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Columna
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Sin mucho margen en Irlanda

La petición de capital por parte de la entidad privada Bank of Ireland (BoI) implica un importante paso en el camino de la recuperación del país. El banco demandará 1.900 millones de euros a los accionistas como parte de una ampliación de capital de 3.400 millones. El nivel de entusiasmo durante la emisión mostrará lo que los inversores piensan de la mejoría de Irlanda. BoI necesita dinero para tapar un agujero. Como el resto de bancos irlandeses, transfirió sus créditos tóxicos al National Asset Management Agency (NAMA), el banco malo irlandés, el 30 de marzo. Ahora, el Gobierno insiste en realizar una saneamiento profundo para proteger a los contribuyentes.

Pero BoI está mejor situado. Cierto que precisa 2.700 millones para rellenar el agujero dejado por los créditos tóxicos, pero su más cercano competidor, Allied Irish Bank (AIB), necesita tres veces más. Una colocación de 500 millones entre inversores institucionales compensará a BoI de los warrants en poder del Estado, mientras que el capital del banco recibirá otro empuje de 1.000 millones con la conversión de algunas de las acciones preferentes en manos públicas.

Los inversores que den el paso y sustenten la emisión de derechos de emisión por valor de 1.900 millones tendrán pocas garantías. La transferencia de los malos créditos a NAMA taparían los desaguisados de ahora en adelante. El ratio Tier 1 se incrementará hasta el 8% y, a diferencia de AIB, que probablemente terminará en un 70-80% en manos públicas, la participación del Gobierno en BoI no excederá el 36%.

Aun así, respaldar la emisión implica apostar por la recuperación del país. Aunque el banco sigue incrementando su presencia en Reino Unido, su mercado principal sigue siendo el doméstico. Así, si los inversores dudan de la recuperación del país, tiene poco sentido apoyar a su mayor entidad. Al precio de la acción de ayer de 1,91 euros, BoI está cotizando en línea con las previsiones de su valor contable para 2012. Cualquier variación depende del crecimiento del crédito, que, a la postre, depende de la mejoría económica.

La línea dura del Gobierno, que ha recortado el déficit y saneado el sistema financiero, sugiere que han hecho lo necesario para recuperar la confianza de los mercados. El apoyo del tramo institucional y la buena voluntad de cinco bancos de inversión de suscribir la emisión son también buenas señales. BoI -e Irlanda a fin de cuentas- esperan que sea suficiente.

George Hay

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