Tipos al 1% en Europa
Hoy se reúne el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo y los inversores esperan que sitúe los tipos al 1%. Varios miembros del Consejo siguen mostrando el vértigo que les produce la actual situación y lo más probable es que Jean-Claude Trichet, su presidente, de por finalizadas las bajadas de tipos. Uno de los argumentos utilizados en público es que tipos inferiores al 1% acabarán deteriorando los márgenes bancarios e intensificando la restricción de crédito.
Desde el verano del año 2007, el súbito incremento de las primas de riesgo ha deteriorado los márgenes e intensificado las minusvalías y la morosidad de los balances bancarios. Por lo tanto, que el BCE se acuerde ahora de las entidades es un alivio, pero de nuevo demuestran que siguen sin entender la magnitud del problema.
El Fondo Monetario Internacional acaba de anunciar que el conjunto del sistema bancario europeo está descapitalizado. El BCE duda de sus cálculos pero la realidad es que cada seis meses el FMI tiene que doblar sus estimaciones, por lo tanto todo es susceptible de empeorar. Esto supone una crisis bancaria de manual y una de las medidas para resolver las crisis bancarias es situar los tipos próximos a cero para permitir que los márgenes bancarios crezcan con demanda de crédito estancadas o menguantes derivadas de la recesión.
Los bancos han trasladado a sus clientes de activo parte del incremento de las primas de riesgo de mercado por lo que los tipos efectivos de familias y empresas en Europa siguen siendo muy elevados, a pesar de las bajadas de tipos. Si la banca tiene acceso a financiación a bajo coste, mejorará sus márgenes, se recapitalizará y volverá a estar en condiciones de atender la demanda de crédito.
El problema es que mientras dure este proceso, la economía no crecerá lo suficiente para absorber las elevadas tasas de desempleo que ha generado la crisis y la infelicidad seguirá siendo la nota dominante de la sociedad europea. Por está razón, la evidencia nos enseña a los economistas que, ante crisis bancarias de esta magnitud, la prioridad de la política económica es recapitalizar el sistema bancario.
Lamentablemente, el debate siempre degenera en el coste de oportunidad y siempre hay medidas de gasto con mayor demanda social y menor coste político, por lo que la ayuda al sistema bancario se dilata en el tiempo y las economías entran en fases prolongadas de estancamiento que acaban frenando el proceso de acumulación de capital y permitiendo que los rendimientos decrecientes sitúen el crecimiento potencial en su mínima expresión. Japón en los años noventa, España en los ochenta o Estados Unidos en los treinta son excelentes ejemplos.
La autoridad monetaria europea, desde el pasado mes de octubre, se afana por apagar el incendio y ha optado por el manguerazo de liquidez, bajando los tipos al 1% y permitiendo acceso ilimitado a sus subastas a los bancos europeos. Ya hemos agotado el manguerazo y el crédito sigue sin llegar con normalidad a familias y empresas, por lo que es urgente cambiar de estrategia. Hace dos reuniones que Trichet anunció que estaban estudiando medidas heterodoxas, el mes pasado anunció de nuevo que seguían estudiándolas y parece que hoy por fin las van a anunciar.
La economía está pidiendo a gritos compras de deuda a vencimiento para que la manguera llegue allí donde está el epicentro del incendio y de las presiones deflacionistas; los mercados de capitales, especialmente de titulización. Lo más probable es que el BCE anuncie una medida insignificante que frustrará de nuevo las expectativas de los inversores.
Los ciudadanos no entienden de estas cosas, pero sí sufren sus consecuencias. La crisis ha llegado con retraso a Alemania pero sus efectos en 2009 van a ser devastadores en términos de desempleo. Hay elecciones en septiembre en el país germano y la presión política sobre el BCE será desproporcionada, por lo que da igual lo que digan, la realidad es que ya se han negado varias veces y acabarán haciendo lo mismo que la Fed.
Los tipos bajarán por debajo del 1% y el BCE comprará deuda a vencimiento, la única duda es si será antes del verano. Esto es una crisis de crédito y si alguien cree que esta economía volverá a crecer sin recapitalizar el sistema bancario, simplemente demuestra que sigue errando en el diagnóstico.
José C. Díez. Economista jefe de Intermoney