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Columna
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Enel tendrá que pasar la gorra

Enel parece ser la próxima gran compañía en pasar la gorra a sus accionistas. La altamente endeudada eléctrica italiana dice que una emisión de acciones es sólo una de las opciones que está considerando para ayudar a mantener su rating crediticio de A-. Ventas de activos, recortes de dividendo y reducción de inversiones son otras. Pero si Enel quiere superar la recesión, probablemente tendrá que llevar a cabo las cuatro opciones.

La energética italiana ha expandido su balance hasta el máximo tras comprar la participación del 25% de la española Endesa el mes pasado. El movimiento tiene sentido estratégico, pero ha dejado a Enel virtualmente sin margen de maniobra. Como resultado del acuerdo, Enel acumulará cerca de 62.000 millones de euros de deuda neta. Tras recaudar los esperados 5.000 millones de euros de ventas de activos y recortar inversiones por alrededor de 1.000 millones de euros, la eléctrica podría reducir sólo su deuda neta a un ratio de Ebitda de 3,5 veces. Esto puede ser bueno para una utility, y Enel no es ni mucho menos la compañía más endeudada de Europa.

No hace mucho, esto podría haber sido bastante para mantener el rating A de Enel. Pero simplemente alcanzar una deuda neta para ratio de Ebitda no es hoy en día ninguna garantía de victoria frente a las cada vez más cautelosas agencias de rating.

El inconveniente es que Enel no puede permitirse tomar riesgos con el rating. Tiene una montaña de vencimientos de deuda en los próximos tres años -14.000 millones de euros en 2010, más otros 9.000 millones en 2012-. Su capacidad para refinanciar sin problemas, y hacer nuevas inversiones, depende de eludir una rebaja de calificación.

Depender de las ventas de activos, que llevará tiempo conseguir, parece un camino arriesgado para sostener un rating de crédito. Una ampliación de capital de 5.000 a 7.000 millones de euros quitaría la inmediata presión de vender activos en un mercado en dificultades. El Gobierno italiano, el mayor accionista de Enel con el 32%, probablemente apoyaría a una de sus grandes utilities.

Las acciones de Enel han perdido más que el mercado hundido en los últimos días, sugiriendo que los inversores están preparándose para una avalancha de nuevas acciones. Una ampliación podría ser dolorosa, pero prudente. Esto puede ser mejor que preocuparse por una fallida refinanciación el próximo año.

Fiona Maharg-Bravo

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