El reto de la productividad en el mercado poscrisis
La estimulación del talento y los cambios en la formación, claves para el futuro.
Productividad es casi una palabra maldita en la economía española. El deficiente rendimiento de las empresas españolas comparadas con sus competidoras de los países de su entorno se ha convertido en reto a superar para encarar el nuevo modelo económico que surgirá tras la crisis actual. Un mundo multipolar en el que la empresa española deberá definir el papel que quiere jugar, y en el que la innovación y la captación del talento serán claves, según se debatió esta semana en Valencia en el encuentro organizado por la consultora Accenture sobre los retos y las oportunidades ante el nuevo escenario que se compondrá tras la crisis que vive el mundo en la actualidad.
'España corre el riesgo de quedarse aislada en un mundo multipolar', afirmó Vicente Moreno, presidente de Accenture, en la presentación de las jornadas. Moreno aludió entonces a la palabra maldita: la productividad, 'nuestra asignatura pendiente' y advirtió de la necesidad de fomentar el talento para evitar quedarse en ese vacío que existe, en pocas palabras, entre los países que producen y los que inventan.
'El modelo productivo está cuestionado', reconoció en su ponencia Carlos Gómez Plaza, director general del gabinete técnico de la Secretaría General de Empleo del Ministerio de Trabajo, que insistió en que una baja productividad implica una débil competitividad de las empresas.
Gómez abogó de forma enérgica por un cambio radical en la manera de entender la formación en las empresas y también criticó el concepto de inversión en I+D que se mantiene tanto entre empresarios como entre la clase política. 'La formación tal y como se ha desarrollado en los últimos años está mal planificada, mal gestionada y mal construida', dijo el técnico de Trabajo, que aseguró que, según los estudios sobre el impacto de los cursos que se imparten a los trabajadores, sólo el 6% de lo aprendido resulta aplicable en la empresa. 'Es un desastre', dijo.
Gómez aseguró que el ministerio está trabajando en un modelo de formación que no consista en juntar a grupos de gente en aulas. 'El futuro pasa por la personalización de los procesos formativos', dijo. 'Pasar de formar a aprender, hacer participar a todos los empleados, ligar soluciones de problemas concretos a los objetivos de la formación y compartir el éxito', son los elementos claves de una formación que ha de servir para mejorar la productividad de las empresas y la competitividad. 'Simplificándolo, el tradicional 'ponte con' que se le decía a un recién llegado a una empresa se acerca más a lo que es una formación natural que las clases', afirmó.
Respecto a la innovación, Gómez puso en duda la idea de la necesidad de crear departamentos de I+D y echó mano de un estudio para asegurar que el 71% de las innovaciones las aportan trabajadores no relacionados este departamento, el 21% surgen de casualidades y sólo el 8% de unidades especializadas. 'El nuevo modelo económico surgirá de la mejora de la competencia de la mayoría', concluyó Gómez, en referencia a que si todos los trabajadores están más capacitados, se creará la dinámica necesaria para adaptarse al escenario que surja tras la crisis.
Precisamente las competencias profesionales de los estudiantes que están a punto de integrarse en la universidad fue otro de los objetos de debate del encuentro. Dado que buena parte de esas capacidades y habilidades complementarias a la formación técnica -como los idiomas, la motivación, la capacidad de liderazgo o de trabajo en equipo, las relaciones personales, la capacidad de análisis o la informática- se aprenden antes de llegar a la universidad, es conveniente saber en qué estado llegan los jóvenes españoles a la universidad. La directora de programas educativos de la Fundación Telefónica, Marián Juste, y el director general de la Fundación Universia, Javier Sagi-Vela, repasaron los resultados del estudio realizado entre alumnos, padres y profesores tanto de bachillerato como de universidad. Resulta cuanto menos curioso comprobar que a la pregunta de cómo de preparados están los alumnos preuniversitarios, los profesores de bachiller creen que bastante mientras que los universitarios estiman que poco o muy poco.
La conclusión es que hay mucho camino por hacer en el terreno de la educación, sobre todo porque de las habilidades antes mencionadas, solamente dos están desarrolladas suficientemente, la informática y las relaciones interpersonales. 'Y son precisamente dos aspectos que los alumnos aprenden por iniciativa propia', aseguró Juste. El estudio concluye reclamando que el sistema educativo previo a la universidad forme en competencias lingüísticas, instrumentales y cognitivas, y que por otra parte se defina a quién corresponde formar al joven en cada una de las habilidades para lograr que, con la formación académica superior, tengan más oportunidades en el mercado laboral.
Arsuaga: "El futuro no se predice, se planifica"
Juan Luis Arsuaga es un investigador muy conocido por su capacidad para divulgar la ciencia y, en especial, para dar a conocer la importancia de los hallazgos de Atapuerca. En las jornadas organizadas por Accenture, Arsuaga repasó desde su perspectiva científica el nacimiento del talento 'como inteligencia emocional'.En la evolución del ser humano precisamente la inteligencia, la capacidad de tener iniciativa o la creatividad son elementos esenciales en la paulatina separación de los animales.Esa iniciativa es la que debe tomar la sociedad ante la incertidumbre que produce la actual crisis. Arsuaga dio su visión para afrontar lo que viene por delante. 'El futuro no se predice, nos sobreviene. El futuro se planifica', dijo el científico. Arsuaga reclamó que la salida crisis no suponga 'una selección de los más fuertes' en detrimento de los más débiles.
La preparación de los estudiantes preuniversitarios
Javier Sagi-Vela. Fundación Universia. 'Hay que llegar a la universidad con una base'El estudio sobre la preparación con la que llegan los jóvenes españoles a la universidad desvela que hay una falta de aprendizaje de determinadas capacidades, como los idiomas, la habilidad para trabajar en equipo, la motivación, el trabajo bajo presión o el liderazgo.El director general de la Fundación Universia, Javier Sagi-Vela, destacó la necesidad de que los jóvenes lleguen a la universidad con estas capacidades básicas aprendidas, ya que este tipo de habilidades no forman parte de la formación académica que recibirán.Marián Juste. Fundación Telefónica. 'Asignar la responsabilidad de enseñanza'La responsabilidad de que el joven aprenda las habilidades que, junto con la formación técnica, le facilitarán su integración en el mercado laboral es una de las claves para resolver el problema en el futuro. 'Hay delación de responsabilidades', afirma Marián Juste, de la Fundación Telefónica, que pide un mapa que marque a quién corresponde, desde padres hasta el colegio, cada una de las capacidades. Por ejemplo, los idiomas deben aprenderse antes del bachillerato, mientras que la familia debe contribuir a las relaciones sociales.José Casado. Accenture. 'La educación no se ajusta a la producción'El socio de Accenture José Manuel Casado asegura que el sistema educativo está desajustado del sistema productivo. El responsable de la consultora asegura que hay que cambiar el modelo de educación. 'Las escuelas creadas con el modelo fordista no tienen sentido en la actualidad', afirma Casado en relación con el concepto de aprender por repetición. Casado insistió en la necesidad de incentivar la creatividad y la asunción de riesgos, elementos clave para la conversión de los jóvenes de ahora en los futuros empresarios.