La fragilidad de la vivienda de EE UU
El sector de la vivienda de EE UU sigue siendo la diana de las perspectivas económicas. La caída del 27% de las ventas de casas usadas en julio frente al mes anterior se debe mucho al fin de la exención tributaria ayer también se conoció el dato de vivienda nueva con una caída del 12%. Pero los precios reales continúan tan altos como al final de la burbuja tecnológica de 1997-2000, lo que dificulta su incipiente recuperación.
La desgravación fiscal para los compradores terminó el 30 de abril, lo que probablemente ocasionó la caída de las compras. Pero los tipos de interés hipotecario siguen muy bajos y todavía se permite financiar casi la totalidad del valor del piso por la Federal Housing Administration. Así que la caída de las ventas al nivel más bajo en este periodo, y de hecho en 15 años, sugiere que el mercado está lejos de conseguir una recuperación saludable.
Eliminando las garantías del Gobierno, las ayudas y las desgravaciones fiscales y cerrando los gigantes de la financiación de vivienda Fannie Mae y Freddie Mac se podría crear un mercado más saludable en el largo plazo. Pero esta dirección podría bajar los precios en el corto plazo. El aplazamiento perpetuo de esta reforma genera un mercado falso, y posiblemente disuada a los compradores.
En cualquier caso, generar nuevos nerviosismos en el sector de la vivienda es correr riesgos cuando el consumo de EE UU sigue siendo débil. Más del 72% de los consumidores están muy preocupados por el desempleo, según un nuevo sondeo de Reuters.
Tratar este malestar con otro estímulo fiscal sería impopular e ineficiente, según la encuesta. Los estímulos monetarios, por el contrario, podrían salvar la situación, pero el riesgo es que genere inflación, eleve los ingresos nominales y reduzca las cargas reales de la deuda. Esto es perjudicial en el largo plazo. Ante las elecciones legislativas de noviembre y tal vez por el miedo a la recesión, la Fed podría verse tentada a optar por un alivio en el corto plazo frente a las soluciones en el largo plazo.
Martin Hutchinson