Luciano Díez-Canedo (Singular Bank): “Un cliente ha venido esta semana con dos millones más para invertir en Bolsa”
El presidente de la gestora de activos de Singular Bank explica que han aprovechado las correcciones provocadas por la guerra comercial para aumentar la exposición a renta variable


Luciano Díez-Canedo (Madrid, 1965) lleva 36 años de carrera laboral con un oído puesto en los mercados financieros y el otro en las voces de clientes adinerados que confían en él para que gestione sus inversiones. El presidente de Singular Bank Asset Management —una firma que gestiona activos por valor de 2.200 millones de euros— es uno de los pioneros de la banca privada en España. Empezó a finales de los 80 en Banif, la filial para atender altos patrimonios del Banco Central Hispanoamericano, que luego se fusionaría con el Banco Santander. Luego trabajó como responsable de la gestora de UBS —el gran banco suizo— hasta que en 2021 Singular Bank (fundado por el ex CEO de Santander, Javier Marín) compró todo el negocio de UBS en España.
Desde la sala del consejo del banco, con vistas a la Plaza de Colón de Madrid, Díaz-Canedo reflexiona sobre los días de miedo y furia bursátil que ha desatado la guerra arancelaria de Donald Trump. Aunque el puesto como presidente de una firma de inversión implica una importante responsabilidad en la gestión de equipos, la relación con grandes clientes o el trato con la CNMV, “mi alma siempre ha sido la de un inversor y, de hecho, sigo llevando las riendas de varios de nuestros vehículos, incluido el fondo de Bolsa española, porque es lo que me apasiona”, confiesa el banquero a pocos días de cumplir los 60 años.
Pregunta. ¿Cómo han vivido estos días de volatilidad extrema en los mercados?
Respuesta. Bueno, tratando de relativizar lo que se está viviendo en las Bolsas. Por ejemplo, el martes decidimos aumentar el peso en renta variable de las carteras de nuestros clientes. Llevábamos tiempo infraponderando este activo de riesgo porque veíamos que el mercado estaba caro. No sabíamos que la guerra comercial iba a desencadenar unas caídas tan fuertes. Pero ahora, hemos visto la oportunidad de entrar en buenas compañías con precios ya mucho más razonables. Al final, los aranceles nos han abierto una ventana de oportunidad.
P. ¿Es difícil tratar con clientes cuando su cartera ha caído un 10%?
R. En estos momentos, el trato cercano y personal es fundamental. Yo dedico mucho tiempo a ver, a llamar y a escribir a personas que sé que pueden estar preocupadas. Normalmente, cuando les explicas bien cómo está construida su cartera de inversiones y cómo está reaccionando de una forma sólida, lo entienden. Y agradecen mucho ese contacto. Todo mi equipo tiene esta directriz de explicar bien lo que está sucediendo. Tenemos que escribir muchas cartas personalizadas. Hay momentos en que es difícil, y desgasta mucho. A la gente le cabrea mucho perder dinero, claro. Pero es nuestro trabajo. Esto no es una fábrica de embutidos.
P. ¿Ninguna crítica?
R. Hay de todo. Estuve con dos hermanas jóvenes que se habían planteado vender pero, después de escucharme, desecharon la idea. En general, predomina la comprensión. Ayer mismo estuve con un señor gallego que, lejos de enfadarse, nos dijo que nos iba a traer dos millones más para aprovechar la corrección. También tenemos algún cliente muy sofisticado que quiere que utilicemos derivados financieros para sacar partido a esta volatilidad del mercado.

P. ¿Se están fijando al invertir en algún activo?
R. Estamos potenciando sobre todo acciones europeas, que son las que ya cotizaban con múltiplos históricos asumibles, frente a las norteamericanas. El peso que teníamos en cartera de la renta variable de Estados Unidos y de Europa estaba por debajo de lo que pesa en los índices. A partir de aquí, llevamos días de análisis profundo de muchas compañías, españolas y europeas, para ver cuánto podrían verse afectadas por los aranceles.
P. ¿Por qué han pensado más en Europa?
R. La región tiene problemas importantes de crecimiento y competitividad, pero creo que el plan alemán de inversiones en defensa e infraestructuras va a ser un revulsivo para varias industrias.
P. ¿Qué sectores están mirando?
R. El sector de la salud y el farmacéutico siempre nos han gustado mucho. Al final tienen una demanda muy inelástica, y la gente va a seguir aumentando su gasto en servicios médicos y medicinas, pase lo que pase. Aquí, por ejemplo, hemos estado analizando con mucho detalle a Grifols para ver cómo puede salir parada de esta guerra comercial. Son líderes mundiales en la recolección y venta de plasma y tiene muy pocos competidores.
P. ¿Qué otras empresas españolas les interesan?
R. Nos gusta Puig, que está muy bien gestionada y tiene un negocio de perfumes muy potente. Y Gestamp, aunque habrá qué ver cómo se ve golpeada por los nuevos aranceles.
P. ¿Alguna otra industria?
R. Creemos que el sector eléctrico también debería funcionar bien. Empresas como Red Eléctrica van a recibir cada vez más encargos por el imparable movimiento hacia la electrificación de la economía y la proliferación de los centros de datos. También las productoras, como Iberdrola o Endesa creemos que están bien posicionadas en este contexto.
P. ¿Y las infraestructuras?
R. Es un segmento que siempre me ha gustado mucho. Sobre todo para clientes con una visión a muy largo plazo. Cellnex, Ferrovial, ACS, Vinci, American Towers... son empresas increíbles, que gestionan infraestructuras críticas, como redes de telefonía, autopistas o aeropuertos. Además, si bajan los tipos les vendrá muy bien. Me gusta especialmente Cellnex, que tiene una cartera de activos excepcional y me parece que está muy bien gestionada. También me ha sorprendido, para bien, cómo está operando Sacyr.

P. ¿Y en Estados Unidos?
R. Creemos que hay que seguir estando en el sector tecnológico. La inteligencia artificial lo va a cambiar todo, con aranceles o sin ellos. En 2024 el precio de las grandes empresas del sector era excesivo pero ahora, tras las correcciones [sin tener en cuenta la histórica subida del miércoles], su cotización era bastante razonable teniendo en cuenta las previsiones de beneficios.
P. ¿Algún ejemplo de tecnológica que sea atractiva por precio?
R. Microsoft. Ha caído tanto que cotizaba a un precio al que se supone una previsión de crecimientos de beneficios del 12% a cinco años, lo que no es nada descabellado. Al final, estas correcciones te dan la oportunidad de comprar a precios de saldo, lo que ocurre muy pocas veces.
P. ¿Y Apple?
R. En Apple no hemos terminado de ver el potencial. Es una compañía maravillosa, pero nos parece difícil que llegue a cumplir con las expectativas de crecimientos de ingresos y beneficios que se le esperan. Salvo que se saque un nuevo conejo de la chistera, lo vemos improbable.
P. ¿Habrá recesión en Estados Unidos?
R. Es difícil decirlo. Desde luego, las probabilidades han aumentado. Pero somos más constructivos que los grandes bancos estadounidenses, que se han puesto un poco tremendistas. Creo que por el enfoque mediático y la influencia que saben que tienen. Con esto, no quiero tampoco minusvalorar el conflicto generado por los aranceles, que es gravísimo y lo ha trastocado todo.
P. ¿Cómo afectará la guerra comercial a las políticas monetarias?
R. Creo que tanto la Reserva Federal norteamericana como el Banco Central Europeo tendrán ahora más margen, o más presión, para bajar los tipos de interés. Esto tendrá importantes consecuencias. Por ejemplo, para las compañías que están más apalancadas será un alivio.
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