
También la capacidad técnica está muy desigualmente distribuida. Hoy, los proletarios no son solo los que no tienen fortuna, sino los que no poseen la formación y la empleabilidad necesaria para insertarse en el mercado laboral. Lo demuestran los datos que a mayor formación corresponde una menor tasa de paro. Es necesario resaltar, una vez más, que la preparación formativa tiene un efecto fundamental sobre la probabilidad de empleo. Mientras la tasa de paro global en España es del 20,3%, la tasa de desempleo en las personas con menor formación es mucho mayor. Y la probabilidad de estar ocupado de un licenciado es mayor que la de una persona con estudios primarios. En el caso de los que solo tienen hasta ESO su tasa de desempleo se sitúa 13 puntos porcentuales por encima de los titulados superiores. En definitiva, los mejor formados aglutinan el 20% del paro total, mientras que los peor formados representan el 80%.
A pesar de todo ello se debe imponer el optimismo para, entre todos, buscar soluciones. La vuelta del diálogo social debe servir para mejorar la confianza ya que "el diálogo social ha sido desde la transición a la democracia uno de los elementos que han contribuido a configurar de manera decisiva la regulación de nuestro sistema social y laboral. Forma parte esencial, por tanto, de la historia de nuestras relaciones laborales democráticas y ha sido fundamental en el proceso de consolidación y desarrollo de nuestro Estado social y democrático de Derecho", tal y como recoge el reciente Acuerdo Social y Económico suscrito entre el Gobierno, UGT, CC OO y CEOE. Aunque determinados sectores opinen que el consenso no es siempre garantía de éxito, es seguro que sin concertación nunca solucionaríamos nada. Precisamente uno de los valores de la actual reforma es la confianza.
Es cierto que la previsión económica no es una ciencia exacta, pero llegado a este punto hay que preguntarse por las previsiones para 2011. Los expertos descartan un rápido crecimiento para 2011 y es de esperar que a partir del segundo semestre se empiece a crear empleo, y por lo tanto, existan más oportunidades de empleo, primero lentamente y después de manera más intensa. Por ello, la tasa de paro seguirá siendo alta, para después iniciar su descenso. Solo con crecimientos del PIB superiores al 1% podemos hablar de aumentos significativos en el empleo. Por todo ello, reducir la tasa de paro es fundamental para mejorar la renta disponible, el consumo y, por lo tanto, la economía.
Vicente Castelló Roselló. Profesor de la Universidad Jaume I de Castellón