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Columna
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Santander lidera el pelotón

Santander y su rival en España BBVA están entre el puñado de bancos que de verdad hicieron dinero en 2008. Santander va a pagar un dividendo en efectivo tras lograr un beneficio neto de 8.900 millones de euros, batido sólo por HSBC y dos bancos chinos. El presidente, Emilio Botín, puede haberse quedado corto en su objetivo de 10.000 millones de euros. Pero visto relativamente, es un admirable final a un año en el que muchos de sus rivales han obtenido rescates de los contribuyentes.

¿Puede el Santander permanecer por delante del pelotón? Está altamente expuesto a las dos economías europeas que más se han sobrecalentado con el boom: Reino Unido y España. La calidad del crédito se está deteriorando a un alarmante ritmo en todas sus unidades de negocio. Los préstamos dudosos se han elevado al 2,04% del total a finales de 2008, por encima del 0,95% de principios de año. Son cifras mejores que las del resto del grupo de la gran banca, pero la tendencia es preocupante. Tampoco es invulnerable a los imprevistos. Piénsese sólo en el lío de Madoff.

Pero tras su reciente ampliación de 7.200 millones de euros, Santander está bien capitalizado. Además, el banco ha construido un grueso colchón de 6.100 millones en provisiones genéricas, utilizando 650 millones en 2008 y esperando absorber alrededor de 1.000 millones este año. Mientras, ha recortado sus costes operativos con su agresividad característica, acabando 2008 con un ratio de costes-ingresos del 42%.

Botín está confiado en que puede al menos mantener el dividendo en efectivo del Santander y dice que el banco no necesita capital. Tales han sido las famosas últimas palabras de muchos banqueros en esta crisis. El banco se negocia a un precio de 1,1 veces el valor contable, una prima sobre sus rivales. Botín dice que está todavía extremadamente barato. Tras la decepción de muchos bancos, asombra un poco que el mercado sea escéptico. Pero por ahora, Botín se merece el beneficio de la duda.

Por Fiona Maharg-Bravo.

Removido, no agitado

La bravuconería de Josef Ackerman seguramente no puede ser agitada, no si estaba sin terminar el último show de terror del trimestre. El jefe de Deutsche Bank sigue confiando en su modelo de negocio de duro banco de inversión. Piensa que el grupo puede impulsarse a través de una crisis financiera y potencialmente profunda recesión, a pesar de dar cuenta de su primera pérdida anual desde el final de la Segunda Guerra Mundial.Tan férrea resolución es habitualmente un consuelo para los inversores. Pero no todos comparten la irrefutable visión de Ackerman de que Deutsche Bank puede sobrevivir -y salir satisfactoriamente de su aprieto- sin capital adicional, ni desviándose de su enorme balance en un banco malo patrocinado por el Gobierno.Deustche Bank tuvo dificultades para ofrecer suficientes pruebas que apoyaran su testaruda resistencia a tales medidas de rescate. Ninguna de sus divisiones produjeron un significativo beneficio en el cuarto trimestre -que llevó a una pérdida neta en el año de 3.900 millones de euros-. Las grandes ganancias por el cambio de divisas y los mercados monetarios fueron más que compensados por una decepción en las áreas de negocio tradicionales de crédito y derivados.Además, Deutsche Bank parece haber agotado su bolsa de trucos disponibles para eliminar la deuda y sostener sus ratios de capital. Un recorte del dividendo liberó fondos que se han acumulado para incrementar el pago al accionista, mientras un cambio en el plan de pensiones explica la liberación de más fondos todavía.Algo de la considerable reducción del balance del banco también se debió a una distorsión de la realidad. Su considerable exposición a los préstamos apalancados desapareció cuando dos compras en EE UU fracasaron, y otros 11.000 millones de euros en activos desaparecieron bajo las nuevas normas de contabilidad.El lamentable rendimiento del banco de inversión, los más bajos beneficios generados por la banca al por menor y la pérdida de fondos de la banca privada y de gestión de patrimonios hace que cueste ver de dónde ha sacado Ackerman su temple. Está haciendo ajustes, para estar seguro, pero sigue 'firmemente comprometido con su modelo de negocio'.Ackerman trató de vender aumentos de ingresos en enero como una razón para el ánimo. Pero llevará considerablemente más andar el camino para justificar el pavoneo.Por Jeffrey Goldfarb.

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