El gigante alemán Bosch recortará 5.500 puestos de trabajo en plena crisis del motor europeo
El grupo industrial reconoce que los próximos años serán “más dificiles” gracias a la debil adopción de la movilidad eléctrica
El grupo industrial Bosch recortará a partir de 2026 y hasta 2032 unos 5.500 puestos de trabajo adicionales en su división de movilidad, de los que unos 3.800 afectarán a la plantilla en Alemania, informó este viernes la compañía con sede en Stuttgart (suroeste germano). De la cifra total, 3.500 puestos de trabajo se recortarán de la división de software para vehículos para finales de 2027, de los que alrededor de la mitad corresponderán a Alemania. Además, eliminará unos 1.300 puestos de trabajo entre 2027 y 2032 en su fábrica de Schwäbisch Gmünd, lo que supone uno de cada tres empleados de la planta, y unas 750 posiciones en Hildesheim, donde se realizan componentes para la movilidad eléctrica, de los que 600 ya desaparecerán a finales de 2026.
“Somos conscientes de nuestra responsabilidad para con nuestros empleados, las medidas necesarias no nos resultan fáciles, pero son necesarias”, dijo Stephan Hölzl, responsable del área de negocio de software para vehículos. La compañía había anunciado en los últimos meses varios planes para recortar puestos de trabajo en todo el mundo, que sumaban más de 7.000 afectados. A finales del año pasado, el gigante industrial ya había anunciado la puesta en marcha de un plan para despedir 1.500 colaboradores en Alemania. En ese caso, la decisión afectaba exclusivamente su negocio dedicado a los componentes de automoción, en una medida que justifica por la adaptación de sus procesos al suministro de piezas para vehículos eléctricos, que necesitan de menos componentes que los de combustión.
El proveedor de automoción y grupo tecnológico alemán espera tiempos “más difíciles” en el futuro. “Los próximos años van a exigir mucho de todos nosotros”, reconoció en abril el presidente del consejo de administración de Bosch, Stefan Hartung, en la presentación de las cifras de negocio preliminares de 2023.
No obstante, el consejero delegado de Bosch, Stefan Hartung, abrió la puerta a finales de octubre a que este número fuera aún mayor, en un contexto en el que la compañía se está viendo afectada por el estancamiento de la producción de vehículos y la continua debilidad en el mercado de la ingeniería mecánica, lo que se está viendo reflejado en su cartera de pedidos. La empresa alemana también recortó sus objetivos económicos para 2024 y prevé que sus ventas sean ligeramente inferiores a las del año antes, cuando generó unos ingresos de 91.600 millones.
“Esto pone en riesgo la paz social en la empresa. Ahora organizaremos nuestra resistencia a estos planes a todos los niveles”, ha advertido el presidente del comité de empresa, Frank Sell, al conocerse la noticia.