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Tribuna
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Soluciones realistas

El colectivo de trabajadores autónomos es uno de los más vulnerables frente a la crisis y ante el desempleo. Articular un nuevo sistema para hacer frente a la situación de cese de actividad debe ser una prioridad para las Administraciones Públicas. Muchas y de muy distinta procedencia han sido las propuestas que pretenden afrontar esta realidad. Sin embargo, ninguna ha llegado a ponerse en marcha a pesar de que hoy más que nunca urge encontrar un sistema adecuado para cubrir las consecuencias del cese de actividad del trabajador autónomo.

Son dos las premisas que deben estar claras para la reforma del sistema: primero, evitar consecuencias indeseables y, segundo, buscar la viabilidad a largo plazo.

Respecto a la primera, es necesario abordar el cambio de un sistema de reparto a uno de capitalización que evite financiar la jubilación o el cese de actividad de los trabajadores autónomos con las cotizaciones de otros, convirtiéndolo en inestable.

La propuesta debe fijar una aportación que permita alcanzar, tras un plazo mínimo de aportaciones, un capital suficiente para financiar la prestación por cese de actividad del autónomo. Respecto a la viabilidad a largo plazo, es importante que las tarifas tengan en cuenta los ciclos macroeconómicos.

Lo más beneficioso para los autónomos sería un sistema de capitalización individual en el que se perciba una prestación por cese de actividad fijada en función de las aportaciones. Se trata, claramente, de una solución efectiva y ética. Además garantiza la viabilidad a largo plazo, por cuanto que se rige por unas reglas financieras claras y vinculadas a la contabilidad de mercado y a la supervisión que se ejerce sobre las instituciones de inversión colectiva en general y sobre los sistemas de previsión social en particular.

La fórmula se asemeja a los Planes de Pensiones Individuales y a los Planes de Previsión Asegurados (PPA) que han estado funcionando en España a lo largo de los últimos veinte años. Un estudio del Observatorio Caser Pensiones pone de manifiesto que los trabajadores autónomos ahorran más para su jubilación que el resto de trabajadores. Concretamente, el 51% de los primeros ahorra, frente al 39% de la media nacional. Datos que hacen pensar que este colectivo vería con agrado un sistema de ahorro similar al expuesto para hacer frente a la situación de cese de actividad, habitual en el difícil momento económico que atravesamos.

Manuel Álvarez. Director de Particulares, Vida y Pensiones de Caser

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