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Tribuna
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Mayor foco exportador hacia los países emergentes

La economía española mostró en el primer semestre las primeras variaciones positivas del PIB tras dos años de profunda recesión. Además del impulso del consumo privado, los avances vinieron acompañados de algunas noticias favorables en la composición del crecimiento. Según los datos de contabilidad nacional, en el segundo trimestre, la inversión en bienes de equipo registró un incremento interanual del 8,7% y las exportaciones de bienes aumentaron un 16%.

Respecto al fuerte crecimiento de las ventas al exterior, otros indicios son positivos. Según los datos de Aduanas, el valor de las exportaciones a Asia emergente aumentó en el primer semestre de 2010 un 34,0% interanual, con avances del 48,4% en las destinadas a India y un 30,4% a China. La recuperación en otros mercados exteriores está siendo también muy significativa, con crecimientos del 72,2% en el caso de Brasil y del 49,9% en el de Turquía. Estas cifras contrastan con el incremento del 14,0% al resto de países del área del euro, del 16,0% al Reino Unido y del 2,5% a los Estados Unidos.

El mayor dinamismo de los mercados emergentes queda, sin embargo, matizado por el hecho de que su peso en el total de las exportaciones españolas continúa siendo escaso. Asia emergente apenas recibía en 2009 el 2,4% de nuestros productos (China, un 1,3% e India, un 0,5%), lo que supone que los crecimientos de exportaciones a estas economías han contribuido sólo en un 4,5% al avance total. En Alemania, las exportaciones a esta misma zona sumaban en 2009 un 6,5%, y, con un aumento del 46,3% interanual en el primer semestre, explicaron un 15% del aumento total de las ventas al exterior.

Las previsiones del FMI hasta 2015, son explícitas respecto a cuáles serán los polos de crecimiento en los próximos años. Las economías emergentes aumentarán su PIB a un ritmo medio anual del 6,6% (un 8,6% Asia en desarrollo), mientras que los países avanzados lo harán en un 2,4%, por debajo del 2% en el caso del área del euro, principal receptor de nuestras mercancías. Considerando la estructura por países de destino de 2009 y las expectativas de crecimiento en el medio plazo, el crecimiento medio ponderado de los socios comerciales españoles será de un 2,7%, mientras que la economía mundial en su conjunto avanzará entre un 4% y un 5%.

Un elemento que hay que considerar en el análisis son las necesidades de capitalización existentes en las economías emergentes. A excepción de China, la mayor parte de países presenta ratios de inversión reducidas, que tendrán que ir incrementando para sostener ritmos de crecimiento elevados. Esta misma evolución siguieron en su momento las economías avanzadas para alcanzar sus actuales niveles de desarrollo y renta por habitante. Aquí surge una oportunidad exportadora en bienes de capital. También la hay en los bienes de consumo (y en los servicios turísticos), ya que la mayor economía emergente, China, tiene una tasa de consumo reducida según los estándares internacionales, en torno a un 40% frente al 60-70% en otros países emergentes y en los desarrollados.

El bajo grado de especialización productiva y exportadora en productos de contenido tecnológico alto y bienes de equipo limita la capacidad de expansión de España en estos mercados. Sin embargo, la labor de promoción comercial resulta útil y si los resultados son positivos, aunque de pequeño alcance, ayudan a sentar las bases para unas mejores perspectivas a medio plazo. En el trayecto, las mejoras competitivas deben ser la prioridad. La productividad total de los factores ha permanecido estancada en la última década. Su aumento pasa por una mayor y mejor capitalización, una organización empresarial más eficiente y un marco institucional que favorezca este proceso. La contención en el crecimiento de los precios y de los salarios, la reestructuración del sistema financiero, el ajuste fiscal y la agenda de reformas van en la buena dirección.

El sector exterior se configura, pues, como uno de los ejes necesarios en el cambio de modelo productivo, como fuente de corrección de un doble desajuste: la reducción del crecimiento potencial a raíz de la crisis (España crecerá por debajo del 2% en los próximos años, según el FMI) y la existencia de un desequilibrio exterior de naturaleza estructural (en torno a un 4% del PIB).

Xavier Segura. Jefe del Servicio de Estudios de CatalunyaCaixa

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