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Plan de rescate de EE UU

El partido republicano bloquea el Plan de salvamento de la banca

El electoralismo y el surrealismo fueron los protagonistas ayer de una larga y confusa jornada política en Washington. A la 1.30 de la tarde, hora local, los comités del Senado y la Cámara de Representantes consiguieron desbloquear el acuerdo para aprobar el plan diseñado por el Tesoro de Henry Paulson para salvar a la banca. Pero esa unidad se acabó en menos de una hora. Los republicanos, rompieron ese consenso y terminaron el día proponiendo una alternativa al plan del Gobierno.

La Bolsa celebró ayer con entusiasmo los avances que a lo largo de la mañana habían hecho los legisladores para cerrar un plan de salvamento que se esperaba que diera vida a un moribundo mercado del crédito. El Plan Paulson pasa por dedicar 700.000 millones de dólares de dinero público para comprar activos ilíquidos de la banca y así aligerarles el peso negativo de sus carteras e insuflar confianza en las operaciones interbancarias. El partido republicano, el más contrario a la intervención del Estado, ha sido el menos partidario del plan elaborado por el Gobierno de su propio partido. Las oficinas de los legisladores republicanos han sido inundadas de comunicaciones de electores contrarios a este rescate.

Pese a ello, y tras el llamamiento dramático que hizo el presidente George Bush la noche del miércoles con un discurso ante la nación, empezaron las negociaciones. El hecho de que Paulson accediera a incluir limitaciones en las compensaciones de los ejecutivos de las entidades a las que se ayudaría y que el Gobierno se hiciera con warrants de estas firmas, ayudó a que las conversaciones ya fueran fluidas desde el miércoles por la tarde. El jueves, a eso de la 1.00 de la tarde, ya había "un acuerdo de principios" según se anunció en una comparecencia conjunta de los negociadores que son los legisladores de los comités de banca del Senado y el de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes. El senador republicano Robert Bennet, dijo incluso que era una de las reuniones más productivas a las que había acudido.

A esa hora más o menos hacía su entrada en el Congreso John McCain, quien dos días antes había dicho que ante la gravedad de la situación suspendía la campaña y el debate previsto para hoy con su oponente, Barack Obama, hasta que hubiera acuerdo. Poco después de su llegada uno de los congresistas republicanos que había participado en las negociaciones dijo que estas estaban lejos de cerrarse. Toda una vuelta al guión y, de nuevo, bloqueo.

Con la incertidumbre de no saber qué dirección iba a tomar el trabajo de los dos comités, los líderes de cada partido en las dos cámaras se fueron a reunir con Bush a la Casa Blanca, un encuentro al que el presidente había llamado también a McCain y a Obama. La reunión, de una hora de duración, se cerró sin que nadie más que el senador republicano Richar Shelby saliera hablar con la prensa. Y lo que dijo es que no había plan. Shelby es el más reacio de los senadores a aceptarlo pero sabe que en esa cámara tiene pocos seguidores en su partido pues esta cámara solo se renueva en un tercio en las elecciones de noviembre y los senadores son más libres de presiones electoralistas.

En cambio en la Cámara de Representantes, en la que todos los escaños están pendientes de elección en noviembre, la revuelta era mayor y eso dio al traste con lo ya avanzado. Eric Cantor, un legislador de esta cámara, lleva preparando desde el miércoles una alternativa al plan de Paulson que consiste en asegurar préstamos a la banca, rebajarles los impuestos y medidas como obligarles a suspender el dividendo para que puedan capitalizarse. Este plan no pasa por incrementar la regulación.

El líder de los representantes republicanos John Boehner, desveló en la reunión con Bush la existencia de esta alternativa. Los republicanos, además, acusaron a los demócratas de agilizar las negociaciones sobre el Plan Paulson para evitar que McCain tuviera oportunidad de pronunciarse o participar en las negociaciones.

Los demócratas, por su parte, argumentaron que la actitud de los republicanos había sido echar un cable a su candidato en unos momentos en los que las encuestas le empiezan a dejar tras Obama y lamentaron que se haya perdido tanto tiempo. Ellos solo supieron ayer que se preparaba una alternativa. El senado tendría votos suficientes para votar el Plan Paulson porque una cuarentena de republicanos se adheriría pero en la otra cámara no hay futuro.

La líder de los demócratas, Nancy Pelosi, no quiere aprobar el plan solo con los votos demócratas porque quiere que todos se hagan responsables. Ayer el secretario del Tesoro, tras la reunión con Bush, se puso delante de ella y dobló la rodilla como en un gesto de genuflexión para pedirle que no lo echara por tierra. Según cuenta The New York Times, Pelosi le dijo que no era su culpa sino de los republicanos, a lo que Paulson dijo "lo se, lo se".

El secretario del Tesoro dijo estar abierto a negociar alternativas. Ayer, a las ocho de la noche volvió con Ben Bernanke, el presidente de la Fed, a participar en unas conversaciones que acabaron dos horas más tarde con la única conclusión de que los comités se reunirían de nuevo hoy a las 11.00 de la mañana (5.00 de la tarde en España).

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